La fr¨ªvola acusaci¨®n de prevaricar
Tertulianos y columnistas de toda ralea han criticado la sentencia del ¡®caso N¨®os¡¯ sin aportar argumentos sino solo ocurrencias
Incluso los que no son juristas saben que un funcionario prevarica cuando dicta una resoluci¨®n siendo consciente de su injusticia. Si ese funcionario es un juez, una conducta como esta adquiere especial gravedad. Se pone en evidencia la flagrante arbitrariedad de quien debe impartir justicia.
La sentencia del caso N¨®os, tambi¨¦n conocido como el caso Urdangarin, y todo su universo est¨¢ en boca de todos. Al opinar sobre este asunto judicial y sobre la sentencia que se ha dictado hace pocos d¨ªas, afamados columnistas y tertulianos de todo origen y condici¨®n no han tenido ning¨²n rubor ni problema moral en salir a deg¨¹ello y afirmar rotundamente que las tres juezas de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca que han absuelto a la infanta Cristina de Borb¨®n lo han hecho, no por estrictos criterios jur¨ªdicos sino por ser hermana del Rey. Esos sabios creadores de opini¨®n, no han tenido reparo alguno en asegurar, a diestro y siniestro, que las magistradas Mart¨ªn, Romero y Moya, profesionales de carrera que conforman un Tribunal ordinario no designado a dedo por ning¨²n pol¨ªtico conspirador ni por ning¨²n poder f¨¢ctico desconocido, han prevaricado. Y hacen esa calumniosa afirmaci¨®n sin aportar ninguna prueba qued¨¢ndose tan anchos y encantados de su magn¨ªfica ocurrencia.
Sucede, sin embargo, que esos atrevidos opinadores deber¨ªan saber que acusar de prevaricar a un juez (o a tres en este caso), es decir, acusarlos de dictar, con conocimiento y voluntad, una sentencia injusta es algo grav¨ªsimo y delictivo. Y lo es precisamente porque prevaricar es el peor delito que puede cometer un juez. Y un Estado que tolerara la corrupci¨®n de sus jueces y aceptara que se dicten, premeditadamente, sentencias injustas no ser¨ªa nunca un Estado democr¨¢tico.
Por lo tanto, todos estos articulistas o tertulianos que van sentando c¨¢tedra afirmando fr¨ªvolamente que el tribunal de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca ha absuelto a la ciudadana Cristina de Borb¨®n por ser quien es y no por lo que ha hecho o dejado de hacer, est¨¢n cuestionando mucho m¨¢s que una sentencia. Est¨¢n cuestionado y poniendo en tela de juicio, nunca mejor dicho, ni m¨¢s ni menos que los pilares mismos de la democracia.
Un Estado que tolerara la corrupci¨®n de sus jueces no ser¨ªa nunca un Estado democr¨¢tico
Y como, por suerte, estamos todos amparados por esos mismos pilares democr¨¢ticos, debemos aplaudir la decisi¨®n del Tribunal que, entendiendo que no hay riesgo de fuga, ha acordado que el se?or Urdangarin no debe ingresar en prisi¨®n hasta que la sentencia que le condena sea firme. Una decisi¨®n justa que en m¨²ltiples ocasiones, sin ser mis clientes sospechosos de recibir ning¨²n trato de favor y habiendo sido tambi¨¦n condenados a entrar en prisi¨®n aunque sin sentencia firme (como en el caso que nos ocupa) igualmente a ellos se les ha aplicado la misma medida dentro del m¨¢s estricto marco de la legalidad.
Ma?ana, estemos en Palma de Mallorca, en Zamora o en Barcelona, como llevo haciendo hace ya m¨¢s de 30 a?os, explicar¨¦ a mis clientes que el problema que tienen y les preocupa ¡ªsea el que sea¡ª y que se tendr¨¢ que discutir en un tribunal de justicia, se resolver¨¢ con criterios exclusivamente objetivos. S¨®lo con la ley en la mano y con escrupuloso respeto al principio de igualdad. Nunca les dir¨¦ que quiz¨¢s no. Que quiz¨¢s su problema, tal vez su libertad, ser¨¢ una cuesti¨®n que no se resolver¨¢ con estricta e imparcial justicia porque quien sabe si al tribunal se le ocurrir¨¢ prevaricar. Y si yo no pensara que en este pa¨ªs tenemos unos jueces que juzgan solamente con criterios profesionales y seg¨²n su conciencia y, por el contrario creyera que, en ocasiones, y dependiendo de quien se sienta en el banquillo, esos jueces deciden prevaricar, les aseguro que, por dignidad, hoy mismo, colgar¨ªa la toga .
Debemos ser muy claros. Si alguien no cree de verdad que en Espa?a tenemos unos tribunales imparciales que juzgan solo por lo que se prueba o no en un juicio, esa legi¨®n de incr¨¦dulos deber¨ªan salir sin demora a la calle, levantar las barricadas y reclamar la revoluci¨®n pendiente. Un Estado con jueces que prevaricaran seria un Estado sin justicia y por lo tanto y por definici¨®n no podr¨ªa ser jam¨¢s un Estado social, democr¨¢tico y de derecho.
Perm¨ªtanme que les diga, finalmente, que frivolizar con esto, desde el altavoz privilegiado que ofrece una tribuna p¨²blica de opini¨®n, me parece, como m¨ªnimo, una temeridad adem¨¢s de una insensatez.
Carles Monguilod Agust¨ª es abogado penalista.
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