Y ellas cogieron la c¨¢mara
Una generaci¨®n de fot¨®grafas de moda empieza a copar portadas y campa?as
En el documental The Eye, sobre Peter Lindbergh, a quien se suele considerar como padre del fen¨®meno de las supermodelos, hay una escena dif¨ªcil de olvidar en la que el fot¨®grafo anima a una aterrada Naomi Campbell a meterse en la piscina para una sesi¨®n improvisada. La modelo, que no sabe nadar, se resiste. Al final, ¨¦l gana, y las fotos son excelentes, con un punto extra de vulnerabilidad. El momento es emblem¨¢tico de c¨®mo se ha entendido y ejercido casi siempre la fotograf¨ªa de moda, con un hombre poderoso detr¨¢s de la c¨¢mara y una mujer obediente delante, incluso si esa mujer tiene la cuenta bancaria y el car¨¢cter de Naomi Campbell.
Siempre han existido fot¨®grafas de moda, desde los tiempos de pioneras como Lee Miller, que se hart¨® de ser modelo y se pas¨® al otro lado, o Louise Dahl-Wolfe, objeto de una retrospectiva en la pasada edici¨®n de Photoespa?a, a Ellen von Unwerth, la alemana cuyas fotos son f¨¢ciles de reconocer por su erotismo l¨²dico. Sin embargo, hoy una generaci¨®n de fot¨®grafas informalmente agrupada dentro del movimiento llamado the female gaze (la mirada femenina) se diferencia de sus predecesoras en su estilo y sus intenciones. Se proponen, por lo menos algunas de ellas, situarse en un mismo plano de poder que la modelo que fotograf¨ªan. Para entender la idea solo hay que ver la ¨²ltima campa?a de Marni (una marca fundada por una mujer, Consuelo Castiglione), en la que la fot¨®grafa Barbara Probst retrata a las modelos respondiendo con c¨¢maras a la c¨¢mara.
La etiqueta, prestada del arte y del cine, ha hecho fortuna. La revista I-D le dedic¨® un n¨²mero completo, en el que solo publicaron im¨¢genes firmadas por mujeres, y el festival de fotograf¨ªa que patrocina Vogue Italia en Mil¨¢n cada noviembre tuvo una secci¨®n reservada a la llamada mirada femenina. Tambi¨¦n aparece ahora el libro de Charlotte Jansen Girl on Girl, subtitulado ¡°arte y fotograf¨ªa en la era de la mirada femenina¡± y que re¨²ne a 40 artistas que suelen enfocar sus objetivos a s¨ª mismas o a otras mujeres. Aunque no todas las que se re¨²nen all¨ª trabajan (todav¨ªa) en el campo de la moda, muchas s¨ª est¨¢n trasladando sus particulares universos a las firmas de lujo, ¨¢vidas por sumarse a la tendencia en un momento en que cualquier discurso vagamente feminista vende.
En la antolog¨ªa est¨¢, por ejemplo, Amanda Charchian, una iran¨ª-americana de 28 a?os que suele disparar editoriales para las cabeceras de moda m¨¢s arty, como Num¨¦ro, Garage o I-D. Y, por supuesto, Petra Collins, quiz¨¢ la artista m¨¢s asociada con la etiqueta female gaze. La canadiense, de 23 a?os, ha pasado en cuesti¨®n de un par de a?os de ser conocida entre los fan¨¢ticos de Tumblr y los seguidores de su mejor amiga, la bloguera y actriz Tavi Gevinson, a colaborar con el MoMA, filmar un corto para Gucci y orquestar una campa?a para Adidas. The New Yorker le dedic¨®, a ella y al colectivo de artistas que la rodea, llamado The Ardorous, un extenso perfil en el que la defin¨ªa as¨ª: ¡°Es la principal representante de una est¨¦tica que ha enraizado en el mundo de la moda y en Instagram, una aproximaci¨®n so?adora e hiperfemenina (¡) Captan a los sujetos en momentos volubles e intimistas. Sus im¨¢genes podr¨ªan ser fotogramas de una pel¨ªcula antigua, una impresi¨®n subrayada por el hecho de que Collins prefiere utilizar pel¨ªcula a c¨¢maras digitales¡±. Y a?ad¨ªa: ¡°La luz es c¨¢lida y difusa y abundan los t¨®tems de la feminidad: flores, pegatinas, pintau?as de purpurina, el color rosa¡±.
En realidad no hay rastro alguno de purpurina ni de hipersensibilidad adolescente en el trabajo de algunas de las fot¨®grafas m¨¢s experimentadas y que m¨¢s est¨¢n trabajando en la actualidad, como la australiana Emma Summerton o la estadounidense Cass Bird. Entre las dos se han repartido en el ¨²ltimo a?o impactantes portadas para W, Purple, Porter y varias ediciones de Vogue y campa?as para Kate Spade o Jimmy Choo.
Pero s¨ª que es posible encontrar puntos en com¨²n entre profesionales emergentes que, adem¨¢s, comparten generaci¨®n como las brit¨¢nicas Harley Weir (27 a?os) y Charlotte Wales (29) y la espa?ola afincada en Londres Coco Capit¨¢n que, a sus 24 a?os, ha trabajado para Paco Rabanne y alterado el logo de Gucci en una serie de camisetas con el benepl¨¢cito de su director creativo Alessandro Michele, que se puso una para salir a saludar en su ¨²ltimo desfile. Capit¨¢n y todas ellas enfocan su trabajo en una est¨¦tica idealizada de la juventud y buscan ¡°nuevas maneras de representar el cuerpo femenino y el sujeto femenino¡±, como explic¨® ella en una entrevista reciente con Business of Fashion. Est¨¢ por ver si jubilar¨¢n del todo a los prohombres de la fotograf¨ªa de moda que siguen en activo, los Lindbergh, Testino, Weber y Mert and Marcus.
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