Repensar el progreso
2017 se presenta como un a?o de oportunidades para Am¨¦rica Latina y el Caribe
Am¨¦rica Latina y el Caribe han obtenido notables avances en materia de desarrollo en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Desde la consolidaci¨®n de los gobiernos democr¨¢ticos y mejoras permanentes en salud y educaci¨®n, hasta logros m¨¢s recientes en protecci¨®n del medio ambiente y reducci¨®n de la desigualdad. En 2015, la regi¨®n cumpli¨® la mayor¨ªa de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), un logro hist¨®rico, especialmente en los temas relativos a la reducci¨®n de la pobreza, el acceso al agua potable y la educaci¨®n primaria.
Entre 2002 y 2013, cerca de 72 millones de personas salieron de la pobreza y alrededor de 94 millones ingresaron a la clase media. Pero pese a estos los avances muchos ciudadanos no se han visto beneficiados por el auge econ¨®mico de los ¨²ltimos a?os. La desigualdad sigue siendo una caracter¨ªstica de esta regi¨®n, aun cuando algunos pa¨ªses figuran entre las principales econom¨ªas del mundo. Diez de los 15 pa¨ªses m¨¢s desiguales del planeta se encuentran en Am¨¦rica Latina o el Caribe.
Seg¨²n nuestro Informe sobre Desarrollo Humano para la regi¨®n, 220 millones de personas (casi dos en cada cinco latinoamericanos) son hoy econ¨®micamente vulnerables: oficialmente no son pobres, pero tampoco lograron ascender a la clase media. Entre estos, de 25 a 30 millones de personas¡ªm¨¢s de un tercio de los que salieron de la pobreza en la regi¨®n desde 2002¡ª corren el riesgo de recaer en ella.
Y es precisamente en este momento de ralentizaci¨®n cuando necesitamos pol¨ªticas p¨²blicas de nueva generaci¨®n que fortalezcan los cuatro factores que previenen retrocesos: protecci¨®n social, sistemas de cuidado, activos f¨ªsicos y financieros (como un auto, casa propia, cuenta de ahorro o dinero en el banco que act¨²an como ¡®colchones¡¯ durante las crisis), y cualificaci¨®n laboral.
Invitamos a repensar el progreso desde una mirada ¡°multidimensional¡±, que trascienda el uso del ingreso per c¨¢pita y del Producto Interno Bruto (PIB) como criterios privilegiados para medir el nivel de desarrollo. El crecimiento econ¨®mico no basta, y nada que disminuya los derechos de las personas y comunidades o que amenace la sostenibilidad ambiental puede ser considerado progreso.
Nada que disminuya los derechos de las personas y colectivos o amenace la sostenibilidad ambiental es progreso
Tambi¨¦n es necesario garantizar la paridad de g¨¦nero dentro y fuera del hogar, reconocer los derechos multiculturales y plurinacionales de los pueblos y las comunidades, proteger el medio ambiente, asegurar el acceso a la energ¨ªa renovable y fortalecer la resiliencia ante desastres y crisis.
En los ¨²ltimos a?os, hemos sido testigos de un aumento de la magnitud de los desastres naturales, sequ¨ªas, inundaciones y huracanes. Los efectos del cambio clim¨¢tico son cada vez m¨¢s notables y las consecuencias muy negativas, en particular para los pa¨ªses en desarrollo, menos capaces de hacer frente a los impactos y m¨¢s propensos a verse afectados. Invertir en la "resiliencia" de las personas?¡ªen su capacidad de asumir los choques sin mayores reveses sociales y econ¨®micos¡ª es m¨¢s importante que nunca.
La mitigaci¨®n y adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico son una prioridad para la regi¨®n, por la necesidad de proteger los recientes logros del desarrollo y asegurar la viabilidad econ¨®mica y social a largo plazo. Un ¨¢rea fundamental es la gesti¨®n de los recursos h¨ªdricos, asegurando su disponibilidad, calidad y acceso. La agricultura y las implicaciones potenciales para la seguridad alimentaria son otra dimensi¨®n que afecta a muchos pa¨ªses de la regi¨®n, al igual que los impactos en nuestra rica biodiversidad y en la salud humana.
Un desarrollo seguro e informado, incluyendo la reducci¨®n de riesgos de desastre en los planes de desarrollo, es crucial para proteger a las comunidades y sus medios de subsistencia. El PNUD trabaja con gobiernos nacionales y locales, el sector privado y la sociedad civil para que las capacidades, habilidades y recursos est¨¦n en su lugar y los pa¨ªses est¨¦n preparados para prevenir, mitigar y responder a los desastres. Sistemas de alerta temprana, dise?o de rutas de evacuaci¨®n y fortalecimiento de infraestructuras son algunas de las acciones coordinadas que llevamos a cabo en la regi¨®n.
Las ciudades deben estar en el centro de las soluciones. Esto tiene especial importancia para Am¨¦rica Latina y el Caribe, la regi¨®n en desarrollo m¨¢s urbanizada del mundo. Las tasas de urbanizaci¨®n aumentaron de 68% a 80% entre 1980 y 2012 y se estima que el 90% de la poblaci¨®n vivir¨¢ en ciudades en 2050. Esto plantea un conjunto diferente de desaf¨ªos en materia de energ¨ªa, en particular en relaci¨®n con el transporte y los servicios p¨²blicos.
Entre estos retos se encuentran los altos niveles de violencia e inseguridad ciudadana. La tasa promedio de homicidios en Am¨¦rica Latina es 3.5 veces la tasa mundial. Sin embargo, la seguridad no debe percibirse solo como una reducci¨®n de las tasas de delincuencia, sino m¨¢s bien como el resultado de pol¨ªticas que surgen a partir de una estrategia integral, sostenible, participativa y mulltidimensional. Esta estrategia debe incluir elementos destinados a mejorar la calidad de vida de la poblaci¨®n, acciones comunitarias de prevenci¨®n de delitos, sistemas de justicia accesibles, agiles y eficaces, y una educaci¨®n basada en valores y en el respeto de la ley y los derechos humanos.
En esta regi¨®n, las mujeres todav¨ªa sufren violencia y son discriminadas a nivel laboral y a la hora de tomar decisiones. En promedio, 12 mujeres son asesinadas diariamente en la regi¨®n (Cepal) y casi una de cada tres (27,3%) sufre de violencia f¨ªsica. Reducir la violencia contra mujeres y ni?as es una prioridad.
Empoderar a las mujeres, a los j¨®venes, a las personas con discapacidad, LGBTI, a los pueblos ind¨ªgenas, comunidades afro-descendientes, migrantes y refugiados es parte importante de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030. Esta llama a erradicar la pobreza en todas sus dimensiones, sin dejar a nadie atr¨¢s ni poner en riesgo a las generaciones futuras. A medida que los pa¨ªses comienzan a implementar los ODS, los invitamos a trabajar en conjunto con miras a una nueva noci¨®n de progreso.
Jessica Faieta es subsecretaria general de la ONU y directora regional del PNUD para Am¨¦rica Latina y el Caribe.
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