El semen de los muertos que puede crear vida

Un hombre espera la llegada del m¨¦dico y el tiempo se le agota.

Atardece. Hace m¨¢s de una hora que el doctor descolg¨® el tel¨¦fono distra¨ªdamente. ¡°?Nos puede ayudar?¡±, hab¨ªa dicho al otro lado la voz temblorosa de una mujer.

Ahora, mientras se prepara para la intervenci¨®n, el m¨¦dico est¨¢ muy despierto. Se mueve r¨¢pido. Se frota las manos y los brazos con jab¨®n y se pone los guantes. Su asistente hace tintinear el instrumental esterilizado y los envases llenos de fluidos en una mesa de acero inoxidable. Las paredes de hormig¨®n son de un amarillo p¨¢lido. El ambiente es fresco y huele a desinfectante.

Preparado para la cirug¨ªa, el m¨¦dico se sienta junto al paciente. Se detiene un momento para fijar una imagen en su mente y luego hace una incisi¨®n en la piel hasta que aparecen las capas exteriores del ¨®rgano. Brilla, lechoso y lleno de venas. El m¨¦dico corta un trozo esponjoso y lo deja caer en un vial. Su ayudante lo hace desaparecer.

Tras comprobar que la intervenci¨®n ha ido bien, el m¨¦dico sutura con cuidado al paciente, que permanece inm¨®vil. La sala est¨¢ en calma. No hay monitores ni goteos intravenosos. Nadie comprueba las constantes vitales del paciente. Nadie le ha administrado nada para el dolor.

El paciente est¨¢ muerto.

De hecho, seg¨²n su gr¨¢fica lleva muerto m¨¢s de 30 horas, aunque hay algo de ¨¦l que sobrevive. Lo que el m¨¦dico le ha extra¨ªdo es un l¨ªquido que puede crear vida. Una sustancia incre¨ªble, ni persona ni propiedad, tan abundante y a la vez tan valiosa que a¨²n no sabemos bien c¨®mo tratarla. Es el esperma del hombre muerto.

Un banco de semen

Ana y Michael Clark llevaban s¨®lo un a?o casados cuando Mike tuvo que embarcarse para sus quintas maniobras. A sus 25 a?os, Mike era sargento en los marines de los Estados Unidos. Se hab¨ªa alistado a los 18 y en siete a?os hab¨ªa recibido varias condecoraciones, entre ellas el Coraz¨®n P¨²rpura. La pareja hab¨ªa decidido hacer un viaje antes de que Mike embarcase: un viaje en moto por la autopista de California.

Ser¨ªa el ¨²ltimo juntos. De vuelta a la autopista despu¨¦s de comer, Mike perdi¨® el control de la moto y cayeron por un acantilado. Ana sobrevivi¨® al accidente. Mike no.

Lo que el m¨¦dico le ha extra¨ªdo es un l¨ªquido que puede crear vida. Una sustancia incre¨ªble, ni persona ni propiedad, tan abundante y a la vez tan valiosa que a¨²n no sabemos bien c¨®mo tratarla. Es el esperma del hombre muerto

Mientras se recuperaba de las fracturas en la columna y el hombro en el hospital, Ana lloraba no s¨®lo a su marido sino tambi¨¦n a sus futuros hijos. ¡°Lo hab¨ªamos hablado quiz¨¢ una semana o dos antes de que falleciera, porque se iba a las maniobras, y me dijo, ¡®S¨ª, qu¨¦ pena que no podamos ir a un banco de semen ahora para congelarlo... Estoy demasiado ocupado con el trabajo.¡¯¡±

Al ver a Ana tan desconsolada ante la imposibilidad de tener hijos con su marido, un amigo le sugiri¨® recuperar el esperma de Mike. Ya sabes, le dijo el amigo, que el esperma vive mucho m¨¢s de lo que creemos. As¨ª que Ana lo busc¨® en Google. ¡°Lo mir¨¦ en internet y llam¨¦ a un banco de semen¡±, dice. Necesit¨® varias llamadas antes de encontrar un m¨¦dico dispuesto a extraer esperma de un paciente muerto. ¡°Y luego tuve que alquilar un coche f¨²nebre...¡±

El coche recorri¨® con el cuerpo de Mike los 150 kil¨®metros desde el hospital en Riverside hasta San Diego para la intervenci¨®n. Despu¨¦s, lo trajo de vuelta.

Por tel¨¦fono Ana parece una mujer independiente, con la cabeza sobre los hombros. Los art¨ªculos en la prensa insin¨²an a veces que las mujeres interesadas en crear lo que se conoce como un ni?o concebido p¨®stumamente est¨¢n un poco locas, colgadas a¨²n de la persona amada que ya no volver¨¢, desconectadas de la realidad. Pero Ana Clark parece una mujer con los pies en la tierra.

¡°Me llenaba de esperanza pensar que ¨¦l no fuera a perderse para siempre, que yo pudiera ser capaz de tener algo suyo que todav¨ªa viviera. Algo s¨®lo para m¨ª. Mi trocito de Mike¡±. Es m¨¢s, Ana quer¨ªa que Mike dejara un legado. ¡°?l era un hombre muy, muy bueno. Era un marine excelente, y saber que pod¨ªa dejar alg¨²n legado, alguien que iba a continuar el camino heroico que ¨¦l hab¨ªa emprendido... Creo que eso es lo que m¨¢s me motivaba¡±.

