Un planeta 50-50 todo el a?o
La igualdad entre hombres y mujeres debe ser recordada por todos durante todos los d¨ªas
M¨¢s de un siglo llevamos las mujeres reivindicando, en este nuestro D¨ªa Internacional, la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, no la igualdad de sexos como los negacionistas de este debate plantean tramposamente. ?Claro que las mujeres somos diferentes a los hombres! Ah¨ª radica la atracci¨®n entre sexos, pero eso no deber¨ªa impedir gozar de id¨¦ntica equidad y justicia. Que es lo que se reclama.
Cuando en julio del a?o pasado Hillary Clinton se impuso como la primera mujer candidata a la Casa Blanca, la circunstancia era hist¨®rica. Y lo recogieron las grandes cabeceras norteamericanas. Pero, bajo los titulares de la nominaci¨®n hist¨®rica, The Washington Post y Chicago Tribune publicaron la foto de su marido Bill, The New York Times la de dos mujeres negras y The Wall Street Journal la del perdedor Sanders. Todos evitaron llevar en portada a la protagonista ¡°hist¨®rica¡± Hillary. ?Alguien cree que una candidata puede hacer una campa?a normal ¡ªdigamos que como un hombre¡ª con este panorama? La respuesta es NO. Para llegar al top una l¨ªder ha tenido que romper a martillazos lo que eufem¨ªsticamente se llama techo de cristal. Y cuando lo rompe, y llega, se le destaca car¨¢cter mand¨®n, no liderazgo: la dama de hierro Thatcher, la ruda Merkel y la dudosa May porque no es madre. Terrible. Aunque no hay que salir de casa para encontrarnos art¨ªculos con prejuicios contundentes como este: ?por qu¨¦ las feministas son m¨¢s feas que las mujeres normales? Lo que sugiere otra pregunta: ?exigir sus derechos le convierte a una mujer en anormal y le resta belleza?
Hoy, las calles de ciudades en pa¨ªses y culturas diferentes volver¨¢n a llenarse de mujeres para reclamar que la igualdad de oportunidades no sea un asunto de g¨¦nero sino de derechos humanos. Naciones Unidas apela a ¡°un planeta 50-50 en 2030, en un mundo laboral en transformaci¨®n¡±. Hace bien Naciones Unidas en poner ¨¦nfasis en el trabajo, porque no habr¨¢ empoderamiento econ¨®mico de ellas mientras no se acabe la brecha salarial (que a nivel global es del 24%), mientras no se rompa la brecha de liderazgo (estereotipo atribuido a ellos) y mientras no se distribuyan las tareas no remuneradas del hogar entre hombres y mujeres. Por eso, al inicial D¨ªa de la Mujer se ha a?adido el adjetivo de Trabajadora, requisito, el del trabajo, imprescindible para que cualquier persona sea independiente y pueda tomar sus propias decisiones.
A lo largo de este siglo de lucha, especialmente en los ¨²ltimos 50 a?os, las mujeres han roto techos como el que les imped¨ªa ser algo distinto a secretarias, maestras o enfermeras por los fatigosos estereotipos que les atribu¨ªan ser m¨¢s serviciales, comunicativas y pacientes. Pero queda mucho por conquistar, especialmente para animar a ni?as y mujeres por el gusto hacia las ciencias. Y aqu¨ª los medios de comunicaci¨®n tenemos una enorme tarea y responsabilidad. Para no oscurecer a las mujeres, algo especialmente doloroso cuando consiguen hitos hist¨®ricos. Y, en sentido contrario, para no darles visibilidad con estereotipos negativos. A¨²n con todo, lo m¨¢s importante es impedir que desde los medios se justifique la violencia machista. Ni una, ni dos veces, se leen art¨ªculos con comentarios como ¡°llega el sol y las chicas muestran con total descaro cu¨¢les son sus prioridades¡±. O ¡°de noche, un poco put¨®n es necesario, pero de d¨ªa, una debe ir m¨¢s recatada para evitar... violaciones¡±. O este otro: ¡°Se celebr¨® una absurda manifestaci¨®n contra la violencia que llaman de g¨¦nero, ser¨ªan de esperar otras contra el c¨¢ncer de pr¨®stata o el suicidio¡±. Art¨ªculos que han sido publicados sin que los directores hayan muerto de verg¨¹enza. Es hora de exigir que ning¨²n medio permita semejantes atropellos.
Y exigir que se elijan m¨¢s prescriptoras, que hay excelentes en todos los campos. Que se reporten en igualdad los ¨¦xitos femeninos. Que desde las tribunas de opini¨®n se anime a las mujeres a denunciar el acoso social y laboral. Que se difunda que la violencia machista es una lacra social, no cr¨ªmenes individuales. Que no llamemos fallecida a una mujer asesinada por su pareja. Que al maltratador se le califique de criminal. Y que las televisiones no exhiban estos cr¨ªmenes con sensacionalismo, titulares escabrosos, im¨¢genes sangrientas y declaraciones justificativas del asesino. Es la ¨²nica v¨ªa de salir de esta terrible pesadilla: demandar y conseguir 365 d¨ªas al a?o de dignidad, respeto y equidad.
Ganar¨¢ la sociedad. No solo las mujeres.
Gloria Lomana es periodista, miembro del International Women¡¯s Forum y premio Fedepe (Federaci¨®n de Mujeres Directivas).
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