Las sombras
En el mismo d¨ªa en que ETA anuncia la entrega de sus armas, ha muerto Ion Arretxe
![El actor Ion Arretxe en el Festival de Cine de San Sebastián en 2008.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YYMLWD2OJEOOEQ27P5K6ZCV4RU.jpg?auth=0bf721759cb79f8cda095691de3f40b25060e3bcda5dbcc3da4f5b816223dee1&width=414)
Sentir afinidad por las peripecias personales sin relevancia m¨¢s que por las grandes fechas hist¨®ricas provoca un cierto hast¨ªo de la letra may¨²scula, la importancia suma. Vuelve a suceder con el anuncio por parte de ETA de la entrega de sus armas.
Ni siquiera han recurrido a la comparecencia encapuchada porque sienten que el tiempo ha pasado por encima de su est¨¦tica de manera demoledora y hay que encontrar una forma de discurso m¨¢s acorde con la sensibilidad actual.
Las intermediaciones elegidas delatan un nuevo concepto de comunicaci¨®n. Lo interesante es pensar que el tiro en la nuca ha dejado de encontrar justificaciones. Esa ser¨ªa una victoria definitiva, m¨¢s importante que todas las derrotas. Entre el dolor de las v¨ªctimas quiz¨¢ aparece un rayo de luz cuando son conscientes de que se ha terminado el esfuerzo por deshumanizar al otro, por arrebatarles su condici¨®n de iguales. Si las metralletas y las pistolas son chatarra, qu¨¦ gran noticia.
Y en el mismo d¨ªa ha muerto Ion Arretxe, que fue un verso suelto en esta trist¨ªsima historia. Autor de una novela, Intxaurrondo. La sombra del nogal, que cuenta la experiencia de vivir cuando la hegemon¨ªa de la izquierda abertzale era absoluta entre los j¨®venes vascos, porque les dotaba de discurso transgresor, fiero, desafiante. Sin relaci¨®n con la banda terrorista, este joven dibujante de tebeos, inquieto y enmarcado en una familia de clase obrera en Renter¨ªa, es detenido en casa por la Guardia Civil y machacado en el cuartel de Intxaurrondo con vejaciones y torturas que coinciden con el asesinato de Mikel Zabalza en las mismas instalaciones y su posterior abandono en un r¨ªo.
Bajo la estela macabra de una autoridad mal representada, Arretxe fue capaz de contar en su libro una experiencia dolorosa que lo dej¨® maltrecho, pero contarlo con la dignidad del relato crudo. A?os despu¨¦s, huy¨® de la necesaria condici¨®n de m¨¢rtir, tan ¨²til para los dem¨¢s, porque no era ¨²til para ser la persona que ¨¦l quiso ser. Se hizo director de arte en pel¨ªculas de todo pelaje, con la misma inquietud y curiosidad del joven que nunca dej¨® de ser. Su novela no proven¨ªa de un literato y escap¨® del radar de quienes han hecho de los prejuicios y la falta de rigor una profesi¨®n.
Pero a muchos, hoy, su peque?a historia, al igual que la del dolor de tantas v¨ªctimas del desprecio por el valor de una vida, se nos hace la protagonista de otra fecha hist¨®rica.
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