La primera extracci¨®n

A finales de los 70, Cappy Rothman, un ur¨®logo de Los ?ngeles, hizo la primera extracci¨®n de esperma post mortem.

Ya antes Rothman hab¨ªa extra¨ªdo esperma de hombres con problemas de infertilidad, un trabajo que le permiti¨® conocer en detalle la anatom¨ªa reproductora masculina, le dio experiencia en la extracci¨®n y conservaci¨®n del esperma y le ayud¨® a hacerse una agenda de contactos que conoc¨ªan su inter¨¦s en ayudar a hombres con problemas de reproducci¨®n. En poco tiempo se hizo un nombre en Los ?ngeles.

Se calcula que hasta el momento se han practicado casi 200 extracciones post mortem en EE UU

¡°No llevaba ni seis semanas trabajando cuando ya ten¨ªa todo ocupado para los siguientes seis meses¡±, recuerda. Entonces, cuando el hijo de un importante pol¨ªtico qued¨® cl¨ªnicamente muerto tras un accidente de coche ¡°recib¨ª una llamada del jefe de residentes del departamento de neurocirug¨ªa en UCLA, que me dijo, ¡®tengo una petici¨®n un poco rara. [Este pol¨ªtico] quiere preservar el esperma de su hijo. ?Podr¨ªa hacerse?¡¯¡±.

A Rothman se le ocurr¨ªan tres opciones: administrar un f¨¢rmaco que provocara una convulsi¨®n en todo el cuerpo, y con suerte produjera una eyaculaci¨®n; extirpar los ¨®rganos reproductores del hombre y buscar el esperma; o (ya que un hombre en estado de muerte cerebral todav¨ªa mantiene algunas funciones vitales), practicar la estimulaci¨®n manual. ¡°Recuerdo que hubo un silencio al otro lado de la l¨ªnea... y entonces me dice el neurocirujano, ¡®oiga, doctor, me han pedido que haga muchas cosas como jefe de residentes de neurocirug¨ªa, pero si cree que voy a masturbar a un hombre muerto es que est¨¢ usted loco.¡¯¡±

Se inclinaron por la segunda opci¨®n. ¡°Me sent¨ªa un poco como Miguel ?ngel¡±, dice Rothman, ¡°all¨ª solo, en una sala de operaciones con la anatom¨ªa masculina. Era toda una formaci¨®n¡±. Public¨® un art¨ªculo sobre este primer caso en 1980.

Hasta 1999 no tuvo lugar el primer nacimiento a partir de una extracci¨®n post mortem. Gaby Vernoff dio a luz a Brandalynn con el esperma que Rothman extrajo 30 horas despu¨¦s de la muerte de su marido. Seg¨²n Gaby, el embarazo se produjo con el ¨²ltimo vial de esperma. En el caso, muy medi¨¢tico, de 2009, Vernoff contra Astrue, Gaby reclam¨® en los tribunales los beneficios de la seguridad social para su hija concebida p¨®stumamente. El tribunal fall¨® que Brandalynn no ten¨ªa derecho a esos beneficios porque no depend¨ªa de su padre en el momento de su muerte, como exige la ley de California.

En Arizona, sin embargo, los tribunales hab¨ªan decidido en 2004 que los ni?os concebidos tras la muerte del padre ten¨ªan derecho a esos mismos beneficios. All¨ª, al contrario que en California, el parentesco biol¨®gico es suficiente para el parentesco legal.

En Arizona, los tribunales decidieron en 2004 que los ni?os concebidos tras la muerte del padre ten¨ªan derecho a los mismos beneficios que los concebidos en vida

Rothman es hoy cofundador y director m¨¦dico de Cryobank, en California, el mayor banco de semen de los Estados Unidos. Calcula que hasta el momento se han practicado casi 200 extracciones post mortem. La mayor¨ªa son recientes, realizadas a medida que la intervenci¨®n se hac¨ªa m¨¢s com¨²n. Seg¨²n sus registros, hay s¨®lo tres extracciones en los a?os 80 y quince en los 90. Pero entre 2000 y 2014, realizaron 130: una media de casi nueve al a?o.

Y la cl¨ªnica de Rothman no es, ni mucho menos, la ¨²nica que ofrece este servicio. Hay pocas estad¨ªsticas recientes, pero dos estudios realizados en centros de fertilidad de EE.UU, en 1997 y 2002, muestran un creciente n¨²mero de solicitudes para la recuperaci¨®n de esperma post mortem. Seg¨²n Jason Hans, profesor en el Departamento de Ciencias de la Familia de la Universidad de Kentucky, ¡°la proliferaci¨®n de protocolos hospitalarios y cl¨ªnicos, de casos legales y de art¨ªculos cient¨ªficos y de divulgaci¨®n sugiere tambi¨¦n un n¨²mero mayor de solicitudes para esta intervenci¨®n, aunque es cierto que podr¨ªa indicar un conocimiento superior del tema antes que un aumento de las solicitudes¡±.

M¨¢s all¨¢ de los detalles, la recuperaci¨®n de esperma post mortem es una realidad innegable.

?Muere el esperma?

