Insoportable

La luz de esta tarde que cae sobre el vidrio de la concesionaria de la esquina y ba?a los autos impecables como joyas h¨²medas en los que uno puede imaginar a padres fatigados llevando en el asiento trasero a ni?os que huelen a jab¨®n y vianda para el almuerzo a las siete de la ma?ana, es insoportable. La vidriera del bazar que muestra ollas de aluminio dispuestas con una prolijidad que rompe el coraz¨®n y carteles que dicen oferta tres vasos por cien pesos, y la se?ora que frente al mostrador saca ceremoniosamente un billete de su monedero de lona como si estuviera comprando un anillo de Tiffany y se lleva los tres vasos envueltos en papel de diario, es insoportable. El hombre que en la pescader¨ªa insiste en darme su receta de pescado relleno no es insoportable, pero la idea del departamento oscuro donde vive con su mujer y en el cual cenan esa receta burda y el di¨¢logo que tienen mientras tanto ¡ª¡°Cambi¨¢ el canal, viejo, que ya empez¨® el noticiero¡±. ¡°Bueno. Pasame la sal¡±¡ª es insoportable. La chica de la caja del Carrefour Express diciendo qui¨¦n sigue, la mujer que espera en la fila del Carrefour Express mientras mira su tel¨¦fono celular y una nena vestida con un pantal¨®n rosa y zapatillas con rueditas le tira de la manga, el quiosco donde venden pel¨ªculas con car¨¢tulas desva¨ªdas por el sol, la veterinaria donde hay bolsas de alimento para perros cubiertas de polvo, todo lo que siempre estuvo ah¨ª, aumentado por una lente demencial y transformado en una motosierra que trepana el cerebro es insoportable. En 1971, el pianista Thelonious Monk dej¨® de tocar y se recluy¨® hasta su muerte. Dicen que era depresivo, esquizofr¨¦nico. Alguien, a quien esas explicaciones no le bastaban, le hizo en aquellos d¨ªas una pregunta: ¡°?Qu¨¦ te pasa?¡±. Y Monk respondi¨®: ¡°Everything, all the time¡±. Todo, todo el tiempo.