El ¡®proc¨¦s¡¯ amenaza
El diputado Llu¨ªs Llach pide sanciones a quienes no secunden la ¡°desconexi¨®n¡±
Editoriales anteriores
A medida que se acerca la fecha de la autoconvocatoria de un refer¨¦ndum ilegal, el proc¨¦s soberanista catal¨¢n extrema sus aristas m¨¢s autoritarias. Y se olvida de la prometida ¡°revoluci¨®n de las sonrisas¡± emprendida ¡°con ilusi¨®n¡± por tantos ciudadanos de buena fe.
Hace tres meses estall¨® el caso del (ya ex) senador de Esquerra y exjuez Santiago Vidal. En distintas conferencias Vidal asegur¨® que el Gobierno catal¨¢n estaba desarrollando preparativos ilegales y delictivos para la consulta. Como la fabricaci¨®n de una base de datos fiscales: sin tener competencia para ello y atentando contra la legislaci¨®n de protecci¨®n de datos.
Al coincidir sus ideas con las llamadas oficiales a desobedecer las leyes y los gui?os de presunta ¡°astucia¡± de Artur Mas y sus herederos, el esc¨¢ndalo fue may¨²sculo, pues hizo veros¨ªmil un masivo atentado a la intimidad de los catalanes. Y en consecuencia, el senador fue obligado a dimitir y se abri¨® una investigaci¨®n que est¨¢ inconclusa aunque provisionalmente es favorable a la Administraci¨®n examinada: algo rid¨ªculamente obvio dado que la Generalitat era investigadora e investigada al tiempo.
Llega ahora el caso Llach. En distintas conferencias el conocido cantautor y diputado auton¨®mico aumenta la apuesta y vierte amenazas contra sus conciudadanos. Contra todos aquellos que se nieguen a arrodillarse ante la ley de desconexi¨®n ¡ªpieza clave de la separaci¨®n expr¨¦s que ultima el Ejecutivo de Carles Puigdemont¡ª y contin¨²en cumpliendo sus obligaciones fiscales de forma legal, ante la Agencia Tributaria com¨²n. Y con una amenaza espec¨ªfica de sanciones a los funcionarios, figurando en lugar destacado los Mossos d¡¯Esquadra que osaran seguir mostrando su lealtad a la democracia y el Estado de derecho.
El diputado califica el efecto de ese texto de ¡°sacudida¡±, algo propio de golpes parlamentarios como este: porque lo ser¨ªa, al violar la mayor¨ªa de dos tercios de esca?os exigida para reformar el Estatut. Am¨¦n de ser clandestina (Junts pel S¨ª contin¨²a ocultando un texto tan importante), la ley de desconexi¨®n se aprobar¨ªa s¨²bitamente tras un cambio alevoso del reglamento parlamentario para dar lugar a una ruptura de facto sin pasar por ninguna urna. Y encima, aventando la amenaza de sanciones a quienes cumplan con la legalidad vigente.
Cuando el capricho propio, la apetencia individual del legislador o la enso?aci¨®n de profetas de ?tacas imposibles se convierten en fuente de presunta legitimidad, en vez de la voluntad ciudadana expresada en las urnas a trav¨¦s de los procedimientos legales vigentes, se llega al dintel del dislate y de la sustituci¨®n del Estado de derecho por una autocracia, como aquella que Espa?a logr¨® finiquitar al vibrante son, entre otros, de canciones como L¡¯estaca.
Huelgan las amenazas del diputado Llach. Quiz¨¢ el secesionismo alegue ahora que se trata solo de argumentos inventados para levantar el ¨¢nimo de sus huestes. En ese caso, podr¨ªa hacerlo con otra m¨²sica, en vez de con estas llamadas de venganza contra conciudadanos inocentes, que colocan en la b¨®veda del discurso independentista la apelaci¨®n al odio y a la divisi¨®n de los catalanes.
Cuando el proc¨¦s fermenta amenazas as¨ª, empieza a provocar no solo la fatiga de los ciudadanos. Tambi¨¦n su asco.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.