Por qu¨¦ las leyes antitabaco est¨¢n reduciendo los infartos en todo el mundo
La legislaci¨®n est¨¢ disminuyendo entre un 1% y un 79% los ataques al coraz¨®n entre el conjunto de la poblaci¨®n
Hay pruebas s¨®lidas y coherentes de que la exposici¨®n al humo ambiental de tabaco causa infartos de miocardio, y de que las leyes que proh¨ªben fumar en centros de trabajo y lugares p¨²blicos reducen los infartos (y otras enfermedades). La prueba m¨¢s reciente proviene de un gran estudio llevado a cabo en Sao Paulo (Brasil), donde los infartos de miocardio disminuyeron un 12% tras aplicarse la ley antitabaco.
Aun as¨ª, seguimos oyendo voces que cuestionan los hallazgos cient¨ªficos. Por ejemplo, un art¨ªculo reciente de un antiguo camarero y extrabajador del Instituto Cato, centro respaldado por el sector tabaquero, intenta utilizar la variabilidad natural de los resultados de distintos estudios para argumentar en contra de ese hecho.
Es el ¨²ltimo eco de unos ataques m¨¢s directos que las tabacaleras organizan desde la d¨¦cada de 1970, cuando empezaron a acumularse las pruebas de que el tabaquismo pasivo causa enfermedades. Durante d¨¦cadas, a medida que los indicios de que el humo ambiental mata se volvieron m¨¢s s¨®lidos y coherentes, los medios fueron publicando declaraciones de gente vinculada al sector tabaquero en las que se ofrec¨ªa una imagen de los estudios cient¨ªficos cada vez m¨¢s controvertida y menos clara.
Ahora, incluso las empresas de cigarrillos tienen prohibido cuestionar los hallazgos cient¨ªficos consolidados por la hist¨®rica sentencia de 2006 de la jueza Gladys Kessler, quien dictamin¨® que el hecho de que las empresas de cigarrillos estafen a los ciudadanos viola la Ley sobre Organizaciones de Influencia Mafiosa y Corrupta (RICO), al generar confusi¨®n sobre los peligros del tabaquismo y el tabaquismo pasivo. Pero eso no ha impedido que "terceras partes" cuestionen los estudios cient¨ªficos.
En 2013, Forbes public¨® un art¨ªculo de un periodista financiero y jur¨ªdico que se titulaba Un estudio no halla relaci¨®n alguna entre el tabaquismo pasivo y el c¨¢ncer, que es similar a otro art¨ªculo de 2017 publicado hace poco. Aquel art¨ªculo hac¨ªa caso omiso del hecho de que el director general de sanidad de Estados Unidos hab¨ªa llegado en 1986 a la conclusi¨®n de que el humo ambiental causa c¨¢ncer de pulm¨®n, y de que la Agencia de Protecci¨®n Ambiental hab¨ªa determinado en 1991 que es un carcin¨®geno humano de ¡°clase A¡±.
Sin embargo, el estudio en s¨ª sobre tabaquismo pasivo y c¨¢ncer de pulm¨®n pon¨ªa de manifiesto que las mujeres que viv¨ªan en la misma casa que un fumador durante 30 a?os o m¨¢s ten¨ªan un 60% m¨¢s de probabilidad de padecer c¨¢ncer de pulm¨®n. ?El porcentaje de certeza de esa afirmaci¨®n era solamente del 95 %! (A los estad¨ªsticos les gusta tener un porcentaje de certeza superior al 95 % para afirmar que un efecto es ¡°estad¨ªsticamente significativo¡±). Al igual que el ataque contra los estudios sobre el infarto de miocardio, el texto de Forbes pasaba por alto la mayor¨ªa de las pruebas existentes.
He pasado toda mi vida profesional en el campo del control del tabaco y llevo d¨¦cadas viendo estos trucos, as¨ª que entiendan que es muy importante prestar atenci¨®n a todas las pruebas.
El primer indicio
Unos compa?eros y yo llevamos a cabo un estudio en Helena (Montana) que puso de manifiesto una gran disminuci¨®n (el 40%) de las hospitalizaciones por infarto de miocardio despu¨¦s de que Helena empezase a aplicar una ley antitabaco en junio de 2000. El ¨²ltimo art¨ªculo que he mencionado atacaba ese hallazgo argumentando que esa disminuci¨®n era demasiado grande para ser real, y mencionaba tambi¨¦n un an¨¢lisis preliminar anterior que mostraba una reducci¨®n todav¨ªa mayor (del 60%).
En Helena (Montana), la aplicaci¨®n de la ley antitabaco provoc¨®?una gran disminuci¨®n (el 40%) de las hospitalizaciones por infarto de miocardio?
Estas diferencias son menos marcadas de lo que parece. El hecho es que Helena es una ciudad peque?a en la que no se producen muchas hospitalizaciones por infarto de miocardio, de modo que existe una incertidumbre relativamente grande en el c¨¢lculo de la verdadera disminuci¨®n de las hospitalizaciones por infarto debida a la ley antitabaco entre la poblaci¨®n en general. Aunque el an¨¢lisis que finalmente publicamos documentaba una reducci¨®n del 40% durante los seis meses analizados, este hallazgo espec¨ªfico est¨¢ en consonancia con el efecto real de todas las leyes antitabaco, que reducen entre un 1% y un 79% los infartos entre el conjunto de la poblaci¨®n de cualquier lugar.
