Anatom¨ªa de un disparate: el anuncio para Pepsi de Kendall Jenner, plano a plano
An¨¢lisis de los dos minutos y medio del singular mundo que describe la modelo para la marca de refrescos
00: Nada nos advierte del?Chern¨®bil geoestrat¨¦gico que se nos viene encima. Todo es normal en estos primeros ocho segundos. O sea, un tipo sudado toca el chelo en una especie de helipuerto ubicado en la azotea de un rascacielos y bebe Pepsi. ?Qui¨¦n no ha subido nunca al terrado a recoger la ropa tendida y se ha encontrado a alguien de esta guisa?
0.16: Ritmo. Las im¨¢genes de chelista en el tejado se intercalan con las de lo que parece una manifestaci¨®n de modelos protestando por la baja calidad del agua mineral servida en los caterings de las producciones de moda. ¡°Join the conversation¡± (?nete al debate), reza uno de los carteles que esta gente gen¨¦ticamente perfecta porta. Aparece una bella joven con un bonito pa?uelo en la cabeza. Los s¨ªmbolos religiosos son los nuevos leggings. Empieza a cantar el nieto de Bob Marley.
0.25: Unos muchachos de color se han unido a la manifestaci¨®n. Est¨¢n incluso m¨¢s flacos que los blancos. Se confirma que se les ha colado una chica ¨¢rabe en el pa¨ªs. A pesar de tener una c¨¢mara digital sobre el escritorio est¨¢ garabateando sobre hojas de contacto impresas. Es lo que tiene el hipsterismo: quiere la comodidad de la modernidad y el pedigr¨ª del vintagismo. Y no se puede tener todo, demonios millenials. Aparece Kendall Jenner. Le est¨¢n sacando fotos. Esto es lo ¨²nico m¨ªnimamente veros¨ªmil que se va a ver en este anuncio.
0.37: La manifestaci¨®n pasa por delante de Kendall y llama su atenci¨®n. Ser modelo es un trabajo que tolera la distracci¨®n. Ser controlador a¨¦reo no. M¨¢s carteles con el signo de la paz, otro en el que se puede leer "love" (como el amor es universal pero el ingl¨¦s no, informaos de que love significa "amor" en castellano). M¨¢s gente flaca y guapa.
0.50: Aunque seg¨²n el telediario hoy no iba a llover, el chelista ha decidido terminar de ensayar en casa. Como todo m¨²sico joven que se est¨¢ abriendo camino vive en un loft enorme y reformado por alg¨²n n¨®rdico en el centro. Sigue bebiendo Pepsi. Y el c¨¢mara tambi¨¦n, porque la imagen empieza a moverse de forma espasm¨®dica. La manifestaci¨®n pasa por delante de unas muchachas muy majas que est¨¢n almorzando su plato preferido: ensalada. Sonr¨ªen y brindan con botellas de Pepsi. Aunque son muy guapas y delgadas como una bolsa de mezclum no se manifiestan.
0.59: Otras dos chicas nos hacen los cuernos. No sabemos ya si eso es una manifestaci¨®n o la cola de entrada del Primavera Sound. Protestar es una fiesta a la que estamos todos invitados, no como en los sesenta, cuando hab¨ªa que ser hippie, o en la revoluci¨®n Francesa, cuando para quejarse era necesario eso tan horrible de ser pobre. La joven ¨¢rabe padece bloqueo creativo ¨Ces ¨¢rabe, pero artista¨C y rasga las hojas de contacto. No se ve, pero el papel lo va a reciclar.
1.08: Se ha colado un se?or de m¨¢s de 40 a?os en el anuncio. Nadie le habla.
1.09: La ¨¢rabe ve pasar la protesta por delante de su casa, y claro, no puede evitar unirse. Coge su c¨¢mara. Entre los manifestantes se distingue a un tipo con rasgos orientales (esta diversidad ¨¦tnica solo es comparable a los viejos anuncios de Benetton o a la plantilla del Betis de esta temporada) que sostiene una baqueta. Ni se os ocurra ir a una mani sin baqueta de bater¨ªa, juventud.
