Tormenta transatl¨¢ntica

Una profunda tormenta se abate sobre el mundo transatl¨¢ntico, sobre el orden mundial liberal, multilateral, reglado, construido tras la derrota del nazismo. Un estado de confusi¨®n sobre d¨®nde est¨¢ el poder. Incierto torbellino provocado por la deriva del mundo anglosaj¨®n hacia un pasado imposible de nacionalismo y aislacionismo. Saltan las costuras de la UE cuando cumple 60 a?os mientras el Reino Unido abandona Europa en un viaje a lo desconocido. El foco apunta estos d¨ªas al desamarre brit¨¢nico. Desde una Europa desnortada, pero que a¨²n encarna el mejor mundo posible, debemos atender tambi¨¦n los acontecimientos que proyecta desde Estados Unidos la presidencia de Donald Trump. Poco m¨¢s de 60 d¨ªas despu¨¦s de su llegada a la Casa Blanca nos creemos vacunados contra la conducci¨®n estrafalaria de Trump, pensando que se trata solo del arranque furioso de un novicio pol¨ªtico. Error de juicio. El temor inicial se consolida: la caricatura se convierte en la realidad. En tres escenarios.

Ignorancia. Trump demuele las pol¨ªticas de Obama destinadas a combatir el cambio clim¨¢tico. Reglas verdes que en su opini¨®n da?an el desarrollo econ¨®mico. Cree que la responsabilidad de la humanidad en el calentamiento global es un enga?o de China para destruir a la industria de EE UU. Desregulaci¨®n de la producci¨®n de carb¨®n apoyando a las energ¨ªas sucias. Lleva la contraria al consenso cient¨ªfico, repudia de hecho los Acuerdos de Par¨ªs para reducir las emisiones que provocan el efecto invernadero, y nombra al frente de la EPA, la agencia de protecci¨®n ambiental, a un negacionista del cambio clim¨¢tico, al tiempo que reduce su presupuesto en un 30 %. El presidente pone en riesgo el planeta, afirma en un editorial el New York Times. Y regala a China el liderazgo en la lucha contra el cambio clim¨¢tico y las energ¨ªas limpias.

El presidente no sabe que no sabe. Acabaremos a?orando a Reagan que, al menos, sab¨ªa que no sab¨ªa

Incompetencia. Trump cosecha un humillante fracaso en el Congreso, por primera vez en 11 a?os controlado en sus dos c¨¢maras por el Partido Republicano, al tener que retirar su ley de reforma sanitaria que revocar¨ªa el Obamacare. No controla a su propio partido, no busca aliados, solo sabe ganar aplastando al contrario, su mito de que es un artista de los acuerdos se desmorona. La conclusi¨®n que saca Trump del descalabro legislativo es que ¡°nadie sab¨ªa que la reforma sanitaria pod¨ªa ser tan complicada".

Mentira. ?Imagina alguien al director del FBI, bajo juramento ante un comit¨¦ del Congreso, anunciando una investigaci¨®n formal a un presidente de EE UU en ejercicio por supuesta connivencia con Rusia para la interferencia de Putin en la elecci¨®n presidencial? ?Y llam¨¢ndole mentiroso porque Trump afirm¨®, sin prueba alguna, que Obama hab¨ªa ordenado su espionaje electr¨®nico durante la campa?a electoral? El presidente ha construido una realidad virtual de hip¨¦rboles ver¨ªdicas, realidades alternativas que triunfan en el mundo de la posverdad. La intuici¨®n de Trump es el hilo conductor de una presidencia manejada desde el Ala Oeste de la Casa Blanca con una mezcla de ignorancia, incompetencia y falsedad. El resultado es el dislate. El presidente no sabe que no sabe. Acabaremos a?orando a Reagan que, al menos, sab¨ªa que no sab¨ªa.