El clan Pujol

El auto del juez de la Audiencia Nacional Jos¨¦ de la Mata en el que impone la prisi¨®n sin fianza a Jordi Pujol Ferrusola, primog¨¦nito del que fuera presidente de la Generalitat durante dos largas d¨¦cadas, es m¨¢s significativo por lo que denota que por lo que anota.

El juez impone prisi¨®n no directamente por los presuntos delitos cometidos (fiscales y de blanqueo), sino para asegurar que el inculpado no repite la conducta tramposa que ha mantenido durante dos a?os, aprovech¨¢ndose de su libertad provisional.

Pujol J¨²nior ¡ªque as¨ª se le conoce en Catalu?a¡ª utiliz¨® torticeramente las cautelas garantistas del sistema penal espa?ol para mover fuera de Espa?a unos 30 millones de euros, relacionarse con sospechosos testaferros y ocultar pruebas. La indignaci¨®n del magistrado instructor por este abuso de las ventajas de la legislaci¨®n no se traduce en el texto de su auto, sino en el hecho previo de que se aviniera a retirar al imputado el tel¨¦fono m¨®vil y la tableta, como solicitaban los fiscales.

Adicionalmente, el uso de las relaciones familiares directas para encubrir sus fines presuntamente delictivos contribuye indiciariamente a dar p¨¢bulo a la presunci¨®n de que la familia Pujol i Ferrusola habr¨ªa actuado al modo y formato de una ¡±organizaci¨®n criminal¡±, como han sostenido algunas acusaciones.

Costumbres de ese jaez, si se confirman judicialmente, completar¨¢n el mapa de una conducta cada vez menos ins¨®lita (se repite en el caso G¨¹rtel o en el de Ignacio Gonz¨¢lez), pero no por ello menos inquietante: la de quienes, entrenados en el enga?o a la ciudadan¨ªa, tratan de replicarlo y aumentarlo ante la justicia.

Ciertos miembros del clan Pujol act¨²an con el automatismo de quien se cree inatacable, incluso inmune. Esa t¨®nica colore¨® el estilo del padre de J¨²nior. Y este episodio certifica su desplome, sin remedio. El pretendido oasis pujolista cada d¨ªa se asemeja m¨¢s a una cloaca.