Todos creemos en Buffer
LOS 'MILLENNIALS', aquellos nacidos entre 1980 y 2000, representar¨¢n el 50% de los trabajadores del mundo en 2020, seg¨²n c¨¢lculos de la consultora PwC. Y resulta que, coincide un estudio tras otro, ellos buscan algo m¨¢s que un empleo bien pagado. No es que no les importe el dinero, les importa. Pero para ellos no es ni lo m¨¢s ni lo ¨²nico importante. Quieren formar parte de una compa?¨ªa con la que compartan valores. O, en el caso de los millennials ¨Cen su mayor¨ªa¨C congregados en el repleto auditorio del Campus Madrid de Google, quieren liderar start-ups que no se parezcan a una empresa tradicional. Quieren que se parezcan a Buffer.
El brit¨¢nico Joel Gascoigne, de 29 a?os, est¨¢ al frente de esta herramienta para gestionar ¨Cy facilitar¨C la publicaci¨®n de mensajes en redes sociales (Facebook, Twitter, Google+ y LinkedIn) y de un equipo de 75 personas que trabajan en remoto. Buffer cerr¨® su sede en San Francisco en 2015. Todos sus empleados trabajan desde casa, caf¨¦s o espacios de coworking. ¡°El trayecto m¨¢s peligroso de mi jornada consiste en ir de la cocina a mi mesa sin derramar el caf¨¦¡±, relata Adam Farmer. ?l vive en Michigan. Niel, que r¨ªe a mand¨ªbula batiente la ocurrencia de su compa?ero, en Ciudad del Cabo. Carolyn y Courtney, en Nashville. Dave, en Londres. ¡°Estar repartidos por todo el mundo nos permite ofrecer un mejor servicio de atenci¨®n al cliente. Tenemos todas las franjas horarias cubiertas¡±, explicar¨¢ al d¨ªa siguiente Gascoigne. ¡°Adem¨¢s, no quer¨ªa caer en la pr¨¢ctica, muy com¨²n en Silicon Valley, del ¡®trabaja duro hasta que vendas tu empresa, que ya habr¨¢ tiempo despu¨¦s para preocuparse por la salud, ir al gimnasio, dormir, viajar¡¯. A m¨ª me encanta viajar y quer¨ªa que mi equipo tambi¨¦n pudiera hacerlo¡±.
Los salarios de toda la plantilla pueden consultarse en su web de la start-up (tambi¨¦n la f¨®rmula utilizada para calcularlos), y cualquiera puede asomarse en tiempo real a las fluctuaciones de ingresos.
¡°Puede sonar raro, pero en el primer evento que organizamos en M¨¢nchester nadie me pregunt¨® por nuestros productos: solo quer¨ªan hablar de nuestros valores¡±, se?ala Dave Chap?man, happiness hero ¨Cliteralmente, ¡°h¨¦roe de la felicidad¡±, que en la jerga corporativa convencional vendr¨ªa a ser algo as¨ª como responsable de atenci¨®n al cliente¨C. Y el valor m¨¢s admirado de Buffer es la transparencia. Todos los empleados pueden ver en su bandeja de entrada los e-mails que mandan y reciben sus compa?eros: as¨ª todos saben en qu¨¦ est¨¢n trabajando los dem¨¢s, se evitan sorpresas y se toman decisiones m¨¢s informadas, arguyen. Los salarios de toda la plantilla pueden consultarse en su web de la start-up (tambi¨¦n la f¨®rmula utilizada para calcularlos), y cualquiera puede asomarse en tiempo real a las fluctuaciones de ingresos, usuarios ganados y perdidos, etc¨¦tera. Quienes utilizan la aplicaci¨®n est¨¢n acostumbrados a que la empresa no solo presuma de ¨¦xitos: son conocidos por compartir sus fracasos. Por ejemplo, a finales de 2015, Kevan Lee, director de marketing de la compa?¨ªa, public¨® una entrada en el blog explicando que hab¨ªan perdido la mitad de su tr¨¢fico procedente de redes sociales. As¨ª de sencillo, as¨ª de dif¨ªcil. ?La ventaja de dejar todo a la vista? Gascoigne no duda. ¡°La confianza¡± que se genera entre equipo, usuarios, clientes.
En Buffer les gusta decir ¨Ccreer¨C que est¨¢n definiendo el canon de la oficina del futuro. Ergo, la gran pregunta: ?creen que su modelo es exportable? Parcialmente, s¨ª. ?Totalmente? Adam, Niel, Carolyn, Courtney y Dave se intercambian miradas c¨®mplices. ¡°Noooo¡±, responden al un¨ªsono.
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