Un primer paso
La credibilidad del plan catal¨¢n de Rajoy pende de su ejecuci¨®n y rapidez
![El presidente del Gobierno Mariano Rajoy, hoy, en el Forum Conectados al Futuro.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GGLD25UKJRO3WCHPVXTICSJKYU.jpg?auth=063c0acfd4eb95ae9105ba8bbc65d99f6a546600a9086ac5240d8841bdf16d72&width=414)
Mejor es moverse, aunque sea dando solo un paso, que estarse quieto, paralizado mientras los dem¨¢s cabalgan. Este es el principio que pareci¨® plasmar ayer en Barcelona el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ante varios centenares de empresarios catalanes.
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Cualquier acto pol¨ªtico suele ser susceptible de distintas lecturas. Y m¨¢s trat¨¢ndose de Rajoy y de sus recetas ¡ªhasta ahora minimalistas¡ª ante la cuesti¨®n catalana. As¨ª que todo acto puede compararse con lo deseable: en este caso, una oferta negociada, discutida, detallada y completa, tanto de tareas pendientes de la Administraci¨®n central en Catalu?a, como de asuntos relativos a la mejora del autogobierno.
Entonces, un discurso sobre el futuro de las deficientes infraestructuras p¨²blicas, que de ¨¦l dependen, podr¨ªa calificarse de insuficiente, tard¨ªo y poco ambicioso. Sobre todo porque al apelar, con buenas razones, a los asuntos que m¨¢s preocupan a los catalanes, aparca sin acierto algo que tambi¨¦n les desazona, la necesidad de mejorar su autogobernanza pol¨ªtica.
Pero al mismo tiempo, la de Rajoy es una apuesta por un necesario abordaje de las obras p¨²blicas y de transporte tan necesarias como siempre aplazadas. Adem¨¢s de reiteradamente exigidas por la sociedad catalana, sus usuarios, sus empresarios, sus municipios y su Gobierno aut¨®nomo ¡ªlo que se incluy¨® en el memorial de agravios del anterior president, as¨ª como del actual¡ª, y desatendidas en la ¨²ltima legislatura por el Gobierno. De modo que entrar en esas cuestiones concretas ¡ªpero tan importantes que pavimentan el descontento mayoritario de los catalanes¡ª constituye una acertada correcci¨®n del foco dispensado a la cuesti¨®n catalana, monopolizado por el (indeclinable) respeto de la legalidad constitucional y estatutaria.
As¨ª que se tratar¨¢ de un primer paso, pero resulta tanto m¨¢s notorio cuanto que Catalu?a lo esperaba (y se desesperaba ante su ausencia) desde hace tiempo, pues el anterior se produjo hace muchos a?os.
El problema que entra?a este paso pol¨ªtico es doble. De un lado, de credibilidad. La presupuestaci¨®n de obras p¨²blicas en Catalu?a, desde siempre por debajo de su peso econ¨®mico e inferior a las promesas pol¨ªticas, suele empeorar a la hora de su ejecuci¨®n, m¨¢s deficiente que la media. No es solo culpa de la crisis, sino tambi¨¦n de la dejaci¨®n, acompa?ada de la declinante influencia general de los poderes aut¨®ctonos. O las cifras que ahora se prometen son suficientes y cumplibles, o la confianza seguir¨¢ capotando.
Por otro lado, el problema es de velocidad. La tardanza en plantear planes sensatos puede compensarse con su aceleraci¨®n. Pero a nadie se le oculta que la agenda secesionista avizora un calendario sobrecalentado; la respuesta del Gobierno puede resultar morosa o poco atractiva para muchos. Al primer paso deben seguirle muchos otros. Y mucho m¨¢s r¨¢pidos.
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