Un anuncio desde el pasado
Los vascos y el resto de los espa?oles hace m¨¢s de cinco a?os que disfrutamos de una paz conquistada cuando derrotamos a ETA
Hace m¨¢s de cinco a?os que ETA anunci¨® su decisi¨®n de abandonar definitivamente la violencia. Lo hizo porque ya no pod¨ªa seguir. Aislada social y pol¨ªticamente, acosada por las fuerzas de seguridad, la banda terrorista opt¨® por poner a fin a d¨¦cadas de horror, de cr¨ªmenes, de extorsi¨®n y de chantajes. Hoy, alguien en su nombre nos ha informado de que los terroristas van a entregar las armas, las que les quedan. Tiempo habr¨¢ de comprobar la veracidad de esa entrega. Algunos episodios recientes nos aconsejan ser cautelosos hasta conocer si esta vez va en serio, o se trata de una pantomima m¨¢s de una banda necesitada de presencia p¨²blica, que se resiste a desaparecer.
?Cuando escribo estas l¨ªneas recuerdo el estupor que los presos que se acogieron a la denominada v¨ªa Nanclares manifestaban invariablemente al volver a la c¨¢rcel, despu¨¦s de alg¨²n permiso de fin de semana. Su extra?eza ante la relevancia social y pol¨ªtica de las instituciones vascas, la sorpresa que les produc¨ªa la normalidad con que los ciudadanos de Euskadi viv¨ªan en democracia, hablaban su lengua y ve¨ªan sus s¨ªmbolos respetados. No conoc¨ªan c¨®mo pensaban los vascos, c¨®mo viv¨ªan, cu¨¢les eran sus anhelos y sus aspiraciones. No sab¨ªan nada del pueblo al que pretend¨ªan liberar.
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En eso, los actuales dirigentes no han cambiado. No se han dado cuenta de que viven en un mundo que no existe. Intentar¨¢n convertir su entrega de armas en un gran acontecimiento. Dir¨¢n que es una decisi¨®n unilateral para contribuir al final de conflicto. No han comprendido que los vascos y el resto de los espa?oles hace m¨¢s de cinco a?os que disfrutamos de una paz que conquistamos cuando les derrotamos.
Hoy anuncian lo que debieron hacer hace cinco a?os. Pero se resisten a desaparecer. Sin duda, es mejor que entreguen las armas a que las conserven, que se disuelvan a que sigan existiendo. Pero lo relevante es que, como hicimos despu¨¦s de noviembre del 2011, no les vamos a esperar. Seguiremos conviviendo en libertad, acompa?ando a las v¨ªctimas de su barbarie, trabajando para cerrar definitivamente las heridas que sus cr¨ªmenes infligieron a la sociedad vasca, orgullosos de la fortaleza de una democracia que supo vencer al terror.
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