¡°Lucharemos hasta el final, solo nos queda perder la vida¡±
L¨¢dio Veron es l¨ªder guaran¨ª-kaiow¨¢, una de las etnias m¨¢s importantes de Brasil. Est¨¢ en Espa?a para denunciar el desplazamiento forzoso que sufre su pueblo
Se llama L¨¢dio Veron. Y tambi¨¦n Ava Taperende, que significa peque?o camino luminoso. Es su nombre guaran¨ª, el verdadero. El otro se lo pusieron solo porque en Brasil est¨¢ prohibido registrar a los ni?os con nombres ind¨ªgenas. L¨¢dio, o Ava (Dorados, 1967), es representante de la gran asamblea ind¨ªgena guaran¨ª-kaiow¨¢ del estado brasile?o de Mato Grosso do Sul. Est¨¢ en Madrid en representaci¨®n de su comunidad, la m¨¢s numerosa de su pa¨ªs, con unas 45.000 personas y muy amenazada. "He venido a buscar apoyo pol¨ªtico para que la gente de aqu¨ª se sensibilice con la causa de los guaran¨ª-kaiow¨¢, pues estamos pasando por un momento dif¨ªcil. Estamos enfrentando muchas dificultades por parte del Gobierno y del agronegocio. Nuestras tierras han sido devastadas y tomadas por los latifundios de los grandes terratenientes¡±. Su llamada de auxilio, en tono pausado y quedo que mantendr¨¢ durante toda la entrevista, va a recorrer 12 pa¨ªses europeos en las pr¨®ximas semanas, hasta el 9 de junio.
Los guaran¨ª-kaiow¨¢ fueron uno de los primeros pueblos contactados hace m¨¢s de 500 a?os por los colonizadores que llegaron a lo que hoy es Brasil, y ocuparon una extensi¨®n de 350.000 kil¨®metros cuadrados. Pero en 2017 son extra?os en su propia casa, ocupada por grandes empresas agr¨ªcolas que han dividido en pedazos sin sentido el tekoh¨¢, la tierra que un d¨ªa fue hogar de los guaran¨ªes, hoy deforestada. Ellos han perdido sus medios tradicionales de vida y tambi¨¦n la posibilidad de buscar su "tierra sin mal", un concepto b¨¢sico en la mitolog¨ªa guaran¨ª que simboliza un lugar donde no existe la enfermedad ni la muerte y que da sentido a sus vidas.
"En 1953 mi pueblo fue expulsado de sus tierras y el Gobierno demarc¨® ocho zonas peque?as a las que nos llevaron. A esas ¨¢reas demarcadas las llamamos de confinamiento", relata Veron, acomodado en un colorido banco del local que tiene la asociaci¨®n cultural Maloka en el madrile?o barrio de Lavapies. Desde entonces luchan para recuperar lo que es suyo. Enarbolan la Constituci¨®n de 1988, que reconoce sus derechos. Y desde 1995 con las llamadas retomadas, es decir, ocup¨¢ndolas pac¨ªficamente. "Ya esperamos mucho tiempo a que nos devolvieran nuestra tierra. Hoy hay 46 ¨¢reas retomadas y, de ellas, 16 est¨¢n homologadas, es decir, el Gobierno ha reconocido que nos pertenecen".
En las ¨²ltimas d¨¦cadas se han dado varios movimientos a favor y en contra de la causa guaran¨ª. Por una parte, organizaciones en defensa de las minor¨ªas como Survival International llevan a?os denunciando ante las Naciones Unidas la vulneraci¨®n de los derechos de este pueblo. Pero los sucesivos Gobiernos los ignoran y silencian. Dilma Rousseff firm¨® un decreto antes de su impeachment para homologar 16 de las 88 ¨¢reas reclamadas. Pero en 2016, Michel Temer coloc¨® a un latifundista al frente de la Fundaci¨®n Nacional del Indio (Funai) y el que fuera ministro de Justicia hasta hace un mes, Alexandre de Moraes, anunci¨® un plan de revisi¨®n y fren¨® todo a principios de este a?o. "He venido ahora a Europa porque el Gobierno ha firmado un decreto para que nos saquen de las 46 ¨¢reas que hemos retomado, incluidas las homologadas. Lo han hecho porque interesa al agronegocio, que est¨¢ construyendo f¨¢bricas y plantando soja, ca?a de az¨²car y eucalipto. El Estado lo favorece porque les han dado la libertad para que construyan las f¨¢bricas", se?ala Veron.