Parece ser que nuestros cuerpos no mueren de una vez sino por partes. La antigua literatura cient¨ªfica aconseja que los m¨¦dicos extraigan y congelen una muestra de esperma en las primeras 24-36 horas despu¨¦s de la muerte, pero diversos estudios muestran que, en las condiciones adecuadas, el esperma puede sobrevivir mucho despu¨¦s de la fecha l¨ªmite. Rothman habla de un hombre que muri¨® haciendo kayak en aguas fr¨ªas, y cuyo esperma estaba en perfecto estado dos d¨ªas despu¨¦s. Y en abril de 2015, m¨¦dicos de Australia anunciaron el nacimiento de un ¡°beb¨¦ feliz y sano¡± a partir del esperma extra¨ªdo de su padre 48 horas despu¨¦s de la muerte.

Oiga, doctor, me han pedido que haga muchas cosas como jefe de residentes de neurocirug¨ªa, pero si cree que voy a masturbar a un hombre muerto es que est¨¢ usted loco

No hace falta que los espermatozoides est¨¦n llenos de energ¨ªa y en perfecto estado, basta con que est¨¦n vivos. Aunque los espermatozoides que se deslizan se congelan y descongelan mucho mejor, tambi¨¦n los perezosos pueden provocar un embarazo. S¨®lo es necesario inyectar un espermatozoide en un ¨®vulo.

Pero antes alguien debe recuperar el esperma. Para entender el procedimiento, viene bien saber algo del aparato reproductor masculino. Sea cual sea el nombre que se les da ¨Cpelotas, huevos, bolas, cataplines, cojones- los test¨ªculos son los ¨®rganos esf¨¦ricos que cuelgan bajo el pene. Rodeando cada uno de los test¨ªculos y conectado a ellos est¨¢ el epid¨ªdimo, el conducto donde los espermatozoides maduran y por el que son trasladados desde los test¨ªculos hasta el conducto deferente. El conducto deferente lleva el esperma maduro hasta la uretra, que atraviesa el pene hasta desembocar en el mundo exterior.

Hay diferentes modos de recoger el esperma, entre ellos la extracci¨®n mediante una aguja. Como el nombre indica, este m¨¦todo supone la inserci¨®n de una aguja en los test¨ªculos para extraer un poco de esperma. A menudo se usa con pacientes vivos, pero como con un muerto no es tan importante minimizar la invasividad, los m¨¦dicos suelen utilizar otros m¨¦todos post mortem.

Uno de ellos consiste en extraer mediante cirug¨ªa los test¨ªculos o el epid¨ªdimo. Dado que el epid¨ªdimo es el lugar donde madura el esperma, este tejido es uno de los objetivos m¨¢s comunes. El m¨¦dico extrae el epid¨ªdimo y, orde?¨¢ndolo o de alg¨²n otro modo, separa el esperma del tejido. Si no, se puede congelar el epid¨ªdimo o un trozo de tejido testicular.

Como los espermatozoides en el conducto deferente est¨¢n ya maduros, tambi¨¦n pueden extraerse de all¨ª. El cirujano hace una incisi¨®n en este conducto largo y flexible y saca el fluido con una aguja (aspiraci¨®n) o lo vac¨ªa con una soluci¨®n (irrigaci¨®n). Los espermatozoides maduros pueden moverse mejor, encontrar un ¨®vulo y penetrar en ¨¦l hasta fertilizarlo.

Una cuarta opci¨®n es la eyaculaci¨®n por sonda rectal, tambi¨¦n conocida como electroeyaculaci¨®n. El m¨¦dico inserta una sonda conductora en el ano del hombre y la hace llegar hasta las inmediaciones de la pr¨®stata. Una descarga de electricidad provoca una contracci¨®n muscular que estimula la eyaculaci¨®n a trav¨¦s de los conductos habituales.

Es interesante constatar que esta t¨¦cnica se desarroll¨® (y se usa mucho) para la reproducci¨®n de animales (toros, hurones, leopardos, elefantes e hipop¨®tamos entre otros). Dado que no requiere de reflejos intactos, se utiliza tambi¨¦n en hombres con lesiones en la columna.

Pero el mero hecho de que sepamos extraer los espermatozoides tras la muerte no es garant¨ªa de que alguien, si lo solicita, tenga acceso a esta intervenci¨®n. Martin Bastuba, fundador y director m¨¦dico de Male Fertility & Sexual Medicine Specialists en San Diego, es el m¨¦dico que recuper¨® los espermatozoides de Mike Clark tras su accidente de moto. ¡°No hay reglas concretas¡±, dice Bastuba. ¡°La mayor¨ªa de las normas que encuentras fueron escritas antes de que estas t¨¦cnicas existieran¡±.

Diversas resoluciones judiciales recientes han conferido al esperma un estatus legal m¨¢s prominente que el de la sangre, la m¨¦dula ¨®sea o los ¨®rganos

La postura legal de EE UU es una mara?a de regulaciones confusas y a veces contradictorias. Las leyes que rigen la donaci¨®n de ¨®rganos y tejidos son federales (el Uniform Anatomical Gift Act y el National Organ Transplant Act), pero no tienen por qu¨¦ ser v¨¢lidas para el esperma, clasificado como tejido renovable. Arthur Caplan, responsable de bio¨¦tica en el Centro M¨¦dico Langone de la Universidad de Nueva York, dice que la ley federal ¡°deber¨ªa enmendarse para incluir el esperma, los ¨®vulos, el ¨²tero, los ovarios y los test¨ªculos¡±. Mientras tanto, la reproducci¨®n artificial la regulan los estados.

