Hombres, esta es la serie documental que puede hacer que dej¨¦is de ver porno

"No hablar¨¢s en serio". Rashida Jones se detiene ¡ªestaba pelando, de forma nada trepidante, una naranja¡ª cuando le digo que el bizarre porn es muy popular en Alemania. Nos hemos citado con ella en Berl¨ªn para hablar de Hot girls wanted:Turned on , la serie documental sobre porno amateur que la actriz acaba de producir para Netflix.

La primera pregunta es casi obligada: ?Qu¨¦ lleva a la int¨¦rprete de series c¨®micas como Parks and recreation y The office a adentrarse en la industria del porno casero? "Para m¨ª, el audiovisual mainstream y el cine para adultos tienen muchas similitudes", contesta Rashida. "Para empezar, ambas industrias se han encargado de perpetuar unos est¨¢ndares de belleza que nada tienen que ver con la realidad. Tanto Hollywood como el porno marcan la manera en la que nos comportamos. En el caso concreto del porno, tiene un impacto tremendo en c¨®mo llevamos a cabo nuestras pr¨¢cticas sexuales", alerta. "El problema es que la gente no quiere hablar de sus h¨¢bitos pornogr¨¢ficos".

Rashida, que aparece en los cr¨¦ditos de Hot girls wanted: turned on como productora, no es solo un nombre que Netflix est¨¦ utilizando como reclamo para atraer p¨²blico al documental; ya en 2013, firm¨® un art¨ªculo en el que alertaba sobre la 'pornificaci¨®n' de la m¨²sica y, por extensi¨®n, de la cultura pop. En 2017, con un Presidente de Estados Unidos que habla de "coger a las mujeres por el co?o", Rashida cree que esa 'pornificaci¨®n' tambi¨¦n se ha instalado en la esfera pol¨ªtica. "La hipersexualizaci¨®n de nuestra sociedad es lo que ha creado a un personaje como Donald Trump", asegura. "Estoy acostumbrada a los tacos, porque mis padres maldicen como si fuesen camioneros, pero en el caso de Trump estamos hablando de alguien que fetichiza a las mujeres con su lenguaje; est¨¢ normalizando que se nos utilice como objetos", defiende la actriz. "No creo que Trump haya tratado realmente con mujeres, no me ha dado ninguna raz¨®n para creer que entiende c¨®mo es una mujer de verdad", a?ade.

Desde esta ¨®ptica netamente feminista, Rashida se sinti¨® atra¨ªda por Hot girls wanted: turned on desde el mismo momento que sus directoras, Jill Bauer y Ronna Gradus, le presentaron un primer teaser. "Me pareci¨® un acercamiento al porno muy sincero y personal", recuerda. "Hot girls wanted:turned on no es una pel¨ªcula de explotaci¨®n, sino m¨¢s bien un reportaje de corte intimista". La serie documental, que narra las experiencias de tres chicas j¨®venes adentr¨¢ndose en la industria pornogr¨¢fica, respond¨ªa a muchas de las inquietudes de Jones. "La sexualidad femenina y c¨®mo ¨¦sta se utiliza, justamente, para sexualizarnos a nosotras, es algo en lo que tengo mucho inter¨¦s; pero Hot girls wanted: turned on va m¨¢s all¨¢: es una pel¨ªcula que habla sobre las expectativas que manejan las j¨®venes americanas, y en c¨®mo ¨¦stas se traducen en las decisiones que toman".

Hot girls wanted: turned on, remarca Rashida, no viene a demonizar al porno, ni tampoco a sus consumidores. "S¨ª que veo un problema en que cierto tipo de v¨ªdeos los est¨¦n consumiendo ni?os peque?os", a?ade. "Los cr¨ªos entran en Internet y, sin ni siquiera acceder a una web pornogr¨¢fica, los bombardean con anuncios del tipo teen abuse, con unas im¨¢genes supergr¨¢ficas. Hay toda una generaci¨®n que est¨¢ descubriendo el sexo por primera vez a trav¨¦s del porno ultraviolento", se?ala Rashida. "Me preocupa que, cuando la concepci¨®n de lo que significa 'sexo' todav¨ªa no ha sido asimilada, alguien descubra un v¨ªdeo de abuso facial", dice, de un subg¨¦nero con el que la pel¨ªcula, en una de sus escenas, muta del g¨¦nero documental al cine de terror. "Hay una desconexi¨®n absoluta entre c¨®mo act¨²an las chicas en los v¨ªdeos y en c¨®mo se sienten por dentro". Hot girls wanted:turned ones, de forma descarnada, una cr¨®nica de dicha desconexi¨®n.

Cuando me doy cuenta, solo nos queda un minuto de charla; me temo que no voy a tener tiempo de preguntarle a Jones si ha o¨ªdo hablar de porno feminista. Para mi sorpresa, cuando gasto mi ¨²ltimo cartucho pregunt¨¢ndole por qu¨¦ cree importante que cada vez haya m¨¢s mujeres produciendo y dirigiendo sus propios films, Rashida me empieza a hablar de Erika Lust. "Su trabajo tiene unos prop¨®sitos feministas clar¨ªsimos", dice de la porn¨®grafa sueca afincada en Barcelona. "Erika, viendo que el porno existente no la representaba, decidi¨® crear un erotismo art¨ªstico que reflejase los verdaderos deseos sexuales de las mujeres. Eso se enfrenta a ese porno violento que solo quiere representar fantas¨ªas masculinas; hace que la balanza se equilibre", expone Rashida. "Una de las claves de que el cine de Lust tenga tanto ¨¦xito es que su equipo est¨¢ ¨ªntegramente formado por chicas", termina la actriz. "Sean convencionales o pornogr¨¢ficas, si queremos hacer pel¨ªculas con las que realmente exponer nuestro punto de vista, tiene que haber mujeres detr¨¢s de las c¨¢maras. Tenemos que ser nosotras las que elijamos d¨®nde poner la tensi¨®n".

Rashida total

Hija del afamado compositor Quincy Jones, Rashida es conocida sobre todo por sus papeles en Parks and recreation o la versi¨®n estadounidense de The office. En los ¨²ltimos a?os, la actriz tambi¨¦n se ha dedicado a escribir y apadrinar producciones propias: suyo es el gui¨®n de, por ejemplo, la 'woodyallenesca' Esposos, amantes y amigos, coescribi¨® un cap¨ªtulo de Black mirrror y ha hecho lo propio con el de la siguiente entrega de Toy Story. Que haya decidido dar el salto y ponerse tras las c¨¢maras tiene una explicaci¨®n: estaba harta de que le ofreciesen "papeles de mierda", as¨ª que, ?por qu¨¦ no crearse unos a medida? Tambi¨¦n publica su propio c¨®mic, Frenemy of the state. ?

Hot girls wanted:turned on se puede ver en Netlifx.