Churchill, Ceres, el v¨¦rtigo del espacio
Un ensayo in¨¦dito del estadista brit¨¢nico y un descubrimiento de la NASA se al¨ªan para promover la fuerza de la raz¨®n cient¨ªfica
Solo pod¨ªa ofrecer sangre, sudor y l¨¢grimas, pero atesoraba mucho m¨¢s. Churchill se parece un poco a Einstein en que su cerebro prodigioso se hizo famoso y se impuso enseguida al mundo de las cosas cotidianas, de la filosof¨ªa y del conocimiento de la gente. El pacifismo de Einstein, como sus reflexiones sobre la religi¨®n, la vida y el armamento nuclear que ¨¦l mismo contribuy¨® a crear, siguen siendo una gu¨ªa para muchos de nosotros. Y la gran mente de Churchill tambi¨¦n lo suele ser. Cualquier cita ingeniosa se atribuye indefectiblemente a Wilde, Einstein o Churchill, sea cual sea su verdadero autor, en un reconocimiento impl¨ªcito de la superioridad de esos cr¨¢neos privilegiados. ?Sorprende que Churchill especulara con talento sobre la vida extraterrestre? L¨¦elo en Materia. A m¨ª me sorprendi¨® a bote pronto, pero me agrad¨® con la misma rapidez, sin que siquiera supiera por qu¨¦.
Los que no leen esta secci¨®n aprender¨¢n alg¨²n d¨ªa que la ciencia es parte esencial de la cultura
Churchill escribi¨® ¡®?Estamos solos en el universo?¡¯ solo unos meses antes de que estallara la Segunda Guerra, cuando su mayor preocupaci¨®n ser¨ªa evidentemente tomar decisiones trascendentes que estaban destinadas a cambiar la historia. Y que la cambiaron. Pero su ensayo cient¨ªfico estaba lleno de v¨¦rtigo por la inmensidad del espacio, por los miles de millones de mundos posibles que nos revela el cielo nocturno. Por la importancia relativa, al final, que tiene la tragedia humana respecto a la inmensidad abrumadora de las cosas. El ensayo de Churchill, que acaba de publicarse por primera vez, revela tambi¨¦n el conocimiento solvente que ten¨ªa su autor sobre la astronom¨ªa de su ¨¦poca. No s¨¦ por qu¨¦ me alegra tanto saber esto, pero creedme: me alegra de una forma natural e irreflexiva, inmediata, visceral e inexplicable.
Por una de esas coincidencias del calendario, Materia tambi¨¦n lleva esta semana una noticia asombrosa y muy relacionada con las reflexiones cient¨ªficas de Churchill. La sonda Dawn de la NASA, y los cient¨ªficos que la controlan, han detectado compuestos org¨¢nicos en Ceres, un planeta enano que circula por los m¨¢rgenes del cintur¨®n de asteroides, entre las ¨®rbitas de Marte y J¨²piter. Cada vez parece m¨¢s probable que los compuestos de carbono, las piezas del lego de la vida, llegaran a la Tierra hace 4.000 millones de a?os desde asteroides y cometas que disfrutaban de unas condiciones mucho m¨¢s favorables para generarlos a partir de la qu¨ªmica org¨¢nica.
Cada vez parece m¨¢s probable que Wilde, Einstein y Churchill tuvieran raz¨®n, incluso en las frases que jam¨¢s pronunciaron. Los que no leen esta secci¨®n aprender¨¢n alg¨²n d¨ªa que la ciencia es parte esencial de la cultura. No sabemos c¨®mo, pero lo aprender¨¢n de alg¨²n modo: la ciencia funciona.
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