Si un hombre no ha tomado determinadas medidas, como por ejemplo inscribirse como donante de ¨®rganos, el pariente m¨¢s cercano puede decidir cu¨¢ndo dejar de mantenerlo con vida, si donar o no sus ¨®rganos, qu¨¦ uso se har¨¢ de su cuerpo tras la muerte y cu¨¢les ser¨¢n los tr¨¢mites funerarios. Pero sus espermatozoides reciben a menudo un tratamiento distinto.

Los espermatozoides, se dice, son especiales. Diversas resoluciones judiciales recientes han conferido al esperma un estatus legal m¨¢s prominente que el de la sangre, la m¨¦dula ¨®sea o los ¨®rganos. Mientras esas sustancias y partes del cuerpo pueden usarse para salvar vidas, los espermatozoides ¨Ccomo los ¨®vulos- destacan por su potencial para crear vida. Esta es, por ejemplo, la opini¨®n de la Sociedad Americana para la Medicina Reproductiva, que en 2013 sosten¨ªa que ¡°a falta de una directiva escrita, lo razonable es concluir que los m¨¦dicos no est¨¢n obligados a cumplir con cada solicitud [para la extracci¨®n de espermatozoides o la utilizaci¨®n de espermatozoides extra¨ªdos] presentada por una esposa o una pareja¡±.

Pero hay otras opiniones y resoluciones legales. En 2006, en su interpretaci¨®n de la pol¨ªtica de donaci¨®n de ¨®rganos, un juez dictamin¨® que los ¨®rganos, incluido el esperma, pueden ser cedidos por los padres de un hombre a su muerte, siempre y cuando el hombre no se hubiera negado previamente a esa donaci¨®n.

Dado que a¨²n no podemos decidir qu¨¦ es y qu¨¦ no es el esperma, las pol¨ªticas sobre la extracci¨®n post mortem de espermatozoides var¨ªan seg¨²n el hospital, y son desiguales e inconsistentes. Muchos hospitales no tienen pol¨ªtica alguna. En una recensi¨®n publicada en 2013 en Fertility and Sterility, algunos especialistas en ¨¦tica biom¨¦dica se pusieron en contacto con 20 hospitales de EE.UU para preguntarles sobre sus protocolos de recogida de semen post mortem. S¨®lo seis presentaron protocolos completos, y veinticuatro (el 60%) informaron de que o no ten¨ªan ning¨²n protocolo o no lo conoc¨ªan. La falta de unos principios claros puede deberse a que las peticiones de semen post mortem no son muy frecuentes. Por desgracia, cuando hay alguna solicitud, la cuenta atr¨¢s ya est¨¢ en marcha y el hospital debe poder decidir r¨¢pidamente.

Esta diversidad significa que dos hospitales, uno a cada lado de la calle, podr¨ªan tomar decisiones opuestas. La recensi¨®n de Fertility and Sterility de 2013 concluye: ¡°Muchas instituciones a¨²n no tienen protocolos listos, y los que los tienen difieren en aspectos importantes, entre ellos la evidencia o no del consentimiento, el tiempo de espera exigido antes de usar los espermatozoides, los m¨¦todos de recuperaci¨®n del semen, la log¨ªstica para su almacenamiento y el pago de la intervenci¨®n¡±.

Los doctores que busquen orientaci¨®n pueden encontrarla en algunas de las directrices publicadas, una especie de ¡°c¨®digo pirata¡± de la urolog¨ªa. Las directrices del departamento de urolog¨ªa de la Universidad de Cornell han sido adoptadas por el Hospital de Nueva York y por otros de un modo m¨¢s o menos formal a lo largo de los Estados Unidos. Algunas directrices son que la solicitante debe ser la esposa del fallecido, que la pareja debe haberse comprometido a tener hijos, y que la viuda debe esperar al menos un a?o antes de tener acceso al esperma extra¨ªdo.

La? posici¨®n de la Sociedad Americana para la Medicina Reproductiva es que las solicitudes de semen post mortem deben aprobarse s¨®lo en casos de esposas sobrevivientes y compa?eras permanentes, y que debe haber un per¨ªodo de duelo antes de que pueda usarse el esperma. De manera significativa, se?ala que los centros m¨¦dicos ¡°no est¨¢n obligados a participar en esas actividades pero que, en cualquier caso, deben tener una normativa escrita al respecto¡±.

Algunas directrices son que la solicitante debe ser la esposa del fallecido, que la pareja debe haberse comprometido a tener hijos, y que la viuda debe esperar al menos un a?o antes de tener acceso al esperma extra¨ªdo

Si un m¨¦dico o un hospital no se sienten c¨®modos llevando a cabo esta intervenci¨®n, a menudo pueden ceder el cuerpo. Bastuba ha extra¨ªdo semen en la unidad de cuidados intensivos de un hospital, en una morgue, en la oficina de una examinador m¨¦dico e incluso en una funeraria. Pero debe hacerse con el tiempo suficiente, de modo que el semen sea todav¨ªa aprovechable. Cada decisi¨®n tomada debe ajustarse a la pol¨ªtica particular del hospital o estar de acuerdo con la decisi¨®n de su junta ¨¦tica m¨¦dica.

