Sup¨¦ralo: 'Blade runner' no es para tanto y podemos demostrarlo

Hoy vamos a jugar en las grandes ligas. La ciencia ficci¨®n de culto se encuentra entre las mentiras m¨¢s radicales de nuestros d¨ªas. Dentro de este selecto grupo est¨¢ Blade runner, ejemplo perfecto de patrimonio intocable de la humanidad. ?Conoce usted a alguien que no hable de ella con admiraci¨®n y respeto? Nosotros, como buenos haters, vamos a desmontar uno de los mitos m¨¢s sobrevalorados de la historia reciente. Prepare sus defensas, mantenga la calma, y proceda a "retirar" a todos estos replicantes del pensamiento ¨²nico.

A todo el mundo le tiene que gustar Blade runner, incluso sin haberla visto. "Cada vez que vemos un plano con Harrison Ford corriendo entre niebla, humo y neones publicitarios, se nos tiene que caer la boca al suelo y estamos obligados a decir eso de "qu¨¦ adelantados a su tiempo". No hay lugar para la cr¨ªtica. Si a Blade runner le quitas el barrio chino, la niebla y las luces indirectas se queda en un escenario de cart¨®n piedra con unos personajes muy poco trabajados y unas actuaciones m¨¢s efectistas que emocionales. Los cazafantasmas ten¨ªa mejores efectos especiales y no nos la tomamos tan en serio.

Una sociedad absurda repite cosas absurdas. "Yo he visto cosas que vosotros no creer¨ªais. Naves de ataque en llamas m¨¢s all¨¢ de Ori¨®n. He visto rayos C brillar en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannh?user". Esta coletilla improvisada por un actor en un momento de enajenaci¨®n mental se ha convertido en un t¨®tem de la ciencia ficci¨®n y no tiene ning¨²n sentido. Ninguno. El bueno de Rutger Hauer, el replicante rubiazo, todav¨ªa se debe partir de risa todas las ma?anas pensando que su diarrea mental tras una probable resaca se ha convertido en el padre nuestro de una generaci¨®n sci-fi que se lo traga todo. La frase acaba con aquello de las l¨¢grimas en la lluvia, que bien podr¨ªa ser la poes¨ªa de carpeta de un chaval de secundaria.

La multitud de versiones de Blade runner destapa uno de los timos m¨¢s gordos de la industria del cine. Hay versi¨®n del estreno, del preview de San Diego, del montaje de culto cult¨ªsimo que solo han visto unos elegidos¡­ as¨ª hasta siete u ocho, seg¨²n la mitolog¨ªa. Lo interesante y tramposo es que Ridley Scott ha ido cambiando el gui¨®n de la pel¨ªcula seg¨²n ha pasado tiempo. El estreno de 1982 acababa con un final abierto, que es lo que se dice cuando el director no tiene ni idea de c¨®mo calzar su gui¨®n megal¨®mano. Al cabo de los a?os se le ocurri¨® la brillante idea de que Deckard podr¨ªa ser replicante y meti¨® el sue?o del unicornio como un acto de genialidad que ya hab¨ªa previsto. La ¨²ltima versi¨®n, de 2007, es la "pel¨ªcula que siempre quiso hacer", una manera muy bonita de decir que todo lo anterior era cuestionable.

4?Segundas?partes siempre fueron vanidad

Cuando ya cre¨ªamos que el hype de la pel¨ªcula hab¨ªa pasado, tenemos que soportar Blade Runner 2049 y todo el vertedero de informaci¨®n que va a traer consigo. Para un hater no hay nada m¨¢s sencillo que desmontar una secuela, ya que se basa en tres principios b¨¢sicos: falta de ideas, hacer caja y apelar a la vanidad de los nuevos directores que se atreven a profanar a sus ¨ªdolos cinematogr¨¢ficos. A Denis Villeneuve le puede pasar lo que a J.J. Abrams: convertir un universo original en una dinast¨ªa Disney. Para darle el punto moderno, la elecci¨®n de Ryan Gosling es tan evidente que asusta y la vuelta de Harrison Ford es sin¨®nimo de mala idea. Fulmin¨® la saga de Indiana Jones, se carg¨® lo poco que quedaba de Star wars y volver¨¢ a reventar el bluff de Blade runner en 2017. Hay que saber retirarse a tiempo.