Valientes y acompa?adas para acabar con la ablaci¨®n
Las VI Jornadas Internacionales contra la Mutilaci¨®n Genital Femenina debaten c¨®mo prevenir esa pr¨¢ctica desde el ¨¢mbito local
F¨¢tima estudiaba un ciclo formativo de grado medio, practicaba atletismo, ten¨ªa novio... Una vida corriente para una chica de 19 a?os. Hasta que se enter¨® de que iba a ser casada con un hombre elegido por sus padres. Dio igual que estuviera en Gerona, lejos de las costumbres de Gambia, su pa¨ªs de origen. Dio igual que ella no conociera al pretendiente. El mismo d¨ªa que recibi¨® la noticia fue obligada a contraer matrimonio y enviada con su reciente esposo a un piso en el mismo edificio donde viv¨ªa el resto de su familia.
El de F¨¢tima es un nombre ficticio, pero su historia es real. Y podr¨ªa seguir si¨¦ndolo de no haber contado con la ayuda de una peque?a organizaci¨®n de Girona que lucha contra la mutilaci¨®n genital femenina y el matrimonio forzado y que acudi¨® al rescate al saber sobre su caso. "Nos llamamos valientes y acompa?adas. Valientes porque hay que ser muy valiente para dar el paso de llevar la contraria a la familia en un asunto as¨ª. Acompa?adas porque el acompa?amiento es fundamental para librar a las chicas de esta realidad". Quien as¨ª habla es Moumou, una de las j¨®venes referentes en la organizaci¨®n. Maestra de primaria en horario laboral y voluntaria en su tiempo libre, ella misma fue quien supo de los problemas de F¨¢tima y fue su hombro cuando la chica reuni¨® valor y huy¨®. Gracias a esta intervenci¨®n, F¨¢tima hoy sigue estudiando, sigue manteniendo una relaci¨®n con su novio real y es libre. Y no ha sido mutilada.
La de F¨¢tima es una historia de ¨¦xito y se ha presentado este martes en las VI Jornadas Internacionales contra la Mutilaci¨®n Femenina (MGF) organizadas por la Uni¨®n de Asociaciones Familiares (Unaf),y celebradas en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid. Ha sido un encuentro de dos d¨ªas para abordar los retos pendientes y la importancia de la prevenci¨®n desde el ¨¢mbito local justo en la semana en la que se ha celebrado el d¨ªa internacional de la tolerancia cero con la pr¨¢ctica. Como la de esta joven residente en Girona, hay miles de ¨¦xitos parecidos: una madre que decide no cortar a su hija, una hija que convence a sus padres de que no la casen contra su voluntad, un hombre que decide tomar parte activa en la lucha contra estas pr¨¢cticas. Pero lo cierto y real es que los datos a¨²n son duros de asimilar: Se estima que unos 200 millones de mujeres han sido mutiladas en el mundo pese a que la pr¨¢ctica est¨¢ prohibida en la mayor¨ªa de los pa¨ªses en los que se realiza y la ONU la ha reconocido como una violaci¨®n de los derechos humanos de las mujeres y las ni?as.
En los encuentros se ha intentado analizar por qu¨¦ sigue persistiendo y qu¨¦ hace falta para que se acabe con ella. Hablamos de aquellos procedimientos que alteran y lesionan los ¨®rganos genitales femeninos de manea intencionada y, en la mayor¨ªa de casos, debido a tradiciones ancestrales arraigadas en muchas comunidades. Se produce en al menos 29 pa¨ªses de Asia, Oriente Medio, Am¨¦rica Latina (Colombia) y ?frica, continente donde existe una mayor prevalencia a pesar de que casi todos los Estados la han prohibido. Esta aberraci¨®n no produce ning¨²n beneficio para la salud, sino m¨¢s bien al contrario: causa hemorragias graves, problemas a la hora del parto, complicaciones urinarias, infecciones y aumento del riesgo de muerte del reci¨¦n nacido.