Caos legislativo

?Qu¨¦ pasa en otros pa¨ªses? Algunos tienen regulaciones. Otros no. Algunos son permisivos. Otros no. Es un caos.

Francia, Alemania, Suecia y Canad¨¢ se encuentran entre los pa¨ªses que proh¨ªben la recuperaci¨®n p¨®stuma de semen. En Espa?a, la ley prev¨¦ la posibilidad de tener un hijo por t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida tras la muerte de la pareja. En el Reino Unido no est¨¢ permitido a menos que el hombre haya dado su consentimiento previo por escrito. A mediados de los 90, el caso de Diane Blood puso el foco en este asunto. Diane y su marido Stephen estaban ya tratando de fundar una familia cuando Stephen muri¨® repentinamente de meningitis. En un principio los tribunales rechazaron la solicitud de Diane de usar el esperma de Stephen para tener descendencia, con el argumento de que ya su recogida hab¨ªa sido ilegal. Pero despu¨¦s de un recurso, obtuvo el derecho a enviar el semen fuera del Reino Unido para poder someterse a la inseminaci¨®n en un pa¨ªs m¨¢s permisivo.

Diane finalmente dio a luz dos ni?os con el semen de su marido. Pero el gobierno brit¨¢nico se neg¨® a reconocer a Stephen como padre, dej¨¢ndoles hu¨¦rfanos ante la ley. Gracias a la lucha de Diane, en 2003 el gobierno reconoci¨® que hab¨ªa negado a la familia Blood derechos humanos fundamentales al impedir que Diane hiciera figurar el nombre de Stephen en los certificados de nacimiento de los chicos. Diane public¨® m¨¢s tarde un libro sobre su experiencia y hoy trabaja en los medios. Dice en un email: ¡°El tiempo pasa. La gente ahora ni siquiera comprende por qu¨¦ se arma tanto jaleo con todo esto¡±.

Las mujeres siguen presionando contras las prohibiciones en el Reino Unido. Beth Warren gan¨® hace poco una batalla legal para impedir que el semen de su marido se destruyera tras su muerte. ?l hab¨ªa guardado esperma en un banco antes de empezar un tratamiento contra el c¨¢ncer, y m¨¢s tarde muri¨® de un tumor cerebral. Exist¨ªan regulaciones que estipulaban que el semen no pod¨ªa almacenarse durante m¨¢s de diez a?os sin un consentimiento renovado.

Extraer semen sin el consentimiento por escrito previo del donante est¨¢ prohibido en Holanda, por mucho que los apoderados tengan permiso para tomar decisiones en torno a asuntos como la donaci¨®n de ¨®rganos y la recogida de tejidos. Est¨¢ claro que los m¨¦dicos no saben qu¨¦ hacer con estas restricciones. En el caso de un hombre al que se la iba a retirar el soporte vital, un equipo de doctores finalmente rechaz¨® una solicitud para extraer semen, respetando la regulaci¨®n existente. En un art¨ªculo posterior reconocen, casi con tristeza, que pod¨ªan haberlo enviado a la vecina B¨¦lgica antes de la retirada del soporte vital, ya que all¨ª la extracci¨®n de semen no est¨¢ prohibida.

No hay mucha literatura acerca de las actitudes en Asia, pero la disponible sugiere pol¨ªticas restrictivas. Seg¨²n el Asian Bioethics Review y diversos informes period¨ªsticos, en 2005 la prometida de un oficial taiwan¨¦s solicit¨® su esperma cuando ¨¦l muri¨® maniobrando un tanque. El Departamento de Salud de Taiw¨¢n le deneg¨® la extracci¨®n de semen antes de ceder por la presi¨®n de la opini¨®n p¨²blica (aunque finalmente la mujer nunca tuvo acceso a ¨¦l). M¨¢s adelante, el gobierno aprob¨® una legislaci¨®n que impide incluso a las parejas casadas que intentan someterse a inseminaci¨®n artificial seguir haci¨¦ndolo tras la muerte del marido.

En Queensland, Australia, a una mujer se le deneg¨® el derecho a recolectar y congelar el esperma de su marido tras su repentina muerte, aunque estaban planeando empezar una familia. M¨¢s tarde ella se enter¨® de que su marido podr¨ªa haber donado esperma cuando era estudiante. Un art¨ªculo sobre este caso escrito por un experto en ¨¦tica explica por qu¨¦, en principio, a la mujer se le deber¨ªa haber dado la opci¨®n de comprar el semen si a¨²n estaba disponible y era ¨²til.

Los m¨¦dicos que trabajan en fertilidad en Australia Occidental describen la situaci¨®n all¨ª en un art¨ªculo de 2014 para Human Reproduction. ¡°Hay una contradicci¨®n en las leyes, puesto que un acta del parlamento dice que podemos recoger esperma mientras que otra dice que no podemos almacenarlo¡±, escriben, y a?aden que no extraen esperma p¨®stumamente sin una orden del Tribunal Supremo. ¡°Confiamos en que este caos legal se solucione¡±, a?aden.

