?Para qu¨¦ sirve perdonar?
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ESTE PASADO mes de enero tuve el privilegio de conocer personalmente a Irene Villa. Ambos est¨¢bamos invitados como conferenciantes en un evento empresarial en Sevilla. Ten¨ªa muchas ganas de escuchar su ponencia, el testimonio y el esp¨ªritu de superaci¨®n de una v¨ªctima de un atentado de ETA en 1991.
Irene ten¨ªa entonces 12 a?os. Perdi¨® las dos piernas. Salv¨® la vida gracias a la intervenci¨®n de los m¨¦dicos. Pero quedar¨ªa inv¨¢lida para el resto de su vida. Su madre tambi¨¦n sobrevivi¨®. Perdi¨® un brazo y una de sus extremidades inferiores.
Irene explic¨® en su conferencia que la primera vez que se reuni¨® con su madre, semanas despu¨¦s del atentado, esta entr¨® en la habitaci¨®n de su hospital, cerr¨® la puerta y le dijo: ¡°Irene, tenemos dos opciones. Anclarnos en lo que nos ha sucedido y amargarnos el resto de nuestra vida, o bien perdonar, mirar adelante y vivir plenamente de acuerdo a nuestras capacidades¡±.
Veintis¨¦is a?os despu¨¦s, Irene Villa es una mujer con un curr¨ªculo impresionante: tres carreras (psicolog¨ªa, humanidades y comunicaci¨®n audiovisual); autora de varios libros y articulista; deportista de ¨¦lite, ha practicado el esqu¨ª profesional, el submarinismo, la esgrima, entre muchos otros deportes; es creadora de una fundaci¨®n que lleva su nombre y que busca ayudar a todo tipo de disminuidos f¨ªsicos y ps¨ªquicos. Casada y madre de tres hijos. Sus logros no est¨¢n al alcance de cualquiera, incluso en plena integridad f¨ªsica.
EL LIDERAZGO SOLO ES POSIBLE CUANDO UNO PUEDE MIRAR HACIA EL FUTURO SIN LA IRA DEL PASADO.
Al final de su ponencia, uno de los asistentes le pregunt¨® si de verdad hab¨ªa perdonado a los terroristas. Su respuesta no ha dejado de perseguirme porque dio una aproximaci¨®n y perspectiva del perd¨®n totalmente nueva para m¨ª, y que, con su permiso, comparto aqu¨ª.
Ella respondi¨® que, por supuesto, el perd¨®n era absoluto. Y explic¨® que perdonar significaba romper el v¨ªnculo con quien te ha hecho da?o. Mientras hay rencor y dolor, est¨¢s ligado al delincuente; este ha logrado su objetivo: hacerte da?o y que ese da?o permanezca. Por el contrario, si perdonas, te liberas de esa persona para siempre. El v¨ªnculo desaparece y eres totalmente libre.
Es una respuesta profunda y trascendental de la que se derivan diferentes conclusiones y lecturas que pueden ayudarnos en muchos ¨¢mbitos. El primer mensaje. Perdonar no necesariamente significa reconciliarse con la persona que te ha hecho da?o, hacerse su amigo o establecer una relaci¨®n. No. En absoluto. Perdonar no entra?a relaci¨®n. Este aspecto es muy importante.
Perdonar significa apaciguar la ira interior que queda tras el da?o recibido. Eliminar la sed de venganza, de dolor ajeno, supone restablecer el equilibrio y la justicia con el lado contrario de la moneda del mal. Perdonar no es olvidar los hechos, ni negar la realidad; no es humillarse ante el otro; es aceptar y reequilibrar los sentimientos a trav¨¦s del polo opuesto de quien te ha hecho da?o. Tan f¨¢cil. Tan dif¨ªcil.
Aquel que se venga de sus enemigos accede a un minuto de ira, pero a toda una vida de dolor; mientras que quien perdona se beneficia de toda una vida de paz interior. Perdonar es apagar, para siempre, la ira interior.
Es a partir de tal liberaci¨®n que uno puede enfrentarse a su futuro con total independencia y libertad. Si quien ha sufrido la ofensa o el ataque se queda anclado en el odio dif¨ªcilmente va a tener la paz de esp¨ªritu, la concentraci¨®n y la disposici¨®n a realizar cualquier proyecto de futuro. A esa persona le estar¨ªa quemando la amargura y ansia de venganza y no conseguir¨ªa nada. Todos los logros e hitos de alguien a quien se ha infligido un gran dolor son la demostraci¨®n de su perd¨®n.
Lo mismo puede aplicarse a uno mismo. Haciendo una analog¨ªa, si no nos perdonamos a nosotros mismos, tampoco nos desembarazamos del v¨ªnculo con los hechos o errores cometidos, sean estos cuales sean. Y reincidimos en nuestros errores. Perdonarse es romper el ?v¨ªnculo con el propio pasado que deseamos desde?ar. No puede liderarse la propia vida si no nos perdonamos cualquier cosa que haga que la angustia no se esfume.
?Cu¨¢ntos l¨ªderes y superiores gestionan a sus subordinados desde la rabia, la ira, el sometimiento y la negatividad!.
Este es un mensaje muy necesario en otros ¨¢mbitos de la vida menos traum¨¢ticos, como en el profesional. ?Cu¨¢ntos l¨ªderes y superiores gestionan a sus subordinados desde la rabia, la ira, el sometimiento y la negatividad! Son v¨ªctimas de su incapacidad para perdonar. De disculparse a s¨ª mismos y a quienes en su entorno profesional los han enga?ado o hecho da?o en el pasado. Los superiores que act¨²an con maldad, utilizando la presi¨®n sistem¨¢tica, la amenaza o el estr¨¦s como modos de imponer su fuerza son personas llenas de ira; gente incapaz de perdonar ni perdonarse. Acumulan demasiado pesar, venganzas pendientes, ansia de dolor ajeno. En cambio, los grandes l¨ªderes son gente que sabe liberarse de culpas y agravios. El liderazgo solo es posible, respecto a los dem¨¢s y a la propia vida, cuando uno puede mirar hacia el futuro con la experiencia pero sin la ira del pasado.
En resumen, solo se accede al proyecto vital, a la libertad y a la autorrealizaci¨®n desde el perd¨®n. No es necesario sufrir un atentado terrorista, un maltrato o un grand¨ªsimo da?o para poner en pr¨¢ctica esta actitud; todos sufrimos peque?os ¡°atentados¡± cotidianos. Aprendiendo a perdonarlos contribuimos a un mundo mejor. Esa es, de hecho, la funci¨®n del perd¨®n.
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