Matrimoniadas
Son escenas de matrimonios muy concretos, de acuerdo, pero no tan ins¨®litos, no tan ex¨®ticos, no tan raros
A veces, la vida te castiga haciendo realidad tus peores pesadillas. Naces en una familia como est¨¢ mandado: la deseada, la primog¨¦nita, la ni?a bonita. Te dejas las pesta?as para sacarte una carrera. Te pones a trabajar en lo tuyo. Te hipotecas. Te casas como Dios manda con tu novio de toda la vida. Tienes a tus tres ni?os ideales de monos y de listos y de bien educados. Sigues trabajando fuera pudiendo quedarte de se?ora de tu casa porque para independiente y feminista y pundonorosa, t¨² sola. Organizas, eso s¨ª, los coles, la chica, los men¨²s, el d¨ªa a d¨ªa, las cosas de mujeres, t¨² me entiendes, mientras el otro se encarga de lo que se encargan los hombres y va mutando de esposo perfecto en perfecto desconocido. Te dejas, en fin, los cuernos y el orgullo para mantener tu estampa de profesional, esposa y madre modelo, para acabar sentada en un banquillo llamando ¡°el se?or Sep¨²lveda¡± al padre de tus hijos ante el fiscal que te acusa de haberte lucrado de los tejemanejes de tu marido.
T¨², que odias estar en boca de nadie. T¨², que sabes los sapos que te has tragado por ese tipo pero que morir¨ªas antes de pregonarlo. T¨², que has aguantado lo inaguantable para no acabar como acabaste el lunes, en boca de todos y teniendo que explicar como cu¨¢nto de pijos te gustan los cumples de tus hijos y qui¨¦n pag¨® la factura. La culpa es tuya, de acuerdo. Por no separarte antes. Por no querer saber y, si sab¨ªas, consentirlo y disfrutar de tu parte al¨ªcuota. Pero, vamos, tampoco eres la primera ni la ¨²ltima. Dejando aparte la hediondez de los delitos, algunos juicios abren de par en par las puertas de ciertas casas a los cotillas, perd¨®n, antrop¨®logos, que tengan la curiosidad de escrutarlas. Son escenas de matrimonios muy concretos, de acuerdo, pero no tan ins¨®litos, no tan ex¨®ticos, no tan raros. Por eso, el caso de Ana Mato nos fascina y nos ofende tanto al mismo tiempo. Y porque las comparaciones son odiosas.
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