No hay wifi
Nos quejamos de que est¨¢n enganchados a la tableta. ?No ser¨¢ que no les damos otra cosa?
Nos quejamos de que los ni?os est¨¢n enganchados a los dispositivos electr¨®nicos. Que si ya no pueden vivir sin tableta o m¨®vil, sin ver tonter¨ªas en YouTube o chatear, que prefieren jugar con desconocidos online que bajar con los amigos del barrio... Pero claro, c¨®mo no van a salir as¨ª si los padres somos los primeros en encasquetarles, desde que son beb¨¦s incluso, el m¨®vil para que no den la murga en el restaurante. Y lo bien que nos viene dejarlos un ratito hipnotizados mientras hacemos la comida en vez de vigilarlos si bajan a jugar.
Venimos de pastar cinco d¨ªas por Asturias (con una peque?a incursi¨®n en Galicia para visitar la maravillosa playa de las Catedrales). Fuimos amablemente acogidos en la casa del pueblo de unos familiares, que, aparte de ser preciosa, contaba con un enorme prado y una carencia que, al final, result¨® ser una enorme ventaja: no ten¨ªa wifi.
As¨ª que durante cinco d¨ªas, el ¨²nico contacto con la tecnolog¨ªa que tuvieron mis peque?os urbanitas fue el de la media horita de la sobremesa -lo confieso, para hacer la digesti¨®n de los homenajes que nos dimos necesitamos un poco de paz comprada a precio de iPad-, si el restaurante de turno ten¨ªa conexi¨®n.
El resto del tiempo, pudieron ser inmensamente felices corriendo por los prados con hierba que les llegaba por encima de las rodillas, tirando piedras a r¨ªos, sorprendi¨¦ndose de ver vacas, acariciando perros y gatos y moj¨¢ndose algo m¨¢s de lo previsto en las playas. Y por la noche, en vez de tele o juegos en la tableta, echamos unos largos campeonatos de Uno que pasar¨¢n sin duda a la memoria colectiva familiar. Tal cual lo cuenta la divertida canci¨®n No hay wifi del grupo, precisamente asturiano, Petit Pop, que pod¨¦is escuchar aqu¨ª:?
Ya s¨¦ que es una visi¨®n idealizada como madre totalmente urbana, pero este viaje me ha reafirmado en que no hace falta gastarse un pastizal en parques tem¨¢ticos, en cines, en llenar cada minuto de actividades "para estimularlos". Que lo que m¨¢s les estimula es un entorno propicio para correr, para explorar, para tocar, para mancharse.
Como publicaba el neuropsic¨®logo ?lvaro Bilbao en su p¨¢gina de Facebook, "los ni?os peque?os no necesitan grandes emociones para disfrutar sus vacaciones. Su cerebro disfruta enormemente estando con otros ni?os, de juegos sencillos o de entrar en contacto con la naturaleza, como hemos hecho esta ma?ana, porque sintonizan con sus ritmos naturales y les permiten observar, experimentar y aprender".
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