1.18: El c¨¢mara ya va hasta arriba de cafe¨ªna. El chelista sonr¨ªe porque la revoluci¨®n es divertida. Unos bailan. Otros tocan instrumentos por la calle. Ch¨²pate esa, viejo orden mundial. M¨¢s baile. Pu?os en alto. ?Hemos ganado ya? A¨²n no. ?Y qu¨¦ queremos ganar? Ni idea, oye, pero esa chaqueta que llevas es ideal.
1.27: Ah¨ª est¨¢ Kendall Jenner. Posa distra¨ªda, quiz¨¢s pensando en cu¨¢l de sus cuatro mansiones, la ¨²ltima de las cuales le cost¨® 10 millones de d¨®lares, se ha dejado el bolso. Maldita sea, no tiene gracia. No entend¨¦is la presi¨®n de ser multimillonaria con 21 a?os.
1.30: Ella ve pasar la manifa. Por alg¨²n motivo lo primero en lo que se fija es un estudiante negro con gafas que parece reci¨¦n llegado de 1964. Despu¨¦s, nuestro chelista favorito. Se miran. Kendall sonr¨ªe. ?l le devuelve la mirada con una sonrisa que apenas deja ver su dentadura perfecta, y mueve la cabeza levemente para invitarla a unirse a ellos con la seguridad que da saber que nadie rechaza un mojito.
1.38: Kendall se une, posclaroques¨ª. Y para simbolizar su repentina conversi¨®n revolucionaria se quita la peluca rubia. Todo el mundo sabe que una rubia no puede ser activista. Se la da a una asistente (negra, en un resbal¨®n de proporciones b¨ªblicas) y entra en una especie de trance. Dejamos de verla unos segundos. Planos de asistentes: trans molones, poli sexy (cuidado con este que es importante), negros musulmanes molones a ambos lados de rubia sexy. La vida es maravillosa, co?o.
1.48: De forma milagrosa el vestido plateado de Jenner se ha transformado en un coqueto conjunto vaquero vintage. Coge una Pepsi de un barre?o en el que est¨¢n todos los formatos disponibles en el mercado. Algo muy habitual en las manifestaciones, por supuesto. Camina entre los manifestantes. Miradita de ¡°luego te follo¡±, al chelista. Saludito al bailar¨ªn negro sonriente ?Hemos dicho ya que la vida es maravillosa?
2.00: Atenci¨®n cl¨ªmax. Jenner, ya en primera fila, se fija en el polic¨ªa sexy. ¡°Ups¡ ?y ese?¡±. Avanza decidida con un trote brasile?o que ni Giselle?B¨¹ndchen en un desfile de Par¨ªs y tras seis segundos de catwalk le entrega la lata de Pepsi al agente.
2.11: El madero le pega un trago a la lata. Siguen 10 segundos de indescriptible alegr¨ªa. Los manifestantes saltan, se abrazan, vitorean con esa satisfacci¨®n del deber cumplido. Con el orgullo de haber conseguido eso por lo que tanto han peleado. Visto desde fuera la tendencia natural es buscar una ventana desde la que arrojarse.
2.22: El polic¨ªa mira a su compa?ero. Hay un mensaje en su mirada que parece: ¡°A m¨ª tambi¨¦n me gusta m¨¢s la Coca-Cola¡±. M¨¢s saltos. M¨¢s alegr¨ªa. M¨¢s Jenner, que para eso le han pagado una pastuca.
2.30: Jesusito de mi vida ?Es que esto no va a acabar nunca?
2.31: Lemas, logos, bla bla bla.
2.39: Ha acabado. Por fin. Dios Santo, cre¨ª que nunca llegar¨ªa este momento. Nos invade una profunda tristeza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.