De hecho, Survival International denuncia que muchos de los ministros del Gobierno interino son miembros de la bancada ruralista antind¨ªgena, que est¨¢ intentando sacar adelante una propuesta de enmienda constitucional conocida como PEC 215. Esta servir¨ªa para "imposibilitar demarcaciones futuras de tierras, reducir el ¨¢rea de los territorios existentes y abrirlos a proyectos de miner¨ªa, exploraci¨®n de hidrocarburos, carreteras, bases militares y otros proyectos que podr¨ªan resultar fatales para los pueblos ind¨ªgenas", indica la organizaci¨®n.
El plazo para que los guaran¨ªes abandonaran sus tierras expir¨® a los 10 d¨ªas de firmarse el decreto, pero ni ellos se han marchado, ni la polic¨ªa ha ido a desalojarlos, algo que puede ocurrir cualquier d¨ªa. La Funai ha recibido el encargo de llevar a todas las comunidades a ¨¢reas de confinamiento, pero Veron es incr¨¦dulo con esta medida. "No vamos a caber todos porque es mucha gente". Porque no tienen a d¨®nde ir, porque son sus tierras y porque no piensan renunciar a ellas, Veron advierte que no se retirar¨¢n por las buenas y vaticina una tragedia si no se detiene el desplazamiento forzoso de su comunidad. "Resistiremos al precio que sea porque lo ¨²nico que nos queda por perder es la vida. Si hay que luchar, se luchar¨¢".
Entre 2003 y 2014, 385 l¨ªderes comunitarios fueron asesinados
El expolio de las tierras de los guaran¨ªes les ha llevado a arrastrar la etiqueta de ser el pueblo ind¨ªgena con m¨¢s suicidios. Los datos oficiales m¨¢s recientes son de la Fundaci¨®n Nacional de la Salud y cuentan 410 muertes entre 2000 y 2008. Pero los extraoficiales, tomados por activistas y afectados, indican que en los ¨²ltimos 20 a?os m¨¢s de mil hombres, mujeres y ni?os se han quitado la vida, la mayor¨ªa de las veces colg¨¢ndose de un ¨¢rbol.
Veron suena monocorde, quiz¨¢ porque ya ha repetido mil veces su historia ante los auditorios m¨¢s diversos. No mira a los ojos, sino al suelo, o a una peque?a libreta roja que manosea durante toda la entrevista. Adorna su cabeza con un penacho de plumas blancas y azules, y su pecho con largos collares de cuentas. S¨ªmbolos dibujados con pintura negra de origen vegetal adornan sus brazos. El miedo no est¨¢ en su vocabulario. "Tengo que contar el da?o que ellos est¨¢n causando. Est¨¢n atacando y matando a nuestros l¨ªderes, y todo ello queda impune. Entre 2003 y 2014, 385 l¨ªderes comunitarios fueron asesinados. El ¨²ltimo fue Sime¨®n Ortiz de la aldea Marangatu del municipio Antonio Joao, el pasado 15 de febrero. Le dispararon de frente, es lo que siempre hacen".
La impunidad que queda tras los asesinatos de l¨ªderes comunitarios viene porque, seg¨²n Veron, los terratenientes pagan a la polic¨ªa para matarlos. "Somos asesinados por las balas de la polic¨ªa y de la milicia; en Mato Grosso do Sul existen cinco, son empresas de seguridad privada que los latifundistas contratan para, en teor¨ªa, cuidar de que no entremos en las tierras, pero para evitarlo nos disparan y nos matan".
