La Gran V¨ªa
Con las iniciativas de Podemos cabe preguntarse: democracia directa, ?para qu¨¦?
La din¨¢mica pol¨ªtica de Podemos parece moverse en una doble direcci¨®n. De un lado, despu¨¦s de Vistalegre Dos, la definici¨®n de un espacio de malgobierno, cuyo emblema ser¨ªa el Congreso de los Diputados, donde el papel de los representantes de Pablo Iglesias consistir¨ªa en denunciar una y otra vez los perjuicios o las insuficiencias de la acci¨®n pol¨ªtica del PP, saltando siempre por encima del PSOE. As¨ª resultar¨¢ claro que ejercen el monopolio de la oposici¨®n y que la socialdemocracia no es sino un componente subalterno de la Triple Alianza. No importa que de este modo se pierda la ocasi¨®n de maximizar las probabilidades de rectificaci¨®n y/o anulaci¨®n de las pol¨ªticas gubernamentales. Si no hay otro recurso, entramos en el espacio de la provocaci¨®n, tan arraigado desde sus or¨ªgenes en Podemos y al que los diputados del PP se prestan con entusiasmo. Lo importante es ocupar la imagen p¨²blica y, mediante el desprestigio de la instituci¨®n representativa, reivindicar las formas de participaci¨®n popular, de democracia directa, inscritas en el DNI de la formaci¨®n.
?stas son tambi¨¦n las bazas que a escala municipal utiliza la constelaci¨®n Podemos para exhibir la ejemplaridad de su buengobierno. Ah¨ª est¨¢n las consultas en curso de votaci¨®n en Madrid. El principio es irreprochable: servirse del refer¨¦ndum para que importantes decisiones en la gesti¨®n de la capital sean acordadas mediante el voto de los ciudadanos. Solo que como en el caso de Podemos-partido, semejante democracia directa requiere las dos precondiciones de informaci¨®n y debate previos. De otro modo, aun encubierta, predomina la vocaci¨®n tutelar. As¨ª unas preguntas son generales y sirven solo de legitimaci¨®n a quien las formula: ?qui¨¦n rechaza las ventajas del billete intermodal que ya existe en tantas otras ciudades?, ?qui¨¦n va a poner en cuesti¨®n la prioridad del transporte p¨²blico sobre el privado?
En otros referendos imperan el d¨¦ficit informativo, la ausencia de debate y la pura y simple manipulaci¨®n. Tres de las propuestas sobre la Gran V¨ªa madrile?a son enunciadas sin m¨¢s como ¡°mejoras¡±. Si usted lo dice. A la luz de las pasadas navidades, ?no ser¨ªa m¨¢s razonable empezar ah¨ª con la supresi¨®n del transporte privado? ?Tiene que ser la ciudad solo un espacio para paseantes? Silencio para las cr¨ªticas. Y, en cuanto a la Plaza de Espa?a, los dos proyectos son presentados con una sucesi¨®n de fotos risue?as, como anuncios de inmobiliarias. El de la Cornisa deja ver por lo menos el dise?o de un espacio ¨²nico desde Oriente a Debod. El otro, titulado en ingl¨¦s, suma im¨¢genes y un maravilloso concierto de rock completa el supuesto triunfo de la mother nature. Cabe preguntar entonces: democracia directa, ?para qu¨¦?
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