Fukushima, seis a?os despu¨¦s: las consecuencias y las lecciones
El accidente nuclear no provoc¨® muertes por radiaci¨®n, pero la evacuaci¨®n caus¨® m¨¢s de mil muertes prematuras
El 11 de marzo de 2011, un terremoto de magnitud 9 sacudi¨® al este del Jap¨®n, seguido de un tsunami de 15 metros que desactiv¨® el sistema de electricidad y enfriamiento de tres reactores de la planta nuclear de Fukushima Daiichi y provoc¨® uno de los accidentes nucleares m¨¢s graves de la historia.
Vista la cercan¨ªa con grandes urbes (Tokio est¨¢ a poco m¨¢s de 200 kil¨®metros), m¨¢s de 10 millones de personas podr¨ªan haber quedado expuestas a la nube de radiaci¨®n. Afortunadamente para las poblaciones (y en perjuicio de los ecosistemas costeros), gran parte de la radiactividad fue a parar al mar. Se estima que la cantidad de radiaci¨®n en el aire fue de menos del 15% que la liberada por el accidente nuclear de Chern¨®bil. Las mediciones individuales realizadas sobre trabajadores de la planta y la poblaci¨®n evacuada (que se encontraba dentro de un radio de 20 kil¨®metros) muestran que efectivamente la dosis acumulativa promedio por persona fue unas 10 veces menor que la registrada en Chern¨®bil. Adem¨¢s, el an¨¢lisis reciente de datos obtenidos a partir de unos 9.000 dos¨ªmetros que se distribuyeron a ni?os y mujeres de la ciudad de Date, que se encuentra a 60 kil¨®metros de la planta, indica que la radiaci¨®n que recibieron fue menor que la registrada en las mediciones de radiaci¨®n atmosf¨¦rica realizadas por helic¨®ptero.
Las consecuencias
Una de las principales consecuencias de Chern¨®bil en materia de salud fue el aumento significativo del c¨¢ncer de tiroides en los menores de edad. En cambio, si en Fukushima se ha observado un aumento de casos, ha sido como consecuencia de la puesta en marcha de un programa de cribado de ni?os potencialmente expuestos, que ha sacado a la luz casos que probablemente nunca hubiesen dado lugar a s¨ªntomas o a efectos sobre la salud. Las mediciones indican que la cantidad de yodo radioactivo absorbido por la tiroides fue varios ¨®rdenes de magnitud menor que la observada en las poblaciones de Chern¨®bil. Esto se debe en gran parte a las menores cantidades de radiaci¨®n liberada, a la dieta rica en yodo de las poblaciones costeras (la deficiencia en yodo favorece la absorci¨®n del yodo radioactivo por la tiroides), y a la menor cantidad de leche consumida por los japoneses (el yodo radioactivo I131 se deposita en los prados que alimentan a las vacas), en comparaci¨®n con las poblaciones de Chern¨®bil.
Aunque el accidente nuclear no provoc¨® muertes directas por radiaci¨®n, la evacuaci¨®n caus¨® m¨¢s de 1.000 muertes prematuras
Esto no quiere decir que el accidente no tuviese consecuencias tr¨¢gicas sobre la vida de las poblaciones cercanas a la planta. M¨¢s de 100.000 personas fueron evacuadas de sus hogares simplemente por principio de precauci¨®n. Todav¨ªa a d¨ªa de hoy muchas personas siguen sin poder regresar a sus casas, con las consecuencias psicol¨®gicas, sociales y econ¨®micas que ello conlleva.
Aunque el accidente nuclear no provoc¨® muertes directas por radiaci¨®n, la evacuaci¨®n caus¨® m¨¢s de 1.000 muertes prematuras, sobre todo durante los tres primeros meses y particularmente entre personas mayores que sufrieron el trauma y el estr¨¦s de abandonar sus hogares y entre pacientes hospitalizados en estado cr¨ªtico que tuvieron que ser evacuados en condiciones poco adecuadas. Seg¨²n la World Nuclear Association, el haber mantenido la evacuaci¨®n m¨¢s all¨¢ de los d¨ªas que dictaba el principio de precauci¨®n fue la principal causa de muertes y sufrimiento humano.