"No tengo miedo, ya he recibido varias amenazas, pero lo primero es luchar por el pueblo", asevera Veron sin alterarse. En 2001 fue incluido en el Programa Federal para la Protecci¨®n de los Defensores de Derechos Humanos (PPDDH) de la Secretar¨ªa de Derechos Humanos de Brasil y dos a?os despu¨¦s presenci¨® el asesinato de su padre, el cacique Marcos Veron, en un crimen que qued¨® impune justo despu¨¦s de que este regresara de un viaje por Europa para denunciar la situaci¨®n de su pueblo. Igual que ahora L¨¢dio. "Desde 2003 deber¨ªa estar muerto. Mi padre fue asesinado delante de m¨ª y a m¨ª me torturaron. Hemos sufrido mucho, ya he perdido a cuatro hermanos, una sobrina y un t¨ªo luchando por nuestra tierra. Y a¨²n no hemos conseguido recuperarla".
En medio de la inseguridad y la incertidumbre vive este l¨ªder comunitario. Su aldea, Taquara, est¨¢ dentro de una de esas zonas homologadas por el Gobierno que en teor¨ªa les ten¨ªan que haber devuelto. Pero ni siquiera la han podido ocupar entera. "Vivimos en una parcela peque?ita, rodeados por plantaciones de ca?a de az¨²car. Somos 280 familias de unos cuatro o cinco miembros cada una y ocupamos 96 hect¨¢reas de una tierra que en total ocupa 9.700".
La tierra es peque?a y no da para mantener a tantas personas. Veron explica que en el pasado vivieron de subsidios gubernamentales, hasta hace dos a?os. "No queremos estar dependiendo de ayudas, sino plantando y construyendo nuestras casas en nuestras tierras. Sin embargo, no podemos cazar ni pescar porque han deforestado todo con las plantaciones de soja".
Los guaran¨ªes son el pueblo ind¨ªgena con m¨¢s suicidios, a consecuencia de expolio que sufren
El guaran¨ª asegura que tambi¨¦n han envenenado los r¨ªos con agrot¨®xicos, algo que les est¨¢ causando muchas enfermedades como diarrea, v¨®mitos y picores por todo el cuerpo. "En parte es por el agua, pero tambi¨¦n porque continuamente pasan aviones fumigando. Vivimos en un trozo peque?o de terreno rodeados por plantaciones de ca?a de az¨²car, as¨ª que a nosotros tambi¨¦n nos envenenan".
Por otra parte, la desnutrici¨®n es el problema m¨¢s grave. Desde 2005 al menos 53 ni?os guaran¨ªes han muerto de hambre, seg¨²n Survival International. "Muchas comunidades viven delante de sus tierras, al borde de la carreteras, y ah¨ª no tienen alimentos, no tienen como plantar, no tienen medicinas¡ Est¨¢n totalmente abandonados". A pleno sol, en chozas cubiertas con pl¨¢sticos, sin agua potable ni le?a y acosados por las milicias y la polic¨ªa, esperan a que la Justicia les devuelva sus tierras. Algunos desde hace m¨¢s de 30 a?os.
Durante sus d¨ªas en Espa?a, Veron se ha reunido con Amnist¨ªa Internacional, varias ONG, medios de comunicaci¨®n y pol¨ªticos como Mauricio Valiente, tercer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid. Este jueves ir¨¢ al Congreso de los Diputados, y en las pr¨®ximas semanas acudir¨¢ al Parlamento Europeo, las Naciones Unidas y se ver¨¢ con varias autoridades de distintos gobiernos europeos. Cree que su grito de auxilio calar¨¢. "Hay personas que est¨¢n en la lucha por la humanidad y esas personas s¨ª se van a sensibilizar por nuestra causa. Mi viaje aqu¨ª es para que el ojo de Europa est¨¦ en nuestra comunidad y pueda garantizar nuestra supervivencia".
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