Los hombres dicen que quieren casarse con una mujer mutilada pero no saben lo que es F¨¢tima Djarra, mediadora de M¨¦dicos del Mundo
El desconocimiento es un factor que complica su erradicaci¨®n. "Los hombres dicen que quieren casarse con una mujer mutilada pero no saben lo que es, se creen que la circuncisi¨®n femenina es parecida a la masculina". Quien realiza esta afirmaci¨®n es otra F¨¢tima, esta de nombre real. Su apellido es Djarra, y es una guineana de etnia mandinga que fue mutilada a los cuatro a?os. Hoy vive en Navarra y all¨ª ejerce como mediadora intercultural de la ONG M¨¦dicos del Mundo, la m¨¢s activa en Espa?a en la erradicaci¨®n de la MGF.
Para F¨¢tima Djarra, presente tambi¨¦n en la charla, es fundamental implicar m¨¢s a los hombres e informarles m¨¢s sobre las verdaderas consecuencias de la ablaci¨®n. Los datos apoyan este desconocimiento, y lo ha demostrado la doctora Adriana Kaplan, fundadora y directora de la Fundaci¨®n Wassu de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, que lleva desde 1987 investigando acerca de este asunto desde Espa?a y Gambia. Seg¨²n su mapa de la ablaci¨®n de 2012 ¡ªse actualiza cada cuatro a?os¡ª en Espa?a el 63% de los hombres encuestados creen que no genera problemas salud y un 69% no saben que est¨¢ prohibida. Y en ?frica, el 42,5% de los profesionales del sector sanitario la apoyan y desconocen la conexi¨®n entre ella y las consecuencias en la salud de las mujeres.? "No puede ser que estudiantes de medicina acaben la carrera sin saber identificar la MGF", critica.
La doctora Kaplan ha advertido que comparando los datos de su mapa de 2012 con los de 2016 ¡ªa punto de ser publicado¡ª han advertido una "p¨¦rdida" del n¨²mero de ni?as de origen africano afincadas en Espa?a, y ha anunciado que la Fundaci¨®n va a trabajar en corroborar una hip¨®tesis: que la salida de estas se produce para evadir intervenciones policiales y la aplicaci¨®n de la ley espa?ola, que castiga la MGF extraterritorialmente, es decir, cuando se practica en el extranjero y los autores o la persona afectada se encuentre en territorio espa?ol. "Sabemos que muchas han sido enviadas a los pa¨ªses de origen de los padres. ?Qu¨¦ les espera a estas ni?as? Que las abuelas las reciban con todo su amor, las lleven al bosque y las mutilen porque creen que es lo mejor que pueden hacer por ellas. Estamos mutilando el futuro que estas ni?as podr¨ªan tener en Espa?a".
Por eso, proyectos como el de la Fundaci¨®n Wassu o la Universidad Rey Juan Carlos, representada en las jornadas por Laura Nu?o, directora de su Observatorio de Igualdad, trabajan en la implementaci¨®n de programas de formaci¨®n en igualdad y violencia de g¨¦nero para futuros profesionales de la salud. "Debe ser un conocimiento obligatorio y evaluable para poder sentar la base y hablar de una practica como la MGF", ha recalcado esta ¨²ltima. En el caso de Wassu, su plan en Gambia desde hace 15 a?os y desde 2014 en Kenia y Tanzania contempla la transferencia de conocimientos y sensibilizaci¨®n en cascada a las distintas instituciones: "Gobiernos, organizaciones religiosas, de salud y educaci¨®n, profesionales de la sanidad, de trabajo social, comadroner¨ªa, profesorado y luego comunidades: matronas tradicionales, lideres comunitarios, circuncidadoras y ni?as y mujeres", ha enumerado la doctora Kaplan.
Espa?a incluir¨¢ la MGF en la ley de violencia intrafamiliar
El Gobierno propondr¨¢ a todas las fuerzas pol¨ªticas incluir la mutilaci¨®n genital femenina (MGF) dentro de la futura ley de violencia intrafamiliar, que contemplar¨¢ una serie de medidas para prevenir esta pr¨¢ctica que en Espa?a est¨¢n en riesgo de sufrir m¨¢s de 17.000 ni?as.