El mero hecho de que sepamos extraer los espermatozoides tras la muerte no es garant¨ªa de que alguien, si lo solicita, tenga acceso a esta intervenci¨®n

En Israel, es suficiente con un consentimiento impl¨ªcito: no es necesario que el fallecido haya dejado un documento escrito; basta con que la viuda diga que cree que hubiera dado su consentimiento si estuviera vivo. El gobierno puede incluso dar una ayuda econ¨®mica: el seguro de salud p¨²blico costear¨¢ tantos ciclos de fecundaci¨®n in vitro como sean necesarios para engendrar dos beb¨¦s. En cuanto a los derechos de los ni?os engendrados p¨®stumamente, despu¨¦s de una batalla legal en 2007, hoy cualquier ni?o engendrado es el leg¨ªtimo heredero del fallecido.

Algunas cl¨ªnicas de fertilidad en EE.UU y en otros lugares se niegan a practicar la extracci¨®n post mortem si quien la solicita no es la esposa o la pareja de hecho, a no ser que el hombre hubiera dejado otras indicaciones por escrito. Estas pol¨ªticas reflejan tanto la postura de la Sociedad Americana para la Medicina Reproductiva como las directrices de Cornell, que se?alan que ¡°es la esposa quien debe dar el consentimiento, no la familia del fallecido, ya que es con ella con quien el fallecido pretend¨ªa procrear¡±.

Las pol¨ªticas relativamente permisivas de Israel han creado una situaci¨®n bastante delicada. The Times de Israel inform¨® en 2015 de que los padres de un reservista muerto durante unos ejercicios obtuvieron el derecho a tener a su nieto. Pero el asunto no era tan sencillo. Se les concedi¨® el derecho al esperma pese a que la esposa del hombre hab¨ªa rechazado tener el ni?o tras su muerte y se opone a la pretensi¨®n de sus suegros de hacer uso del esperma.

Vale la pena recordar que por cada caso que aparece en los medios ¨Cy aparecen muchos- hay muchos otros an¨®nimos, en los que el permiso se concede o no.

El papel de la ¨¦tica m¨¦dica

?C¨®mo sopesan los m¨¦dicos y los comit¨¦s las decisiones sobre la extracci¨®n de esperma post mortem? ¡°Como ocurre casi siempre con la ¨¦tica reproductiva o con la medicina en general, el mayor problema est¨¢ en respetar los deseos y el consentimiento del paciente¡±, dice Elizabeth Yuko, experta en bio¨¦tica. ¡°En este caso, como el paciente est¨¢ muerto, el asunto se complica, aunque sigas queriendo respetar el bienestar del futuro hijo... En muchos casos tienes que dar por supuesta la voluntad del fallecido¡±.

Hay tambi¨¦n otras consideraciones, como el respeto a la integridad del cuerpo del fallecido, su derecho a no procrear, los derechos de los familiares a tener hijos o nietos y la intenci¨®n de paliar el sufrimiento de los que han quedado aqu¨ª.

Cuando un hombre ha dejado clara su voluntad, los derechos del muerto casi siempre cuentan m¨¢s que los derechos de los vivos. ?Por qu¨¦? El profesor de derecho Glenn Cohen dice que este asunto es casi tan viejo como la propia filosof¨ªa. Hay dos bandos fundamentalmente. ¡°Uno sostiene... si no sientes nada... ?c¨®mo se puede decir tan rotundamente que se te est¨¢ da?ando?¡±, dice. ¡°El otro bando dice, no, tu vida puede ser mejor o peor como consecuencia de lo que ocurra contigo tras tu muerte¡±. Para los de este bando, dice, lo l¨®gico es pensar que debe prohibirse la extracci¨®n p¨®stuma para evitar ning¨²n da?o al muerto.

En la extracci¨®n de esperma post mortem, cuando nos preguntamos ¡°?qu¨¦ es el esperma?¡± tambi¨¦n nos estamos preguntando, ¡°?qu¨¦ es la vida?¡± y ¡°?qu¨¦ es la muerte?¡±.

Un lugar donde los varones vivos deben responder sobre el destino de su esperma a su muerte es en un banco de semen. En 2012, un grupo de cient¨ªficos estudi¨® toda esta informaci¨®n. De los cerca de 360 hombres con diagn¨®stico de c¨¢ncer o infertilidad que hab¨ªan dejado su esperma en un banco de semen en Texas, casi el 85% hab¨ªa dado su consentimiento para su uso post mortem.

Aaron Sheffield, un joven pastor de Tallahassee, Florida, fue a un banco de semen antes de recibir tratamiento para un c¨¢ncer de test¨ªculos. Dice que si su mujer hubiera querido usar su esperma para tener un hijo tras su muerte, deber¨ªa haber podido hacerlo. ¡°Es una cuesti¨®n de votos matrimoniales¡±, dice. ¡°Tiene tanto derecho a utilizarlo como yo si hubiera sido mi voluntad... No creo que haya nada malo desde el punto de vista ¨¦tico o moral en su uso¡±. Hoy la pareja tiene dos hijos, concebidos de forma natural. Han hecho eliminar el semen almacenado de Aaron y ¨¦l se ha sometido a una vasectom¨ªa.