Este margen es lo que los estad¨ªsticos llaman intervalo de confianza del 95% y los periodistas, margen de error. Lo importante es que el intervalo no comprende el cero (es decir, ning¨²n efecto), as¨ª que podemos confiar al 95% en que la reducci¨®n observada es algo m¨¢s que un hallazgo fortuito.
Se acumulan m¨¢s pruebas
Tras el de Helena, ha habido muchos estudios sobre la variaci¨®n de las hospitalizaciones por infarto tras la aplicaci¨®n de leyes antitabaco. Todos han hallado distintas variaciones y algunos no han detectado cambios mayores que los m¨¢rgenes de error asociados a cada estudio concreto, lo que se ha interpretado como una ausencia de variaci¨®n. Esto es normal en cualquier clase de estudio cient¨ªfico; siempre existe una variaci¨®n natural.
Por eso es importante tener en cuenta todas las pruebas.
Eso fue justo lo que hizo el director general de sanidad de Estados Unidos en su informe de 2014 Efectos del tabaquismo sobre la salud: 50 a?os de avances. En el informe se lleva a cabo una amplia investigaci¨®n sobre estudios realizados por centenares de cient¨ªficos, se analizan todos los datos disponibles (35 estudios sobre leyes antitabaco estrictas y 14 estudios sobre leyes m¨¢s laxas) y se llega a la conclusi¨®n, con un alto grado de confianza, de que las hospitalizaciones por infarto de miocardio se reducen un 15% (con un margen de error del 12-18%).
Pero ?no es el 15% una cifra mucho menor que el 40%? S¨ª. Pero lo importante es que el 15% se encuentra completamente dentro del intervalo de confianza del 95% que hallamos en el estudio inicial de Helena. Lo que pone de manifiesto todo esto es que, a medida que recopilamos m¨¢s pruebas, el c¨¢lculo del efecto se vuelve m¨¢s preciso.
Los resultados demogr¨¢ficos son los esperados
La disminuci¨®n de las hospitalizaciones por infarto tambi¨¦n es la esperada si tenemos en cuenta lo que sabemos sobre las caracter¨ªsticas biol¨®gicas del infarto de miocardio. Como explicaba la directora general de sanidad en su informe de 2010, C¨®mo causa enfermedades el humo del tabaco: bases biol¨®gicas y comportamentales de las enfermedades atribuibles al tabaco, ¡°un grado bajo de exposici¨®n, incluida la exposici¨®n al humo ambiental de tabaco, provoca un r¨¢pido y marcado aumento de la disfunci¨®n y la inflamaci¨®n endoteliales, las cuales influyen en los accidentes cardiovasculares y la trombosis¡±.
Dicho de un modo simple, el humo ambiental tiene efectos inmediatos sobre la sangre y los vasos sangu¨ªneos, e influye de tal manera que aumenta el riesgo de que se desencadene un infarto de miocardio. Y ya se ha demostrado que los cigarrillos electr¨®nicos tienen los mismos efectos negativos sobre los vasos sangu¨ªneos, el ritmo cardiaco, etc.
El humo ambiental tiene efectos inmediatos sobre la sangre y los vasos sangu¨ªneos, y aumenta el riesgo de que se desencadene un infarto de miocardio
Estos efectos son tan importantes y r¨¢pidos que en Colorado se constat¨® una disminuci¨®n del 20% de las llamadas a ambulancias cuando este estado aprob¨® su ley antitabaco (en todos los lugares p¨²blicos excepto los casinos, que estaban exentos). Dos a?os despu¨¦s, cuando la ley se ampli¨® a los casinos, las llamadas a ambulancias se redujeron tambi¨¦n un 20% en estos lugares, con lo que se igualaron al resto del estado. Y no solo eso. Las hospitalizaciones por asma y otras enfermedades pulmonares tambi¨¦n disminuyeron.
Al igual que los cient¨ªficos, los medios de comunicaci¨®n, los ciudadanos y los responsables de las pol¨ªticas p¨²blicas tienen que ver la situaci¨®n en perspectiva, no tratar de encontrar fallos en los estudios analiz¨¢ndolos por separado. Todos los estudios tienen cierto grado de incertidumbre. La verdadera pregunta es: ?encajan las piezas entre s¨ª?
En el caso del humo ambiental de tabaco, la respuesta es que s¨ª. Las leyes antitabaco salvan vidas, y lo consiguen con rapidez.
Stanton Glantz es catedr¨¢tico de Medicina en la Universidad de California, San Francisco.
Cl¨¢usula de divulgaci¨®n:
Stanton Glantz recibe financiaci¨®n de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos y de Truth Initiative.
Este art¨ªculo fue publicado originalmente en ingl¨¦s en la web The Conversation.
Traducci¨®n de News Clips.
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