Europa premia la reparaci¨®n
Los cinco edificios finalistas de los Premios Mies van der Rohe a la mejor arquitectura de la Uni¨®n Europea defienden la esta pr¨¢ctica arquitect¨®nica, social e hist¨®rica
La reparaci¨®n f¨ªsica, la de la memoria hist¨®rica, la del desgaste ocasionado por la falta de mantenimiento y el paso del tiempo, la rectificaci¨®n que lleva a escuchar a colectivos y a estos a actuar y defender sus intereses en lugar de acatar demoliciones o la paulatina desaparici¨®n de la ciudad hist¨®rica, todos esos tipos de remedios, desagravios y restauraciones aspiran al premio de arquitectura que concede la Uni¨®n Europea, el Mies van der Rohe, que se entregar¨¢ el pr¨®ximo 16 de marzo. En la cuenta atr¨¢s, ya s¨®lo quedan cinco finalistas que el jurado visitar¨¢ en los pr¨®ximos meses.
Desde que se concedieran por primera vez a ?lvaro Siza en 1988 la espectacularidad, la vanguardia (o la moda) y la gran escala -m¨¢s que la oportunidad y m¨¢s que la capacidad para indicar un camino- han caracterizado a los edificios premiados: de la Estaci¨®n de Waterloo de Nicholas Grimshaw (1994) al Aeropuerto de Stanstead de Norman Foster (1990), de la Biblioteca Nacional de Francia de Dominique Perrault (1996) a la ?pera de Oslo de Sn?hetta (2009). Hay, excepciones que confirman la regla ¨Cel galard¨®n obtenido por la restauraci¨®n ¨Ccasi valdr¨ªa aqu¨ª decir resurrecci¨®n- del Neues Museum de Berl¨ªn perpetrada por David Chipperfield en 2011. Pero son excepciones de lo que parec¨ªa una regla no escrita y que enviaba un mensaje dif¨ªcil de digerir: la mejor arquitectura europea es la que reinventa la disciplina, la que cuesta ubicar, la que apenas hace referencia a la historia ni al contexto. Todo eso lo cuestionan los finalistas de este a?o.
Algunos abordan la reparaci¨®n urbana desde objetivos y propuestas radicalmente distintas. En la Casa Parroquial de Ribe ¨Cuna de las ciudades m¨¢s antiguas de Dinamarca, al suroeste de Jutlandia- Lene Transberg y Boje Lundgaard idearon un edificio arquet¨ªpico para ubicar, junto a la catedral en el centro de la ciudad medieval.
En Londres, Alison Brooks busc¨® regenerar un vecindario recuperando el uso de los espacios comunes y dotando de nueva calidad a los jardines para luchar contra la segregaci¨®n de los vecinos. Ely Court consiste en un edificio de 43 nuevas viviendas de gran calidad que abre v¨ªas para el uso de los espacios circundantes y busca integrarse en el barrio al tiempo que reintegra a sus habitantes.
Incluso el ic¨®nico Rudy Ricciotti ha hecho desaparecer, hundi¨¦ndolo en el terreno, el Monumento que recuerda el Campo de Concentraci¨®n de Rivesalles, cerca de Perpignan. Marcando el lugar como una herida y alej¨¢ndose de la recuperaci¨®n literal de los barracones, el arquitecto ha demostrado que las marcas pueden comunicar mensajes festivos o reparadores.
En esa misma l¨ªnea, en el Museo Katyn junto a la ciudadela de Varsovia, los arquitectos del estudio BBGK utilizaron t¨²neles y pasillos para rendir homenaje a las 21768 militares asesinados por la polic¨ªa secreta sovi¨¦tica.
Restaurar y renovar es clave tambi¨¦n en el edificio de ?msterdam que aspira al galard¨®n. S¨®lo que por muy actual que pueda parecer de Flat Kleiburg por la manera de abordar la densidad ofreciendo m¨¢s de 500 apartamentos en un edificio de 400 metros de largo, lo perpetrado por NL Architects y XVW Architectuur es una restauraci¨®n: la que llev¨® a recuperar las viviendas que los vecinos no quisieron ver derruidas. El mensaje es esta vez rotundo: Recuperar los edificios ¨Cincluidos los de la modernidad-, salvar el barrio y proteger las ciudades est¨¢ en manos de ciudadanos, arquitectos y pol¨ªticos. Precisa tanto ingenio como conocimiento y humildad. Gane quien gane, el premio Mies van der Rohe ya ha hablado.
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