Europeos bajo palabra
Se cumplen 40 a?os del primer espaldarazo internacional a la democracia espa?ola
El d¨ªa en que los partidos pol¨ªticos espa?oles decidieron respaldar el documento de compromiso de Espa?a con los derechos humanos como garant¨ªa para acceder al Consejo de Europa, Santiago Carrillo pidi¨® a uno de los arquitectos de nuestra entrada en la organizaci¨®n: ¡°Quiero que me haga un favor. A ver si podemos vernos durante una hora para que me explique lo que es el Consejo de Europa, a qu¨¦ hemos venido y lo que tengo que decir¡±. La an¨¦cdota muestra c¨®mo por aquel entonces Espa?a ya ten¨ªa claras dos ideas sobre su futuro: que pasaba por Europa, aun sin que todos conociesen exactamente qu¨¦ significaban algunas de sus instituciones; y que deb¨ªa basarse en la unidad, la mostrada por todos los partidos respaldando aquel documento ante la comunidad internacional.
Europa tambi¨¦n era consciente de que su futuro pasaba por Espa?a, por acoger a una joven democracia que empezaba a colocar los pilares que hoy sustentan a nuestro pa¨ªs. Con esa idea el Consejo de Europa decidi¨® aprobar nuestro ingreso, pese a la ausencia de una Constituci¨®n en vigor. ¡°Por palabra de honor¡±, lo defini¨® el primer embajador representante permanente de Espa?a ante la instituci¨®n, Jos¨¦ Luis Mess¨ªa.
Aquel ingreso puso de manifiesto el compromiso de Espa?a con los valores que defiende el Consejo de Europa: la defensa de la democracia, el Estado de derecho y los derechos humanos.
Este a?o conmemoramos el 40? aniversario del primer espaldarazo internacional a la democracia espa?ola. Por aquel entonces, las Comunidades Europeas eran conocidas como Mercado Com¨²n. El Mercado Com¨²n se convirti¨® en un gran ¨¦xito pol¨ªtico en su doble vertiente de profundizaci¨®n y ampliaci¨®n. El Consejo de Europa desarroll¨® a su vez la defensa y promoci¨®n del Estado de derecho y la democracia hasta convertirse en lo que los anglosajones llaman perro guardi¨¢n de los derechos humanos, una organizaci¨®n paneuropea que tras la feliz desaparici¨®n del Tel¨®n de Acero ha unido en su seno a 47 Estados miembros que deben comulgar con los valores que defiende.
La democracia parlamentaria y el Estado de derecho sufren los embates de los populistas y los nuevos autoritarismos
Si algo hemos aprendido en este tiempo de incertidumbre en que vivimos es que no se puede dar ning¨²n logro pol¨ªtico por adquirido definitivamente. Asistimos al cuestionamiento de valores e ideas hasta hace poco incontrovertibles. Entre ellos, los que vertebran la labor del Consejo de Europa y dan sentido a su existencia. La democracia parlamentaria y el Estado de derecho sufren los embates de los populistas y los nuevos autoritarismos. La crisis migratoria y de los refugiados, as¨ª como el terrorismo, ponen a prueba el respeto de los derechos humanos. En todos esos ¨¢mbitos, Espa?a tiene la firme convicci¨®n de que es necesario garantizar los derechos y las libertades de todos los ciudadanos, respetando el orden jur¨ªdico constitucional sobre el que se asienta nuestro Estado, que no puede verse en ning¨²n caso conculcado para invocar la democracia.
El Consejo de Europa es una organizaci¨®n singular dentro del sistema contempor¨¢neo de cooperaci¨®n internacional. Su labor primordial consiste en denunciar las violaciones de los derechos humanos cometidas por los Estados miembros y los fallos y defectos de sus sistemas democr¨¢ticos, con el fin de subsanarlos. En su entramado institucional destaca el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, cuyas sentencias son de obligado cumplimiento para los Estados parte del Convenio Europeo de Derechos Humanos. Los jueces del tribunal cuentan con una autoridad moral y jur¨ªdica que les atribuye una responsabilidad especial de obrar con ecuanimidad y justicia.
Este jueves su majestad el rey Felipe?VI visitar¨¢ la instituci¨®n ante la que su padre, el rey don Juan Carlos, tom¨® la palabra en 1979, ensalzando la vocaci¨®n europe¨ªsta de nuestro pa¨ªs. Hoy, casi 40 a?os despu¨¦s, esa vocaci¨®n sigue estando m¨¢s presente que nunca. Espa?a se mantiene fiel al compromiso europeo, como firme defensora de la democracia, el Estado de derecho y los derechos humanos. Son los valores del Consejo de Europa, que contribuyeron de forma determinante a la construcci¨®n del Estado social y democr¨¢tico de derecho, unido y plural, que hoy es Espa?a. Este camino de cuatro d¨¦cadas recorrido de la mano del Consejo de Europa nos permite confiar en un futuro m¨¢s libre, m¨¢s pr¨®spero y m¨¢s justo para todos los ciudadanos europeos, en el que el Consejo de Europa puede contar, como siempre, con el apoyo decidido de Espa?a en el desempe?o de su misi¨®n.
Alfonso Dastis es ministro de Asuntos Exteriores de Espa?a.
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