Co-habitar el talento

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Hablar de 'millennials' significa, por descontado, hablar de una nueva forma de entender el trabajo. Esta nueva generaci¨®n nacida entre 1980 y el 2000 ha revolucionado la forma de trabajar de las empresas hacia un ambiente mucho m¨¢s colaborativo y abierto. Sin embargo, este cambio en la visi¨®n del empleo ha propiciado algo mucho mayor: su estilo de vida ha permitido una mutaci¨®n en el desarrollo de nuestras ciudades y urbes.

Los nuevos emprendedores y profesionales prefieren compartir su tiempo, su talento y sus aficiones en espacios de coworking y coliving. Estos nuevos centros de trabajo han logrado que empresarios abandonen el individualismo instaurado en los ¨²ltimos a?os previos a la crisis, conformando una nueva conciencia emprendedora basada en la empat¨ªa, el asociacionismo y la solidaridad.

El urbanita ya no es un ser solitario sino que gracias a la proliferaci¨®n de estos espacios de colaboracionismo, comparte experiencias y realiza sinergias que hacen crecer a las ciudades creando n¨²cleos de talento y de emprendimiento urbano.

Las ciudades ya no son simples adoptantes de trabajadores o empresarios sino que forman parte del propio desarrollo de ese talento dando una segunda vida a sus edificios. Los espacios de coworking han mutado de oficinas de trabajo a espacios de vida dentro de edificios y construcciones, muchos de ellos con arquitecturas vanguardistas y cuidados interiorismos. Se han recuperado inmuebles hist¨®ricos o f¨¢bricas abandonadas y se han adecuado de tal forma que sus paredes, muros y cimientos se han impregnado del ambiento sano y colaborativo, lleno de vivencias y experiencias extra profesionales.

El constante crecimiento de profesionales independientes debido a la inestabilidad laboral y al lastre de la crisis econ¨®mica es una de las causas de esta evoluci¨®n hacia nuevos lugares en los que desarrollarse profesionalmente. Sin embargo, el fundamento de estos espacios de coworking y coliving es mucho m¨¢s profundo y su esencia es b¨¢sicamente habitar o co-habitar con otros talentos. Estos espacios se han convertido en el escenario ideal para que los 'millennials' puedan aprender, llevar a cabo sus inquietudes, hacer networking, establecer alianzas profesionales e intercambiar el talento.

De esta manera lo han interpretado en el coworking alicantino Ulab, donde el coworker puede ir a trabajar un d¨ªa y acabar la jornada practicando yoga y aplicando esta disciplina para aliviar las tensiones acumuladas durante el d¨ªa y liberarse del estr¨¦s. O tambi¨¦n llevar a sus hijos al coworking para disfrutar de un taller de cocina en familia y aprender todos a preparar un pastel o el mejor sushi de la ciudad. Alternativas y actividades l¨²dicas y did¨¢cticas con las que los profesionales se desarrollan no s¨®lo profesionalmente sino tambi¨¦n en lo personal y que hace de estos centros micro mundos dentro de las ciudades.

Estos nuevos espacios de trabajo son lugares de ocio, para compartir aficiones, para pasar ratos con la familia, d¨®nde estar informados sobre lo ¨²ltimo de su sector, en definitiva, donde suceden cosas. Se han construido peque?as ciudades dentro de ciudades. Y no s¨®lo eso, sino que tambi¨¦n han transformado las urbes en las que se asientan, generado cambios arquitect¨®nicos y la proliferaci¨®n y el asentamiento de nuevos negocios y comercios alrededor de los coworkings.

Alicante, por ejemplo, se ha convertido en un peque?o centro neur¨¢lgico de startups y emprendedores. Han proliferado estos centros de trabajo y la ciudad se ha amoldado a sus exigencias: la Diputaci¨®n de Alicante est¨¢ impulsando el desarrollo de nuevos centros de coworking y la antigua estaci¨®n de autobuses se reabre como tal.

Otro curioso ejemplo es tambi¨¦n el de otro coworking que se encuentra en un peque?o pueblo del norte de Espa?a, en Senderiz, Galicia. Sende es un ejemplo de uno de los principales valores que abanderan los coworking, la libertad. Vivir en un pueblo y trabajar es posible en este peculiar espacio de trabajo, donde no existen los atascos de primera hora ni las prisas para coger el bus o el metro y donde acogen a trabajadores de cualquier rinc¨®n del mundo para hacerlos sentir como en casa. Salir a hacer senderismo, ir de excursi¨®n u organizar un paseo por la aldea es algo bastante com¨²n en este coliving rural.

Con este nuevo sentido del trabajo, el talento ya no est¨¢ encerrado en rancias oficinas de tubos fluorescentes sino que ciudades, pueblos e incluso aldeas albergan proyectos e ideas en cualquiera de sus rincones. Los coworking son, en definitiva, espacios abiertos, din¨¢micos y acordes a la nueva mentalidad que hacen de sus ubicaciones puntos geogr¨¢ficos excelentes para acoger grandes iniciativas y oportunidades profesionales y de negocio.

Seg¨²n el ¨²ltimo estudio publicado por Emergent Research, en tres a?os habr¨¢ m¨¢s de 26.000 espacios de coworking en todo el mundo, es decir, m¨¢s del doble de la cifra existente en la actualidad. Adem¨¢s, en ciudades como Barcelona, Nueva York o Berl¨ªn se cuadruplicar¨¢ el n¨²mero de personas que trabajar¨¢n bajo el techo de un coworking. Una sobresaliente transformaci¨®n en el parque de oficinas de muchas capitales. Concretamente, seg¨²n la plataforma Coworking Spain, encargada de la difusi¨®n de esta cultura de trabajo, actualmente en Espa?a hay m¨¢s de 32.000 metros cuadrados de superficie destinados a este nuevo modo de desarrollar proyectos, ideas y talento.

Isabel Romero, directora del coworking Ulab.