?D¨®nde est¨¢n las mujeres matem¨¢ticas?
La invisibilidad es una constante en el quehacer de las mujeres, pero en el caso de las matem¨¢ticas ha sido especialmente dif¨ªcil romper con esa tendencia
La t¨ªmida sonrisa de la matem¨¢tica Katherine Johnson cuando entr¨® en el escenario era el preludio de su posterior cara de asombro al ver a todo el p¨²blico del Dolby Theatre, donde se celebr¨® la entrega de los Oscar el pasado 26 de febrero, de pie y aplaudiendo como si hubiera aparecido la m¨¢s conocida y querida estrella del mundo de la far¨¢ndula. Hizo falta una pel¨ªcula, Figuras Ocultas,?de Theodore Melfi (2016), para que el mundo conociera su trabajo junto a otras mujeres afroamericanas en la NASA. Hasta entonces, pocos hab¨ªan o¨ªdo hablar de una mujer matem¨¢tica que ayud¨® a describir las ¨®rbitas de los cohetes del primer programa espacial estadounidense tripulado (Mercury) o del tan famoso Apolo 11 que llev¨® al ser humano a la Luna. La invisibilidad es una constante en el quehacer de las mujeres, pero en el caso de las matem¨¢ticas ha sido especialmente dif¨ªcil romper con esa tendencia. Solo algunas hero¨ªnas lo han conseguido.?
En el ¨¢mbito de la ciencia las mujeres han tenido que luchar por cada uno de sus derechos con trabajo y paciencia. Parad¨®jicamente, determinadas situaciones de necesidad, como guerras, o las carreras espaciales frente al enemigo, han jugado a su favor. En esos momentos hist¨®ricos se abrieron peque?as rendijas que las mujeres aprovechaban para introducirse en las sociedades cient¨ªficas, casi siempre de manera silenciosa y sin estruendos, pensando solo en el trabajo que realizaban. Este fue el caso de la matem¨¢tica alemana Emmy Noether (1882-1935) cuyas contribuciones fueron determinantes en el desarrollo de la f¨ªsica moderna. Trabaj¨® hasta convertirse en imprescindible en la evoluci¨®n de la ciencia en su momento hist¨®rico, y esper¨® con paciencia a que sus colegas admiraran sus ideas y no tuvieran m¨¢s remedio que aceptarla como una igual en la Universidad de Gotinga, donde pocos a?os antes las mujeres ten¨ªan vetado el acceso incluso como estudiantes.?
En Espa?a, durante los a?os en que las mujeres lo ten¨ªan terriblemente dif¨ªcil en la oscuridad de la dictadura franquista, la matem¨¢tica gallega Mar¨ªa Wonenburger (1927-2014) decidi¨® moverse a universidades americanas y canadienses para perseguir su sue?o: aprender y ense?ar matem¨¢ticas. Primero intent¨® formar parte del Bryn Mawr College, precisamente donde reposan las cenizas de Emmy Noether, pero no lo consigui¨®. Pero con perseverancia consigui¨® convertirse en una de las primeras becadas Fullbright espa?olas. Mujeres como Wonenburger han pasado a la historia por ser ¡°las primeras¡±. Junto a ella, Maryam Mirzakhani, galardonada medalla Fields en 2014 por sus importantes aportaciones en el estudio de los espacios de moduli de las superficies de Riemann, es la ¨²nica mujer que ha obtenido hasta ahora este alto honor; la belga Ingrid Daubechies fue la primera presidenta de la Uni¨®n Matem¨¢tica internacional; Anna Johnson Pell Wheeler, la primera mujer en impartir un Colloquium Lecture en 1927 en el congreso de la American Mathematical Society.?
M¨¢s all¨¢ de su t¨ªtulo de pioneras, estas matem¨¢ticas han dejado su impronta con resultados relevantes que llevan sus nombres: Los Teoremas de Noether, el algoritmo de Hermann (por Grete Hermann) para descomposici¨®n primaria de ideales, la conjetura de Ragsdale (por Virginia Ragsdale), el m¨¦todo de Shlaer¨CMellor (por Sally Shlaer y su compa?ero Stephen J. Mellor), o el grafo de Marion Gray, que construy¨® cuando trabajaba en el Departamento de Desarrollo e Investigaci¨®n de la American Telephone and Telegraph Company de Nueva York.?
Algunas de ellas, como en el caso de Mirzakhani, han dejado de ser ¡°figuras ocultas¡± tras recibir un premio de la comunidad cient¨ªfica internacional que las ha hecho m¨¢s visibles. Pero este se puede considerar un caso muy excepcional. Otras han recibido importantes galardones y son menos conocidas. Este es el caso de la iran¨ª Sara Zahedi, premio de la Sociedad Matem¨¢tica Europea por su excelente investigaci¨®n sobre el desarrollo y an¨¢lisis de algoritmos num¨¦ricos para ecuaciones en derivadas parciales con un enfoque en aplicaciones problemas con geometr¨ªa din¨¢mica. Y el de Sylvia Serfaty, premio Henri Poincar¨¦, experta en ecuaciones en derivadas parciales y f¨ªsica matem¨¢tica. Junto a ellas, muchas otras cient¨ªficas est¨¢n ah¨ª, como lo estaba Katherine Johnson, priorizando su trabajo frente a la notoriedad, haciendo avanzar nuestra disciplina, aunque sigan siendo invisibles ante los ojos prejuiciosos que piensan que las matem¨¢ticas son cosa de matem¨¢ticos. Hoy 8 de marzo, celebrando el d¨ªa Internacional de la Mujer, hag¨¢moslas visibles y reclamemos su espacio en nuestra ciencia.
Edith Padr¨®n es profesora en la Universidad de La Laguna y miembro asociada del ICMAT, donde forma parte de la Comisi¨®n de G¨¦nero, ?gata A. Tim¨®n es miembro del ICMAT y tambi¨¦n forma parte de la Comisi¨®n de G¨¦nero.
Caf¨¦ y Teoremas es una secci¨®n dedicada a las matem¨¢ticas y al entorno en el que se crean, coordinado por el Instituto de Ciencias Matem¨¢ticas (ICMAT), en la que los investigadores y miembros del centro describen los ¨²ltimos avances de esta disciplina, comparten puntos de encuentro entre las matem¨¢ticas y otras expresiones sociales y culturales, y recuerdan a quienes marcaron su desarrollo y supieron transformar caf¨¦ en teoremas. El nombre evoca la definici¨®n del matem¨¢tico h¨²ngaro Alfred R¨¦nyi: ¡°Un matem¨¢tico es una m¨¢quina que transforma caf¨¦ en teoremas¡±.
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