Las abejas aprenden de sus compa?eras
Un experimento comprueba que estos insectos pueden aprender a utilizar una herramienta despu¨¦s de ver c¨®mo lo hacen otras abejas
El aprendizaje social, es decir, la capacidad de aprender observando otros, ha sido documentada en el reino animal en especies tan variadas como las hormigas hasta los monos. Las abejas acaban de sumarse a la esa lista. Un experimento realizado en la Queen Mary University?londinense y publicado en la revista Science ha comprobado que pueden aprender a utilizar una herramienta despu¨¦s de ver c¨®mo lo hacen otras abejas.
El bi¨®logo Olli J. Loukola y sus colegas colocaron abejorros en una plataforma y los entrenaron para mover una bola amarilla desde el borde de la superficie hasta el centro, con el fin de acceder a una soluci¨®n de az¨²car como recompensa.?Una vez entrenadas, todas las abejas movieron con ¨¦xito sus bolas al centro de la plataforma.?A continuaci¨®n, tres grupos fueron expuestos a diferentes escenarios: en una?demostraci¨®n social, las abejas entrenadas mov¨ªan la pelota delante de aquellas sin entrenamiento; en una demostraci¨®n fantasma, se us¨® un im¨¢n con una abeja de pl¨¢stico para mover la pelota.
Los cient¨ªficos constataron que aquellas?que observaron la demostraci¨®n de la t¨¦cnica de un ejemplar vivo aprendieron la tarea de manera m¨¢s eficiente que aquellas que vieron una demostraci¨®n del?fantasma (bola movida v¨ªa el im¨¢n) o sin la demostraci¨®n. En lugar de copiar a las dem¨¢s abejas, moviendo pelotas a largas distancias, las?observadoras mejoraron el comportamiento y trazaron una mejor ruta, utilizando la pelota situada m¨¢s cerca del objetivo, aunque fuera de un color diferente del utilizado anteriormente.
Loukola explica que investigaciones anteriores ya hab¨ªan demostrado que insectos sociales como las abejas y las hormigas pueden resolver una serie de tareas complejas, pero se trataba de actividades similares a las rutinas de esos animales en su h¨¢bitat natural. "En nuestro estudio, sin embargo, exploramos los l¨ªmites cognitivos de los abejorros, probando si pod¨ªan usar un objeto no natural en una tarea que probablemente nunca antes hab¨ªa encontrado ning¨²n individuo en la historia evolutiva de la especie", afirma. ?
El trabajo anterior del equipo del bi¨®logo mostr¨® que los abejorros son capaces de aprender a tirar de cuerdas para obtener una recompensa, mediante la observaci¨®n de otros ejemplares. "Esos comportamientos sin precedentes dirigidos a la meta muestran una impresionante cantidad de flexibilidad cognitiva, especialmente para un insecto. Supongo que hay muchos insectos inteligentes por ah¨ª, pero no los hemos descubierto todav¨ªa", se?ala Loukola.?
Los investigadores explican que esa capacidad cognitiva insin¨²a que nuevos comportamientos podr¨ªan emerger de manera relativamente r¨¢pida en las especies cuyo estilo de vida exige capacidades de aprendizaje avanzadas frente a las presiones ecol¨®gicas. Es el caso de las abejas y abejorros, que est¨¢n desapareciendo debido al calentamiento global y la destrucci¨®n de su h¨¢bitat. "Esas habilidades probablemente pueden ayudar a sobrevivir en entornos en constante cambio", dice Loukola. El bi¨®logo matiza, sin embargo, que esa probabilidad se ve perjudicada en el panorama actual, en el que el clima cambia demasiado r¨¢pido, incluso para los abejorros m¨¢s h¨¢biles.?
La escuela de la naturaleza
La mayor¨ªa de los animales aprende observando otros. En 2012, cient¨ªficos de la Universidad de Miami realizaron un experimento similar al de las abejas con tiburones lim¨®n ¡ªten¨ªan que localizar un objetivo en una piscina¡ª y comprobaron que aquellos que hab¨ªan observado a ejemplares entrenados cumpl¨ªan la tarea de modo m¨¢s eficiente.
Otro ejemplo son las aves cantoras. Seg¨²n el psicobi¨®logo Juan Delius, la mayor parte de las 4.500 especies que se conocen presentan formas protoculturales relacionadas con sus cantos. Las cr¨ªas de pinz¨®n, por ejemplo, "memorizan" el canto de sus padres y empiezan a reproducir los sonidos cuando adultos.
Las hormigas europeas Temnothorax albipennis practican algo conocido como carrera en t¨¢ndem, en la cual una hormiga muestra a otra el camino hacia una nueva fuente de comida, y hasta reduce el paso para que la novata pueda seguirla y tomar nota de los puntos de referencia ¨²tiles.
Los suricatos africanos aprenden de sus padres a tener cuidado al manipular escorpiones peligrosos, una de sus principales presas. Un estudio publicado en 2006 por Alex Thornton y Katherine Mcauliffe, de la Universidad de Cambridge, describe c¨®mo los suricatos adultos llevaban escorpiones muertos a sus cr¨ªas, "y conforme crec¨ªan, [las cr¨ªas] recib¨ªan cada vez m¨¢s presas vivas, pero lesionadas", a menudo sin el aguij¨®n. Por fin, llega la "graduaci¨®n", y los animales j¨®venes reciben presas intactas.
Las cr¨ªas de tamarino le¨®n dorado tambi¨¦n aprenden a?cazar observando sus padres. Los animales adultos buscan presas en troncos huecos y llama a sus cr¨ªas para compartirlas, explica Lisa Rapaport, antrop¨®loga conductual de la Universidad Clemson, en un estudio publicado en 2011. Los adultos en los bosques costeros de Brasil emiten el reclamo y luego dejan que las cr¨ªas metan las manos en la oquedad del ¨¢rbol para sacar las presas por s¨ª solas. Seg¨²n la investigaci¨®n de la antrop¨®loga, su ¨¦xito "se dispara" con la ayuda del adulto, lo cual es "evidencia circunstancial" de ense?anza y aprendizaje.
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