Garo?a o la jubilaci¨®n a los sesenta a?os
El Gobierno y los propietarios buscan una ampliaci¨®n sustancial de la vida ¨²til
Torturado e ininteligible: para el com¨²n de los espa?oles, as¨ª es el caso de la central nuclear de Santa Mar¨ªa de Garo?a. Resumen de acontecimientos: la central, propiedad de la empresa Nuclenor (Iberdrola y Endesa al 50%), estaba cerrada desde 2012; el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) exigi¨® nuevas inversiones para reforzar la seguridad de la planta (algo l¨®gico despu¨¦s de Fukushima y dada la edad de la central, que ya hab¨ªa cumplido sus 25 a?os de vida ¨²til); el dinero extra compromet¨ªa (supuestamente) la rentabilidad de Garo?a; no obstante, la propietaria solicita al CSN una autorizaci¨®n o pr¨®rroga de funcionamiento en 2013; el Consejo concede la autorizaci¨®n, aunque Nuclenor no ha aumentado la seguridad; Energ¨ªa tendr¨¢ que autorizar definitivamente la reapertura, condicionada ¡ªes de suponer¡ª a la aplicaci¨®n de las inversiones requeridas. Fin de un gui¨®n abstruso.
Si te¨®ricamente Garo?a no es rentable tras las inversiones pos-Fukushima, ?por qu¨¦ solicit¨® la propietaria una reapertura? Si el CSN pidi¨® m¨¢s seguridad, ?por qu¨¦ concedi¨® el nihil obstat antes de que Nuclenor pusiera un solo euro? Alg¨²n consejero de Felipe II dir¨ªa que unos y otros est¨¢n revolviendo cucharas. Lo de Energ¨ªa se entiende: quiere ampliar la vida ¨²til a las nucleares hasta los 60 a?os, pero teme (con raz¨®n) la respuesta del Gobierno vasco, de los partidos que se oponen a la pr¨®rroga y a los antinucleares; as¨ª que va parcelando las ampliaciones de funcionamiento con la ayuda del CSN, con la esperanza de que en el futuro se replantee la propuesta de los 60 a?os.
Es poco cre¨ªble que Garo?a deje de ser rentable incluso con nuevas inversiones en seguridad. Pero se puede comprobar; en Garo?a y en el resto de las nucleares. Para cerciorarse, un Gobierno consciente reconstruir¨ªa la contabilidad regulatoria de las nucleares desde su puesta en funcionamiento. Atenci¨®n, reconstruir no significa aceptar sin m¨¢s la contabilidad de las compa?¨ªas, incluso aunque est¨¦ auditada, sino aplicar a las cuentas financieras de las centrales los ingresos obtenidos durante el marco legal estable, m¨¢s los beneficios marginales obtenidos con el actual simulacro de mercado m¨¢s los costes de transici¨®n a la competencia (CTC). El minu¨¦ que baila Nuclenor del brazo de Garo?a quiz¨¢ tenga poco que ver con la rentabilidad (aut¨¦ntica) del megavatio nuclear. Su mirada, como la del Gobierno, est¨¢ puesta en los 60 a?os de vida ¨²til para las nucleares. En ese plazo, cualquier coste a?adido de seguridad se diluye y los beneficios se multiplican. Adem¨¢s, Garo?a establecer¨¢ un precedente para el resto de los grupos nucleares.
Para el observador at¨®nito, el enredo carece de sentido porque percibe la situaci¨®n en t¨¦rminos muy sencillos. Si las empresas invierten lo exigido, la central se pondr¨¢ en marcha; si no lo hacen, hay dos opciones. La primera es que Garo?a se desmantele por obra y mano de Enresa; la segunda, que funcione por cuenta de otro operador. Podr¨ªa ser el Estado. As¨ª, el megavatio nuclear barato (si fuera cierto que sus costes variables son los m¨¢s bajos del mix) revertir¨ªa sobre el recibo de los consumidores. So?ar es gratis.
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