¡°Nadie est¨¢ a salvo hoy de vivir un conflicto¡±
El director de cine Zaradasht Ahmed le dio una c¨¢mara al enfermero irak¨ª Nori Sharif para que grabara su d¨ªa a d¨ªa durante la guerra. ?El resultado? El documental 'Nowhere To Hide'
¡°Si te doy una peque?a c¨¢mara, ?estar¨ªas dispuesto a grabar tu d¨ªa a d¨ªa y el de tus pacientes?¡±. Esta fue la propuesta que el director de cine Zaradasht Ahmed (Irak, 1968) le hizo a Nori Sharif, enfermero iraqu¨ª, a finales de 2011. ¡°Te ense?ar¨ªa, por supuesto¡±. Ambos se encontraban en la localidad de Jawlala, en el centro de Irak, uno de los lugares m¨¢s inaccesibles del mundo. Las tropas americanas estaban a punto de marcharse. Nori decidi¨® quedarse junto a su mujer y sus cuatro hijos y seguir trabajando en el hospital. Permaneci¨® incluso cuando ya apenas quedaba nadie. Y accedi¨® a grabar de manera incansable, cada d¨ªa, hasta que el autodenominado Estado Isl¨¢mico irrumpi¨® en la ciudad izando banderas negras. Su c¨¢mara, testigo del horror, document¨® entonces una huida a marchas forzadas, mostrando por el camino una a una las vidas quebradas por la violencia. Y no menos importante, narrando la confusi¨®n de civiles atrapados en una guerra sin frentes, en la que, en ocasiones, no les queda claro ni qui¨¦nes son sus adversarios ni en qu¨¦ momento ellos mismos pasaron a ser v¨ªctimas.
Cinco a?os despu¨¦s y con m¨¢s de 500 horas de material condensado en 87 minutos gracias a un prodigioso trabajo de edici¨®n, vio la luz Nowhere To Hide, documental que clausur¨® el reciente festival de cine de Human Rights Watch en Londres.
Es importante conocer la realidad del conflicto desde los ojos de sus v¨ªctimas; si dejas a los implicados fuera de la historia est¨¢s borrando parte de la misma Zaradasht Ahmed, director de 'Nowhere To Hide'
Su director, Ahmed, que lleg¨® a Noruega como refugiado poco despu¨¦s de que estallara la primera guerra del Golfo, quiso llevar la historia hasta el final. ¡°La idea era exponer las consecuencias de la invasi¨®n estadounidense, es cierto que esperaba encontrar violencia sectaria, principalmente entre kurdos y el Estado. Los acontecimientos escalaron y decidimos seguir con la historia de Nori durante a?os", se?ala. Aunque reconoce que a¨²n no ha terminado, ya que sus protagonistas siguen en un campamento de desplazados.
¡°Quer¨ªa que entender¨ªamos como convive la gente con este tipo de violencia, es importante conocer la realidad del conflicto desde los ojos de sus v¨ªctimas; si dejas a los implicados fuera de la historia est¨¢s borrando parte de la misma¡±. Para ¨¦l, lo que refleja su documental "no es m¨¢s que la historia de miles de familias olvidadas, no solo en Irak, tambi¨¦n en Siria, en Afganist¨¢n, en Yemen y as¨ª una larga lista".
El reto, reconoce, era "lograr crear un impacto en un p¨²blico al que ha dejado de interesarle este conflicto". Para ello, apela al plano emocional. Algo que ya ha puesto en pr¨¢ctica en sus anteriores largometrajes como Fata Morgana, relato sobre inmigraci¨®n ilegal que cuenta la traves¨ªa de un poliz¨®n desde Marruecos para cumplir su sue?o de llegar a Espa?a o Road to DiyarBakir, la historia de una leyenda de la m¨²sica kurda y su dif¨ªcil proceso de adaptaci¨®n tras recibir asilo en Suecia.
¡°Como documentalista tengo que involucrar emocionalmente a la audiencia¡±, cuenta. En la era de la inmediatez, cree que parece la ¨²nica forma de hacernos parar y reflexionar. ¡°Gracias a la redes sociales tienes acceso a todo tipo de material de zonas en conflicto, im¨¢genes de violencia, de atentados... todo est¨¢ disponible en tiempo real¡±. Un arma de doble filo, ya que ¡°el problema es que filtramos esta informaci¨®n, nos evadimos; y lo vemos como algo normal que ha dejado de afectarnos¡±, apunta.
Sin embargo, cree que hay algo que no podemos filtrar. ¡°Seguimos teniendo empat¨ªa, es un rasgo que nos caracteriza como seres humanos¡±. Por eso, el documental evita mostrar exclusivamente violencia gratuita, para poner el foco en la vida cotidiana de aquellos que define como ¡°supervivientes¡±. En Nowhere To Hide se intercala el dolor de un padre identificado el cad¨¢ver de su hijo en una morgue, con destellos de vida, como ni?os bailando al son de su canci¨®n favorita, esa que les acaban pasar por bluetooth.
¡°En Irak la gente se ha acostumbrado a vivir con la guerra, la capacidad de adaptaci¨®n de las personas a situaciones adversas es inmensa", se?ala, no sin antes recordar que nadie escoge esa vida: ¡°el 99% de personas no eligen formar parte de un conflicto, es algo de lo que nadie est¨¢ a salvo¡±. Habla con conocimiento de causa, ¡°yo mismo he crecido con la guerra entre Irak e Ir¨¢n como tel¨®n de fondo, tambi¨¦n tengo problemas de identidad, soy parte de todo esto¡±.
El director est¨¢ convencido de que el medio audiovisual ¡°es una herramienta muy poderosa para cambiar percepciones, para cambiar nuestra forma de pensar¡±
Aunque se muestra esquivo a hablar de s¨ª mismo ¡ª"no creo que mi figura sea importante"¡ª, es consciente de que sus conocimientos cinematogr¨¢ficos s¨ª lo son. Por eso, los comparte. Una de las se?as de identidad de su cine es la de involucrar a la poblaci¨®n local en todo el proceso de producci¨®n. ¡°He dado cursos y seminarios en Afganist¨¢n, en L¨ªbano... en definitiva, all¨¢ donde filmo creo un nuevo equipo", reconoce. Ahmed est¨¢ convencido de que el medio audiovisual ¡°es una herramienta muy poderosa para cambiar percepciones, para cambiar nuestra forma de pensar¡±. Y tambi¨¦n para empoderar a la poblaci¨®n.
El denominador com¨²n de sus equipos es que los forman personas que s¨®lo quieren reconstruir sus vidas. As¨ª de sencillo, as¨ª de dif¨ªcil. ¡°En el fondo, como seres humanos lo ¨²nico que nos ayuda a seguir adelante es pensar que nuestro deseo de crear va m¨¢s mucho m¨¢s all¨¢ de nuestro deseo de destruir¡±.
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