De mayor, quiero estar viva
Un grupo de mujeres de la Asociaci¨®n Ve-la luz hace huelga de hambre en la Puerta del Sol para pedir que la violencia machista sea una cuesti¨®n de Estado
A las 11.00 del domingo 19 de febrero, en la Puerta del Sol, una carpa azul se levanta desde hace diez d¨ªas, all¨ª hay chapas y m¨¢scaras blancas con la boca tapada y unas cuantas mantas y una pizarra con un "10 d¨ªas en huelga de hambre" y hojas para firmar y una fila para hacerlo que no termina nunca. Detr¨¢s, varias mujeres de la Asociaci¨®n Ve-la luz que desde el pasado 9 de febrero piden que la violencia machista se convierta en una cuesti¨®n de Estado. Y aseguran que no se ir¨¢n hasta que lo consigan.
Cada vez hay m¨¢s gente: mujeres con canas y hombres con bast¨®n y ni?as con sus madres y parejas que han llegado a los 30 y grupos de amigas con las u?as verdes y el m¨®vil en la mano. Hay fot¨®grafos y turistas y curiosos y unos cuantos chavales con gorras de viseras enormes y polic¨ªa y familias con bolsas por d¨®nde asoma ropa y transe¨²ntes que solo pasaban por all¨ª. En parte es el tr¨¢nsito normal del centro de Madrid, y en parte es la convocatoria que Pamela Palenciano hizo 24 horas antes por Twitter, por Facebook, por mail y por WhatsApp: "URGENTE! MA?ANA DOMINGO 19 haremos No solo duelen los golpes a las 12.00 en Sol para apoyar a las mujeres que est¨¢n en huelga de hambre". Ese mon¨®logo, que lleva casi cuatro a?os dando la vuelta al mundo, fue en su momento una catarsis para Palenciano: su vida convertida en una historia que rebulle a cualquiera que est¨¦ cerca y que denuncia el maltrato y la violencia de g¨¦nero.
Mientras Palenciano llega, Gloria V¨¢zquez (A Coru?a, 1972), la presidenta de la Asociaci¨®n, se deja caer sobre una de las sillas bajo ese toldo de pl¨¢stico azul y tantea un vaso de caf¨¦ para llevar. Mira hacia delante, una voluntaria se lleva el ¨²ltimo taco de hojas de firmas. "Ya han ido a hacer otras 1.000 copias m¨¢s", le dice. Ayer, s¨¢bado 18 de febrero, recogieron 11.000. "Pero hacen falta muchas m¨¢s y no vamos a descansar".
Cuenta que, cuando empez¨® 2017, tuvieron la sensaci¨®n de que nada iba a cambiar, sab¨ªan que no iba a cambiar: "Ya somos 16 mujeres asesinadas en lo que va de a?o, aunque el Gobierno reconoce 11, porque est¨¢n en instrucci¨®n. Lo de siempre...". Apenas una hora despu¨¦s, se conoc¨ªa que otra mujer, de 79 a?os, era asesinada a cuchilladas por su marido en una residencia de ancianos en El Campello (Alicante). "Esto es una pantomima, los pol¨ªticos solo sacan el tema cuando les interesa, y todo acabar¨¢ en un pacto entre amigos de cara a las pr¨®ximas elecciones. Mientras, nos siguen asesinando. Necesitamos pol¨ªticos valientes que propongan lo que hace falta para que sigamos vivas".
El permiso del Ayuntamiento de Madrid se les acaba esa misma ma?ana, un permiso que pidieron como "marat¨®n informativo" y que van a seguir ampliando hasta que se las escuche. "Pedimos un gabinete de crisis que impulse de forma inmediata las medidas que la Asociaci¨®n ha redactado, 25 puntos que son importantes, y urgentes. Para antes de ayer". Entre ellos que el Estado se haga cargo de las pensiones alimenticias de los menores para evitar el mal uso del maltratador en sede judicial, frenar el maltrato econ¨®mico y desamparo del menor; que se asegure de que ninguna mujer o menor pueda ser sometida a mediaci¨®n con su agresor bajo ning¨²n concepto, contraviniendo la Ley Integral; que se legisle prohibiendo la guarda y custodia de cualquier tipo, as¨ª como el r¨¦gimen de visitas a favor de maltratadores, cuando hay indicios de maltratos, negligencia y/o abusos.
Mientras habla, V¨¢zquez no para de atender a otros colectivos que se han acercado como muestra de apoyo, para acompa?arlas en una lucha que "deber¨ªa ser de todos". Explica que llevan desde 2009 intentando prestar ayuda y voz a quienes no la reciben por parte de los poderes p¨²blicos: "Todo funciona mal, el tel¨¦fono contra el maltrato funciona mal, la respuesta de la polic¨ªa sigue teniendo un sesgo de g¨¦nero en muchas ocasiones y no siempre los medios llegan. Seg¨²n pasa el tiempo, se suman nuevas formas de maltrato, algunas m¨¢s sutiles y se nos sigue desligitimando frente al mundo, frente al hombre, frente a los hijos".
V¨¢zquez no quiere contar su historia porque no quiere apropiarse de la voz de tantas otras mujeres: "La violencia es la misma para todas, y todas la hemos sufrido". La presidenta de esta asociaci¨®n se r¨ªe medio cansada y se levanta con dificultad para saludar a Pamela Palenciano, que despu¨¦s de pasar por Sol el pasado viernes, decidi¨® que ten¨ªa que hacer algo m¨¢s que poner su firma en una hoja: "Cuando me fui a verlas el viernes me di cuenta de que necesitaban apoyo y dinero, porque tienen muchos gastos por todo el tema judicial. Muchas de ellas siguen en juicio y no tienen ning¨²n tipo de financiaci¨®n institucional. Pens¨¦ que representar el mon¨®logo iba a convocar a mucha gente, y eso es una ayuda para ellas".
Durante casi dos horas?¡ªinterrumpidas por el final de la manifestaci¨®n de CC OO y UGT y la lectura del manifiesto en la misma plaza¡ª Palenciano hurg¨® en muchas heridas e incomod¨® y desconcert¨®, sobre todo los m¨¢s j¨®venes, que se miraban en un espejo seg¨²n Palenciano iba avanzando en el relato. Una narraci¨®n que habla de ella y de su primer novio, Antonio, que la convirti¨® en una persona alejada de s¨ª misma y de los dem¨¢s, que la insultaba en p¨²blico, que la menospreciaba y la humillaba, que la controlaba y la atemorizaba, que le dec¨ªa que iba vestida "como una guarra" y la acusaba de ser una "zorra" por tener amigos: todo en nombre del amor.
A trav¨¦s de ese trozo de su vida, la actriz da forma a un discurso que aterra, el de la realidad sin miramientos ni eufemismos, el de las mujeres que esperan, que perdonan, que aguantan. El de aquellas que despu¨¦s tienen hijos y se convierten en v¨ªctimas y reciben golpes por partida doble: por ser mujeres y por ser madres. El de las mujeres que siguen sacrific¨¢ndose por un relato err¨®neo inculcado desde la cuna, que no son completas hasta que no llega ¨¦l. El de las mujeres que siguen siendo maltratadas, torturadas, humilladas y vejadas. El de las que siguen siendo asesinadas.
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