Cuidado, padres sueltos

Somos un pa¨ªs de tradiciones. Procesiones, f¨²tbol, intolerancias pol¨ªticas, torrijas... Unas convencen y otras no. Afortunadamente algunas van desapareciendo, como los toros abrasados vivos, los lanceados de la Vega, cabras que ¡°volaban¡± desde campanarios, cuellos de gansos desgarrados, etc¨¦tera. Unas costumbres se van y nuevas aparecen. Las de los padres vig¨ªas-defensores a mamporro limpio de los valores gen¨¦ticos y talentosos de sus reto?os siempre est¨¢n ah¨ª como un ejemplo deplorable. Lo que para los cr¨ªos es una pura diversi¨®n deportiva, camarader¨ªa y bocadillo compartido, sus parentelas lo convierten en algo traum¨¢tico desde las gradas, con actitudes violentas, verbales y f¨ªsicas, contra los equipos arbitrales y entre ellos mismos. Los peque?os se arropan entre s¨ª y miran hacia otro lado para disimular su verg¨¹enza ajena.¡ª Alberto Fern¨¢ndez Araujo. Barakaldo (Vizcaya).