El Messi islamista marroqu¨ª asume su primera derrota

Imaginen por un momento un pol¨ªtico que tras ser elegido jefe de Gobierno contin¨²e durmiendo en la casa donde ya viv¨ªa, saludando a los mismos vecinos cada ma?ana. Y que no se llame Jos¨¦ Mujica. Alguien con tanto carisma como para subir el precio de los combustibles y la edad de jubilaci¨®n, a la vez que aumenta el n¨²mero de votantes. Ese ha sido hasta ahora Abdelil¨¢ Benkir¨¢n, el secretario general del islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), vencedor de las legislativas de 2011 con 107 esca?os y ganador cinco a?os despu¨¦s con 125. Por eso hubo quien lo llam¨® ¡°el Messi de los islamistas marroqu¨ªes¡±.

Pero el 15 de marzo, el rey Mohamed?VI, haciendo uso del derecho que le otorga la Constituci¨®n, lo destituy¨®. Hasta Messi falla de vez en cuando alg¨²n gol cantado. Y Benkir¨¢n llevaba cinco meses sin atinar a formar un Gobierno de coalici¨®n, la tarea que le hab¨ªa encomendado el rey.

Tras destituirlo, Mohamed?VI nombr¨® jefe de Gobierno a otro islamista del PJD, Saadedin Otmani, psiquiatra de formaci¨®n y experto en teolog¨ªa isl¨¢mica. En menos de una semana Otmani se ha tragado el sapo que no se quiso comer Benkir¨¢n en cinco meses; a saber: la incorporaci¨®n de los socialistas de la USFP a un Ejecutivo conformado por seis partidos donde el poder de los islamistas quedar¨¢ muy diluido.

Estos d¨ªas, los seis partidos se repartir¨¢n una treintena de ministerios, a sabiendas de que el Palacio Real seguir¨¢ controlando la pol¨ªtica exterior, las fuerzas de seguridad y los sectores clave de la econom¨ªa y medios de comunicaci¨®n p¨²blicos. Y Benkir¨¢n, ?qu¨¦ har¨¢? En principio, seguir¨¢ siendo secretario general del partido. Y como tal, colocando a sus hombres en los ministerios que le toque al PJD dentro de esa gran coalici¨®n de seis partidos. Benkir¨¢n podr¨¢ continuar jugando sin que apenas se le vea. Algo muy dif¨ªcil para alguien acostumbrado a acaparar todas las miradas, pero no imposible.