El Ejecutivo hizo este anuncio en el D¨ªa Internacional de Tolerancia Cero con la MGF, el pasado 6 de febrero, en el que partidos y organizaciones sociales se?alaron la necesidad de promover planes regionales y nacionales orientados a la concienciaci¨®n y erradicaci¨®n de este problema.
El secretario de Estado de Igualdad, Mario Garc¨¦s, explic¨® que la futura ley de violencia intrafamiliar la incluir¨¢ tambi¨¦n, porque procede "muchas veces del propio consentimiento de las familias". Buscando el consenso con todos los grupos y la opini¨®n de la sociedad civil, dicha ley introducir¨¢ "mecanismos e instrumentos necesarios de concienciaci¨®n, de socializaci¨®n o de culturalizaci¨®n", as¨ª como medidas dirigidas "para que no vuelva a ocurrir", apunt¨®
Una de las intervenciones m¨¢s aplaudidas, la de Bogaletch Boge Gebre, considerada la mujer que inici¨® la revoluci¨®n de las et¨ªopes contra la ablaci¨®n. En su opini¨®n, solo se lograr¨¢ terminar con ella si se empodera a las mujeres, pero resalt¨® que hay que contar m¨¢s con las comunidades. "Est¨¢is educando a vuestros profesionales sobre la MGF, pero creo que no hab¨¦is abordado de forma integral a la comunidad, porque una familia que tiene problemas por encontrar trabajo no va a interesarse por la MGF, una familia migrante que problemas incluso para dar de comer a sus hijos a¨²n menos. Un enfoque integral requiere que se trabaje desde la comunidad y por eso se debe comenzar en la madre, en la hija, en los ni?os que van al colegio".
Saber c¨®mo dirigirse a mujeres que han sido mutiladas no es algo sencillo, se trata de un asunto tab¨² y cuesta trabajo abordarlo. El ¨¦xito o fracaso de este acercamiento depende la suerte de muchas menores. En Espa?a, sin ir m¨¢s lejos unas 17.000 provienen de pa¨ªses donde se realiza la ablaci¨®n y por tanto se considera que est¨¢n en riesgo de sufrirla. Djarra insiste mucho en este punto: "Ellas no vienen a Espa?a para hablar de MGF, vienen a buscar una mejor vida. Por eso abordamos primero necesidades b¨¢sicas como el empleo, la escolarizaci¨®n, el empadronamiento, el acceso a los servicios sanitarios..." enumera. En este punto coincide Romeo Gbadigui, mediador de la organizaci¨®n Destino Ben¨ªn cuando valora c¨®mo aproximarse a los hombres, que tambi¨¦n deben ser parte activa en el proceso de abolici¨®n de esta pr¨¢ctica. "Los hombres no quieren hablar de esto directamente, as¨ª que hay que rodear el tema hablando de cosas que les interesan m¨¢s como la migraci¨®n y meter este asunto como cu?as".
En Espa?a, tres comunidades cuentan con protocolos para actuar frente a la MGF: Catalu?a, Arag¨®n y Navarra. Tras la aparici¨®n de los primeros casos, el Ministerio de Sanidad y las comunidades aut¨®nomas acordaron en 2015 establecer uno en com¨²n para prevenir que las familias africanas residentes en Espa?a la practiquen a sus hijas cuando viajan a sus pa¨ªses de origen. "Hay que controlar que las ni?as cuando salen del pa¨ªs y cuando regresan con protocolos sanitarios", ha insistido Ascensi¨®n Iglesias presidenta de Unaf, quien ha considerado tambi¨¦n necesario luchar contra los matrimonios forzados. Ha coincidido con ella la pediatra del Instituto Catal¨¢n de la Salud Inma Sau, para quien el fen¨®meno de los matrimonios forzados "nos ha explotado", ya que es m¨¢s dif¨ªcil trabajar sobre este tema que sobre la MGF porque las ni?as "lo ven como algo normal". Por suerte, cada vez m¨¢s chicas como F¨¢tima abren los ojos y deciden ser due?as de su vida. Es fundamental que cuando den ese paso encuentren el apoyo necesario.
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