En un sondeo telef¨®nico realizado en 2014 en los Estados Unidos, los investigadores preguntaron a los encuestados si querr¨ªan o no que sus c¨®nyuges pudieran usar su esperma (o sus ¨®vulos) tras su muerte para concebir un ni?o. El 70 % de los hombres entre 18 y 44 a?os dijo que s¨ª. Se lleg¨® a la conclusi¨®n de que la presunci¨®n del consentimiento hac¨ªa tres veces m¨¢s probable acertar con los deseos del fallecido que si se segu¨ªan patrones m¨¢s conservadores.

Como ocurre casi siempre con la ¨¦tica reproductiva o con la medicina en general, el mayor problema est¨¢ en respetar los deseos y el consentimiento del paciente... que en este caso est¨¢ muerto

La gente parece mostrarse m¨¢s abierta en los ¨²ltimos tiempos con la extracci¨®n post mortem. En 2008, una encuesta en un estado del sur de los Estados Unidos revel¨® que ¡°las actitudes generales y las creencias eran en su mayor¨ªa favorables a la extracci¨®n p¨®stuma¡±. Y en 2015, en Australia, algunos expertos en ¨¦tica publicaron un texto en apoyo de la presunci¨®n de consentimiento por parte de un hombre muerto. Sostienen que hay numerosos beneficios tanto para el fallecido como para su pareja, y que el bienestar de la viuda y del futuro hijo deber¨ªan ser lo principal.

Pero ?qu¨¦ pasa con los ni?os? Algunos piensan que la donaci¨®n p¨®stuma de semen deber¨ªa prohibirse en parte porque deja en una situaci¨®n de desventaja a ni?os que nunca conocer¨¢n a su padre biol¨®gico. Pero hay muchos ni?os que no llegan a conocer nunca a sus padres biol¨®gicos, aunque est¨¦n vivos. ¡°Lo incomprensible¡±, dice Diane Blood, ¡°era que yo pod¨ªa recibir el semen de un donante an¨®nimo, incluso uno muerto, pero no el de mi propio marido¡±.

Julianne Zweifel, psic¨®loga cl¨ªnica y miembro del comit¨¦ de ¨¦tica en la Escuela de Medicina y Salud P¨²blica en la Universidad de Wisconsin, discrepa. ¡°Los adultos toman la decisi¨®n de traer un ni?o al mundo con un padre fallecido por satisfacer necesidades propias, y no se piensa demasiado en el impacto que pueda tener en el ni?o¡±.

Seg¨²n Zweifel, los estudios demuestran que a la gente no se le da demasiado bien el preocuparse por el bienestar de los que a¨²n no conocemos. S¨®lo cuando el ni?o es una realidad podemos de verdad considerar su bienestar. ¡°No creo que los adultos que buscan esto tengan la perspectiva psicol¨®gica necesaria para visualizar realmente los problemas para el ni?o¡±.

De los cerca de 360 hombres con diagn¨®stico de c¨¢ncer o infertilidad que hab¨ªan dejado su esperma en un banco de semen en Texas, casi el 85% hab¨ªa dado su consentimiento para su uso post mortem

A Zweifel le preocupan las cargas que tiene que soportar un ni?o engendrado a partir de una p¨¦rdida. ¡°Ese ni?o podr¨ªa acabar siendo lo que algunos llamar¨ªan una llama prendida en recuerdo de la persona fallecida... Ese ni?o puede sentir que la gente busca rasgos del padre fallecido en ¨¦l, y a su vez la gente puede verse obligada a encontrarlos¡±.

Tambi¨¦n est¨¢ la imposibilidad (ya no s¨®lo la improbabilidad) de llegar a conocer a tu propio padre. ¡°Cuando vienes al mundo con un padre muerto, no va a estar nunca ah¨ª para ti¡±, dice Zweifel. En su trabajo con madres solteras que utilizan bancos de semen, dice que muchas buscan donantes con perfiles p¨²blicos, de modo que el ni?o pueda ponerse en contacto con el donante m¨¢s adelante.

Dicho esto, en algunos pa¨ªses la donaci¨®n de esperma totalmente an¨®nimo puede darse y se da. Y la extracci¨®n de esperma post mortem no implica que el ni?o no vaya a tener un padre: simplemente no ser¨¢ un padre con la relaci¨®n gen¨¦tica habitual. Se conocen casos en los que ni?os con enfermedades o anomal¨ªas gen¨¦ticas buscan ¨Cpero no pueden encontrar- informaci¨®n sobre el donante de esperma que pueda ser ¨²til en caso de un tratamiento o un problema futuro. Un ni?o concebido p¨®stumamente podr¨ªa al menos tener un historial familiar sobre el que volver.?

En cuanto a las pruebas, hay muy pocos estudios sobre los posibles efectos psicol¨®gicos? en la salud de un ni?o concebido mediante esperma extra¨ªdo p¨®stumamente. En 2015, un estudio muy modesto concluy¨® que cuatro ni?os nacidos a partir de esperma p¨®stumo ¡°muestran una salud y unos patrones de comportamiento normales¡±.

Un "acto de compasi¨®n"

Despu¨¦s de todo ¨Cla enfermedad o el trauma que provoca la muerte de un hombre, las decisiones sobre si se debe o no extraer el esperma, los procesos y los procedimientos que implica intentarlo- lo sorprendente es que la mayor¨ªa de los familiares nunca usan el semen.