Las lecciones (o qu¨¦ hacer y qu¨¦ no hacer en el futuro)
Seg¨²n un informe de la OMS, el mayor impacto de salud por el accidente nuclear de Chern¨®bil, que ocurri¨® hace casi 31 a?os, fue en t¨¦rminos de salud mental. El suceso de Fukushima, aunque muy diferente en muchos sentidos, confirma el enorme impacto psicosocial de un accidente nuclear. Entre las lecciones aprendidas de ambos casos, destaca una conclusi¨®n general de cara a posibles accidentes nucleares futuros: toda decisi¨®n debe tomarse basada en el principio ¨¦tico de hacer m¨¢s bien que mal.
Bajo este principio, el cribado de c¨¢ncer de tiroides tras un accidente nuclear debe recomendarse s¨®lo si las dosis de radiaci¨®n absorbida y los niveles de deficiencia en yodo lo justifican. El c¨¢ncer de tiroides en j¨®venes es agresivo, pero con muy buena prognosis. La experiencia en Chern¨®bil indica que, a¨²n sin cribado sistem¨¢tico, es un c¨¢ncer que en caso de evoluci¨®n cl¨ªnica se detecta f¨¢cilmente. Sobre una poblaci¨®n de dos millones de ni?os de Bielorrusia (la regi¨®n m¨¢s afectada por la contaminaci¨®n radioactiva de Chern¨®bil, donde miles de ni?os recibieron m¨¢s de 1.000 mGy o megagrays), se detectaron unos 50-60 casos por a?o, un aumento enorme si se considera que las tasas normales de incidencia son de menos de 1 caso por mill¨®n al a?o.
En Fukushima, donde el n¨²mero de ni?os y adolescentes expuestos (alrededor de 300.000) y las dosis de yodo radioactivo absorbidas fueron mucho menores (100-1000 veces menos), no cabr¨ªa esperar m¨¢s de 1 caso por a?o como resultado de la radiaci¨®n. Por lo tanto, el cribado sistem¨¢tico de tiroides en ni?os puede producir m¨¢s da?os que beneficios: la tecnolog¨ªa de ecograf¨ªa utilizada ha permitido detectar peque?os n¨®dulos en m¨¢s de la mitad de los ni?os examinados (una proporci¨®n similar a la observada en otras regiones de Jap¨®n no expuestas), generando una ansiedad innecesaria en los padres y en los ni?os y en algunos casos conduciendo a intervenciones quir¨²rgicas innecesarias, con el riesgo y consecuencias que ello implica (p.ej. tomar suplementos de hormonas tiroideas el resto de su vida).
El cribado sistem¨¢tico de tiroides en ni?os puede producir m¨¢s da?os que beneficios
Por otra parte, los planes de evacuaci¨®n deben optimizarse para reducir el riesgo de exposici¨®n a la radiaci¨®n, pero sin olvidar sus efectos negativos (sobre todo en las poblaciones fr¨¢giles) y asegurando un apoyo m¨¦dico y psicol¨®gico adecuado. Adem¨¢s, las ¨®rdenes de evacuaci¨®n deben levantarse lo antes posible para proteger la salud f¨ªsica y mental de las poblaciones evacuadas. Los accidentes pasados han mostrado cu¨¢n importante es que las comunidades desplazadas y/o afectadas reciban consejo y herramientas para medir la radiaci¨®n por ellos mismos, participen en la toma de decisiones y recuperen, dentro de lo posible, el control de sus vidas.
Estas son algunas de las recomendaciones que comienzan a emanar del proyecto europeo Shamisen, cuyo objetivo es evaluar las lecciones aprendidas de accidentes pasados, en particular Chern¨®bil y Fukushima, para mejorar la preparaci¨®n y el seguimiento de poblaciones afectadas por accidentes nucleares, seg¨²n sus necesidades y sin generar una ansiedad innecesaria. El proyecto, coordinado por ISGlobal, re¨²ne a expertos de 18 instituciones en Europa y Jap¨®n y presentar¨¢ sus conclusiones finales a mediados de este a?o.
La investigadora Elisabeth Cardis es jefa del programa de Radiaciones del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). Adelaida Sarukhan es experta en Inmunolog¨ªa y redactora cient¨ªfica en ISGlobal, un centro impulsado por la Obra Social ¡±la Caixa¡±.
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