La deriva autoritaria nos pone enfermos
Especialistas alertan de que la p¨¦rdida de calidad democr¨¢tica da?ar¨¢ la salud p¨²blica
Esta semana, una importante revista m¨¦dica public¨® un estudio revelador: la aprobaci¨®n de leyes de matrimonio igualitario entre personas del mismo sexo en EE UU hab¨ªa reducido un 14% los intentos de suicidio entre j¨®venes LGTB en un a?o. El suicidio es la segunda causa de muerte entre los 15 y los 24 a?os en aquel pa¨ªs. Conociendo este dato, ?cu¨¢nto da?o puede hacer la reciente decisi¨®n de Donald Trump de retirar la protecci¨®n a los estudiantes transexuales?
Numerosos estudios muestran c¨®mo los determinantes sociales y pol¨ªticos, y la calidad de las democracias, son esenciales para la salud de las personas
En 1974, el ministro de Sanidad de Canad¨¢, Marc Lalonde, present¨® un informe revolucionario en el que se conclu¨ªa que las condiciones en las que se desarrolla la vida diaria de las personas?¡ªsociales, econ¨®micas, medioambientales, etc.¡ª son mucho m¨¢s determinantes en su estado de salud que otros factores en los que se centran mayores esfuerzos. Esto explica, por ejemplo, que la pobreza acorte la vida m¨¢s que la obesidad o la hipertensi¨®n. Esta doctrina, reivindicada por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), ayuda a comprender c¨®mo puede influir la deriva autoritaria, que se puede extender a m¨¢s pa¨ªses en los que la p¨¦rdida de salud democr¨¢tica puede resultar nefasta para sus ciudadanos.
Ya hay muchos especialistas llev¨¢ndose las manos a la cabeza por las decisiones que puede tomar Trump, por ejemplo, si da marcha atr¨¢s a la reforma sanitaria de Obama: ser¨ªa 800.000 millones de d¨®lares m¨¢s caro para las arcas p¨²blicas, seg¨²n un c¨¢lculo a diez a?os. Pero m¨¢s all¨¢ del tipo de sistema sanitario y su eficiencia, hay algo claro: la forma de gobernar influye directamente en la salud de la poblaci¨®n. Todo el nuevo y robusto conocimiento sobre los determinantes sociales y pol¨ªticos se?ala que la calidad democr¨¢tica es esencial para una poblaci¨®n sana.
"Depende much¨ªsimo de lo que se lesionen los elementos que vinculen democracia y salud", explica el catedr¨¢tico de la Universidad de Alicante Carlos ?lvarez-Dardet. Este especialista pone como ejemplo que cuando se ignoran los derechos de las minor¨ªas, se deterioran las conquistas laborales, aumenta la desigualdad o bajan los niveles de protecci¨®n social, caen todos los indicadores sobre la salud de la poblaci¨®n. ?lvarez-Dardet particip¨® hace m¨¢s de una d¨¦cada en un estudio pionero publicado en British Medical Journal que correlacionaba el nivel de democracia de los pa¨ªses y la salud de sus ciudadanos: "La democracia mostr¨® una asociaci¨®n m¨¢s fuerte y m¨¢s significativa con los indicadores de salud (esperanza de vida y mortalidad infantil y materna) que otros indicadores como el PIB, el gasto p¨²blico o la desigualdad en los ingresos. Cuando se tuvieron en cuenta todas estas variables, las econ¨®micas perdieron su peso, aumentando as¨ª la importancia del efecto de la democracia", conclu¨ªan.
La aprobaci¨®n de leyes de matromonio igualitario entre personas del mismo sexo en EE UU hab¨ªa reducido un 14% los intentos de suicidio entre j¨®venes LGTB
Los resultados de aquel trabajo se han seguido confirmando en nuevos estudios m¨¢s recientes que se centraban en otros aspectos. Por ejemplo, un trabajo canadiense del a?o pasado muestra que vivir en democracia alarga la vida 11 a?os frente a vivir en otro tipo de reg¨ªmenes y reduce un 62% la mortalidad infantil, dos factores que se explican esencialmente por el tiempo que permanecen los l¨ªderes en el poder: cuantos m¨¢s a?os seguidos gobierna la misma persona, peor es la salud de la poblaci¨®n.
En 2015 se publicaba otro estudio que mostraba que la gente se siente en mejor estado de salud en los pa¨ªses con mayor calidad democr¨¢tica, un factor que no se explicaba ni por el nivel econ¨®mico ni por las inversiones en sanidad y educaci¨®n. Unos investigadores suecos, analizando la evoluci¨®n en cuatro d¨¦cadas de 70 pa¨ªses en desarrollo, mostraban c¨®mo afectaba la democratizaci¨®n a esos pa¨ªses y calculaban c¨®mo una d¨¦cada de democracia real en Costa de Marfil habr¨ªa supuesto 1.200 ni?os muertos menos al nacer anualmente.