Rothman y Bastuba ven la extracci¨®n de esperma post mortem m¨¢s que nada como un acto de compasi¨®n para los que lloran una muerte. De las casi 200 intervenciones practicadas, dice Rothman, el esperma extra¨ªdo se ha utilizado ¨²nicamente en dos ocasiones. ¡°Nos encontramos con que la mayor¨ªa de las veces se realiza para aliviar el dolor que una familia padece inmediatamente despu¨¦s de una p¨¦rdida¡±.

Bastuba coincide: ¡±Como ocurre con tantas cosas en la vida, no es el hecho en s¨ª. Es la percepci¨®n. El af¨¢n por intentar mantener una parte de alguien que era tan importante. Ese es, para m¨ª, el valor aut¨¦ntico¡±. Hasta donde recuerda, el esperma de sus donantes post mortem no ha producido un solo ni?o. En Israel, probablemente uno de los pa¨ªses m¨¢s permisivos en cuanto a la reproducci¨®n p¨®stuma, un art¨ªculo aparecido en 2011 en Fertility and Sterility revelaba que ¡°ninguna de las muestras de tejido post mortem congeladas en nuestro banco nacional de semen se requirieron para su fertilizaci¨®n en los ¨²ltimos 8 a?os¡±.

Incluso aquellos empe?ados en la reproducci¨®n p¨®stuma podr¨ªan acabar por dejar el tema aparcado. Una madre tejana, Missy Evans, se hizo popular en 2009 por sus intentos de utilizar el esperma de Nikola, su hijo fallecido, para engendrar un ni?o. ¡°Me obcequ¨¦, dice Missy, ¡°para cumplir los deseos de mi hijo¡±. Obtuvo el permiso para extraer el esperma de Nikola y busc¨® y encontr¨® madres de alquiler voluntarias en diversos pa¨ªses.

Pero el proceso ha sido muy penoso. Ya se han utilizado la mitad de los viales de semen y ninguno de los embriones ha prosperado. ¡°Es tan caro y exige tanto tiempo y es tan descorazonador¡±, dice Missy. No sabe si continuar¨¢.

Mientras tanto, su otro hijo ha hecho abuela a Missy. ¡°Paso tanto tiempo volviendo loca a mi familia que estos ¨²ltimos a?os los he pasado disfrutando de la nieta que tengo¡±, dice. ¡°A mi hijo le preocupaba mucho que yo concentrara todos mis esfuerzos en tener un beb¨¦ de mi otro hijo y no fuera capaz de disfrutar de la alegr¨ªa que ten¨ªamos, as¨ª que decid¨ª escucharle¡±. Aun as¨ª no se arrepiente de su decisi¨®n.

?Qu¨¦ se puede hacer entonces para asegurarse de que lo que sucede tras tu muerte es lo que deseas? Una cosa pr¨¢ctica es incluir tus futuros deseos reproductivos en tu testamento. Especialmente en pa¨ªses como EE.UU, donde la situaci¨®n legal puede ser muy confusa, es necesario aclarar estas cosas y dejar por escrito lo que se desea.

Los adultos toman la decisi¨®n de traer un ni?o al mundo con un padre fallecido por satisfacer necesidades propias, y no se piensa demasiado en el impacto que pueda tener en el ni?o

Por desgracia, a¨²n estamos lejos de eso. Quiz¨¢ no sea raro que Israel vaya abriendo camino. Un abogado emprendedor de all¨ª anuncia un servicio especial para este tipo de necesidades denominado el testamento biol¨®gico. Seg¨²n su empresa, el testamento, que permite concebir hijos tras la muerte incluso de ambos padres, significa que ¡°el derecho a la continuidad gen¨¦tica puede ser independiente hasta de la propia vida¡±. Su fundador se muestra rotundo cuando dice: ¡°Denegar el derecho a la procreaci¨®n es una condena no muy distinta en su naturaleza a la esterilizaci¨®n involuntaria o la pena de muerte¡±.

En cuanto a Ana Clark, hace ya casi dos a?os que Bastuba extrajo esperma de su marido muerto. ?Quiere a¨²n tener un hijo de Mike? ¡°Por supuesto¡±, dice. ¡°No contemplo la posibilidad de no tenerlo¡±. Quiere esperar un par de a?os, darse tiempo para terminar su maestr¨ªa y disponer de los medios para criar a su hijo del mejor modo. ¡°Sea quien sea la persona con la que decido estar, tendr¨¢ que aceptar que esto es algo que voy a hacer, y nadie puede disuadirme¡±.

Tiene, dice, el apoyo de su familia. Se hace raro pensar que la decisi¨®n de Ana no ser¨ªa tan pol¨¦mica si comprara el esperma de un donante an¨®nimo. Pero ya encontr¨® al hombre que quiere que sea el padre de sus hijos. ¡°No quiero hijos con nadie m¨¢s¡±, dice. ¡°Los quiero s¨®lo con mi marido¡±.

Este art¨ªculo apareci¨® primero en Mosaic y se republica aqu¨ª bajo una licencia Creative Commons. Traducci¨®n: Christian Law palac¨ªn.