La angustiosa soledad de los conejos holandeses
La Sociedad Protectora de Animales dice que cientos de miles est¨¢n tristes en sus jaulas
M¨¢s de un mill¨®n de conejos conviven como mascotas con sus due?os en Holanda, y dice la Sociedad Protectora de Animales que el roedor tiene el mismo problema que ¡°cientos de miles¡± de sus cong¨¦neres dom¨¦sticos: ¡°est¨¢n tristes y solos a pesar de los cuidados que reciben¡±. Muchos padres ceden a las peticiones de los peque?os de la casa y compran tambi¨¦n un erizo o una chinchilla, un rat¨®n de campo, de cola de pincel o de las pir¨¢mides, y cobayas, sin saber que son animales sociables. Que precisan de otros como ellos para estar contentos. El resultado es un bicho de aspecto adorable que lleva una existencia miserable.
Para los gazapos, la Sociedad Protectora y Dibevo, la asociaci¨®n holandesa del ramo, han puesto en marcha el proyecto Conejos felices, destinado a informar de sus necesidades. As¨ª, indican que no todas las casas son adecuadas para instalar una jaula de buen tama?o donde puedan sostenerse sobre las patas traseras. Necesitan a su vez excavar y relacionarse con otros ejemplares, como en la naturaleza. Un conejo encerrado al fondo del jard¨ªn puede ser visitado y admirado por los ni?os, pero eso no basta. De tanta soledad corre el peligro de volverse agresivo y acabar abandonado en el bosque, o en un parque. Esa es la suerte corrida por unos 6.000 al a?o, seg¨²n el servicio de la Ambulancia de los Animales.
Los h¨¢msteres son la excepci¨®n en el mundo roedor. No solo compiten con los gatitos en las redes sociales a ver cu¨¢l es el m¨¢s encantador. Son territoriales y prefieren estar solos con su rueda y sus virutas de madera. Sin embargo, por muy acariciables que sean, suelen dormir durante el d¨ªa y detestan ser molestados. Una desilusi¨®n a veces para sus entusiastas propietarios. Los expertos en protecci¨®n animal recuerdan que tambi¨¦n los caballos, cabras, corderos o cerdos son sociables. Como mucha menos gente los tiene de mascota, calculan que educar a padres e hijos en el bienestar de los populares roedores evitar¨¢ desenga?os. Porque la compra de un animal de compa?¨ªa es un acontecimiento inolvidable en el hogar, que puede acabar mal.
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