Cine de esp¨ªas
La actriz Julia Roberts consigui¨® revelarnos que el f¨²tbol es su pasi¨®n secreta
Julia Roberts ha marcado un golazo visitando el vestuario del estadio Santiago Bernab¨¦u despu¨¦s del pasado Cl¨¢sico Bar?a-Real Madrid. Con su presencia, la actriz ayud¨® a superar el mal trago a los jugadores madridistas, que se fotografiaron con ella muy sonrientes. Julia acudi¨® vestida con un jersey marinero que parec¨ªa un homenaje a Picasso y tambi¨¦n a California. Entre otras cosas, las grandes estrellas de Hollywood tienen una formaci¨®n m¨¢s o menos secreta como embajadoras. Roberts es nuestra eterna novia, cada vez que TVE emite Pretty Woman, futbolistas y familias enteras se re¨²nen delante del televisor. Pero las fotos que agigantaron el Instagram de la actriz fueron con Cristiano y Messi. Aunque los astros se fotografiaron con ella por separado, Roberts consigui¨® revelarnos que el f¨²tbol es su pasi¨®n secreta.
Estamos marcados por pasiones ocultas. Una de las m¨ªas es el cine de esp¨ªas. Considero Encadenados de Hitchcock, con Ingrid Bergman, como un cl¨¢sico del g¨¦nero. Aunque en realidad es una gran historia de amor, el espionaje se vuelve rom¨¢ntico con ese largo beso encadenado de Cary Granty y la int¨¦rprete. ?Esperanza e Ignacio no tienen ese allure, pero en nivel de espionaje s¨ª que los superan! Aguirre demostr¨® tener dotes de actriz f¨ªsica, m¨¢s en la l¨ªnea de una popular Lina Morgan que de Bergman, cuando el pasado martes se despidi¨® de su ¨²ltimo cargo pol¨ªtico reconociendo que la hab¨ªan enga?ado y traicionado. Y aunque recurri¨® a un sollozo seco, muy de premios Goya, me produjo cierto pudor ver a Esperanza en el mismo saco de mujeres v¨ªctimas del enga?o de sus hombres, como la exduquesa de Palma o la exministra Ana Mato, que no percib¨ªan la burla de los hombres en los que m¨¢s confiaban. Como unas v¨ªctimas de Don Juan Tenorio obligadas a volverse caricaturas de s¨ª mismas pero un poquito responsables a t¨ªtulo lucrativo. No podr¨ªa ser por mala educaci¨®n pero s¨ª por una educaci¨®n mala.
Con todo el respeto a Don Jos¨¦ Zorrilla, preferimos a do?a Pretty Woman, que pese a ser una prostituta se aferra al amor antes que a la cartera. Julia Roberts, igual que hizo y deshizo en el vestuario del Real Madrid, ha hecho de todo en la pantalla. Abogada, yogui, cocinera de pizzas y tambi¨¦n de esp¨ªa en Duplicidad, una mezcla de comedia e intriga junto a Clive Owen, donde ambos investigan a una multinacional que persigue ser la ¨²nica fabricante del remedio definitivo contra la calvicie. En el Partido Popular no necesitan de ese remedio porque abundan m¨¢s las melenas que las calvas, eso siempre lo hemos subrayado, como si la ideolog¨ªa del liberal de pandereta aborreciese de la ca¨ªda del cabello m¨¢s que de cualquier l¨ªo de micr¨®fonos ocultos y cinismo visible. B¨¢rcenas tiene un cabello envidiable que ni los nervios ni la paciencia que le recomend¨® Rajoy han echado a perder. Francisco Correa podr¨ªa estar haciendo propagandas de champ¨² junto a Paula Echevarr¨ªa. Y los nuevos ingresos en prisi¨®n, como Ignacio Gonz¨¢lez, llegan con el pelo lustroso, casi libre de canas, como los rizos de Francisco Granados que podr¨ªan pasar por los de un cantante de la Nueva Trova cubana. ?Sera por algo disuelto en las aguas medicinales del Canal Isabel II?
Otra cosa es reconocer que Madrid ha sido una ciudad favorita para el espionaje, y no solo el de las porteras. Todas esas se?oras medio inglesas, desde Rosalind Fox a la fundadora del caf¨¦ Embassy, ten¨ªan fama y formas de esp¨ªas. En mi infancia uno de mis juegos favoritos era el kit de esp¨ªa. A mis amigos del colegio lo que m¨¢s les gustaba del kit eran la pistola y las esposas. Yo me fijaba en el impermeable. Seguramente porque ya sab¨ªa que un trench queda bien casi todo el a?o y, adem¨¢s, lo pueden vestir desde Pretty Woman a un agente especial. Desde la presidenta de la comunidad de vecinos a una infanta. Siempre am¨¦ esa coherencia democr¨¢tica del trench. M¨¢s que una prenda de vestir, es un escudo con bolsillos, solapa. Y cuello levantado. S¨¦ que no puedo evitar volver a recordar a Esperanza Aguirre en el hotel de Bombay tras el atentado. Adem¨¢s de los c¨¦lebres calcetines con sandalias, llevaba un trench. No supimos ver que esa era su pasi¨®n oculta, sentirse un poquito esp¨ªa aun viviendo en la inopia, y quiz¨¢s por eso tard¨® tantos a?os en descubrir que sus hombres la enga?aban, justo como hacen los buenos esp¨ªas entre ellos.
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