Todos estos trabajos se?alan que hay una serie de intangibles asociados a la calidad democr¨¢tica de un pa¨ªs (y no solo la bonanza econ¨®mica) que explican que siente tan bien a la salud de la gente. "Las condiciones de vida, la redistribuci¨®n de la riqueza, el medioambiente, las libertades, el poder ejercer derechos, son factores que influyen much¨ªsimo m¨¢s en la salud que los servicios sanitarios", advierte Beatriz Gonz¨¢lez, presidenta de la Sociedad Espa?ola de Salud P¨²blica (SESPAS).
"Las condiciones de vida, la redistribuci¨®n de la riqueza, el medio ambiente o las libertades son factores que influyen mucho m¨¢s en la salud que los servicios sanitarios", advierte la presidenta de SESPAS
?lvarez-Dardet public¨® recientemente un art¨ªculo en The Lancet Global Health en el que explicaba c¨®mo el respeto a los derechos de las mujeres y la igualdad de g¨¦nero eran un paso fundamental para mejorar la salud de un pa¨ªs. Trump, por ejemplo, ya est¨¢ recortando a las mujeres derechos relativos a su salud reproductiva. El respeto a los derechos de las minor¨ªas es otro de esos factores determinantes. Por ejemplo, mientras el colectivo LGTB era ignorado, la administraci¨®n de Ronald Reagan consider¨® el sida "la venganza de la naturaleza contra los gais", retrasando as¨ª que se combatiera de forma efectiva una epidemia que afectaba a toda la sociedad. Como se mostraba en el ejemplo inicial del suicidio de los adolescentes, las minor¨ªas sexuales tambi¨¦n est¨¢n amenazadas ahora en EE UU.
El respeto a los derechos de los inmigrantes tambi¨¦n influye decisivamente. Como explica Gonz¨¢lez, en la actualidad SESPAS y otros colectivos siguen peleando para recuperar la cobertura sanitaria total para los inmigrantes, "por justicia y por eficacia". Un art¨ªculo en The Lancet advert¨ªa de que la decisi¨®n de dejar fuera de la cobertura integral a esas 800.000 personas puede tener ¡°graves consecuencias para la salud de toda la poblaci¨®n, especialmente en relaci¨®n con la tuberculosis y la infecci¨®n por el VIH¡±. Si los inmigrantes no est¨¢n bien atendidos, se les da?a a ellos pero tambi¨¦n se pone en riesgo al resto de los ciudadanos.
Vivir en democracia alarga la vida 11 a?os frente a vivir en otro tipo de reg¨ªmenes y reduce un 62% la mortalidad infantil
La p¨¦rdida de calidad democr¨¢tica puede afectar de muchas otras maneras. Por ejemplo, ignorando la lucha contra el cambio clim¨¢tico y sus efectos acordada por 190 pa¨ªses en Par¨ªs. O el cierre de fronteras, fomentando el aislacionismo, es contraproducente en caso de pandemias como la del ¨¦bola, que solo se solucion¨® cuando todos los pa¨ªses y sus mejores especialistas trabajaron en conjunto escala global. Incluso la libertad de prensa es importante, denostada por los nuevos l¨ªderes de la derecha autoritaria. Por ejemplo, haciendo de contrapeso frente a unos gobernantes que, como el vicepresidente Mike Pence, aseguran que "fumar no mata", o las ideas infundadas de Trump sobre las vacunas. Por no hablar de la corrupci¨®n: un estudio reciente de V¨ªctor Lapuente mostraba que incluso el abuso de antibi¨®ticos estaba relacionado con los niveles de corrupci¨®n en las distintas regiones de Europa.
"Las preocupaciones compartidas sobre estos eventos podr¨ªan ayudar a organizar a la comunidad de salud p¨²blica en Europa en torno a objetivos colectivos", escrib¨ªa recientemente David Stuckler, especialista en salud p¨²blica de la Universidad de Oxford, llamando a contrarrestar el resurgimiento de la extrema derecha en Europa y Am¨¦rica del Norte. Y a?ad¨ªa: "No debemos edulcorar la realidad: las pol¨ªticas de odio hacia los inmigrantes y el antagonismo a la protecci¨®n de la salud es una amenaza real. Dejar de responder es una aceptaci¨®n t¨¢cita".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.