Eso te pasa por...
Cr¨®nica m¨ªnima de un robo sin importancia
Madrid es una ciudad primaveral ahora, como si estuviera alfombrada de sol y de risas. Pero siempre hay acechando una avestruz que saca su pico y te roba la cartera. Cuidado, eso que le pasa a todo el mundo te puede pasar a ti. Cuando le pasa a todo el mundo, es decir, a tus conocidos, a tus amigos, siempre tienes la tentaci¨®n de decirles esto:
-Es que no se puede ir por ah¨ª haciendo el primo. A m¨ª una vez¡
La retah¨ªla se llena de consejos: c¨®mo actuar, a qui¨¦n le pas¨®, consecuencias que puede tener el robo... El mundo est¨¢ lleno de gente que te arroja las malas experiencias a la cara, para que te enteres.
Muchas de esas personas no han tenido tales experiencias, pero las han o¨ªdo contar. Con unas experiencias y otras se podr¨ªa hacer una enciclopedia in¨²til de la ayuda contra el robo en la calle.
Eso dec¨ªa esta ma?ana un polic¨ªa nacional con el que habl¨¦ en su garita de la calle Rafael Calvo, Madrid, cerca de donde ocurri¨® el robo: no se puede hacer nada, seguir¨¢ pasando, es una mafia, una persona guarda a la otra, una distrae y la otra roba.
Te vas de la comisar¨ªa habiendo recibido otro cap¨ªtulo de la enciclopedia in¨²til contra el robo en la calle.
Lo que ocurri¨® fue lo siguiente: dos chicas j¨®venes con acento extranjero, no consta su procedencia, abordaron al transe¨²nte, le requirieron su firma para apoyar una causa noble, la de los discapacitados; quisieron comprobar la firma con el documento nacional de identidad y en el proceso de tal verificaci¨®n el transe¨²nte not¨® que una mano muy ¨¢gil, tenue como el ala de una mariposa, extrajo algo. C¨®mo va a extraer algo, se dijo el transe¨²nte, que empez¨® a palparse hasta el pescuezo. Segundos despu¨¦s las chicas no estaban, y tampoco estaba en la cartera la tarjeta Visa.
Metros m¨¢s all¨¢ iban las dos muchachas, con sus artilugios de timar. ¡°?Qu¨¦ dices? ?Para qu¨¦ iba a robar tu tarjeta?¡± La m¨¢s habladora de ambas, que dijo llamarse Marta, le dio al transe¨²nte ya timado un n¨²mero de tel¨¦fono, por si quer¨ªa hacer m¨¢s comprobaciones. Robar es un oficio que contiene algunas premisas. Una, enga?ar todo el tiempo, mantener el enga?o. La vida est¨¢ llena de sucesos as¨ª, y de primos como el que cay¨® en la trampa de la firma.
Luego vienen los amigos, los parientes, hasta la polic¨ªa viene en auxilio del timado con el recitado de la experiencia. Es que a qui¨¦n se le ocurre, lo que tendr¨ªas que hacer para otra vez es¡ El polic¨ªa fue m¨¢s r¨¢pido, casi telegr¨¢fico:
- Pasa a cada hora. Y pasa en este barrio y en todos los barrios. Est¨¢n organizados. As¨ª act¨²an. Cuidado. ?Qu¨¦ va a hacer? ?C¨®mo va a denunciarlo?
El barrio es Chamber¨ª. La calle fue Santa Engracia. El tel¨¦fono de la que dijo ser Marta era falso, cosa que comprob¨® el polic¨ªa en su garita de Rafael Calvo. El timado fui yo¡
- Esto te pasa por¡, me dijo un rato despu¨¦s el redactor del peri¨®dico al que le dije si pod¨ªa contar la experiencia por si a alguien le sirve este m¨ªnimo cap¨ªtulo de autoayuda contra el robo en la calle. No sirve para nada, pero el primo se desahoga.
No quisiera m¨¢s consejos.
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