Cass Sunstein, el arquitecto de las decisiones
SALUD DINERO y amor. ?Se imaginan un experto que dise?e los caminos para acercarnos a esas metas? Pues esa persona tiene un p¨®ster de Star Wars en su despacho de Harvard (Boston) y es un experto en regulaci¨®n (y en la saga gal¨¢ctica). Cass R. Sunstein es un arquitecto del entorno en el que tomamos las decisiones: desde qu¨¦ comer hoy hasta cu¨¢nto ahorramos para la jubilaci¨®n. Profesor de Derecho, casado con la exembajadora de Estados Unidos en la ONU Samantha Power, es un reconocido abogado que milita en el bando de los economistas que defienden que las personas cometemos errores; nos dejamos llevar por la tentaci¨®n, el exceso de optimismo, la pereza, el desconocimiento¡ Nadie es perfecto, as¨ª que ?no ser¨ªa nuestra vida un poco mejor si un peque?o empuj¨®n nos facilitara tomar mejores decisiones?
Empujoncito en ingl¨¦s se traduce como nudge?y es el t¨ªtulo del best seller que Sunstein escribi¨® con el economista Richard H. Thaler. Una alianza de rebeldes (¡°yo me pido ser Han Solo¡±, insiste) contra el imperio ideol¨®gico que sostiene que las personas son racionales y que lo ¨²nico que hay que hacer es darles libertad y gran variedad para escoger.
¡°Tener mucho donde elegir no te da exactamente libertad. Imagine que va a un restaurante y el camarero le dice: ¡®Tenemos mil platos, ?cu¨¢l quieres?¡¯, probablemente no te alegrar¨¢s de haber ido a ese lugar. Preferir¨ªas que te recomendaran algo. En muchas ocasiones lo mejor, tanto para el sector privado como el p¨²blico, es simplificar las opciones. Y dejar leer la carta con mil platos a los que quieran hacerlo¡±.
Esa selecci¨®n ser¨ªa un nudge. ¡°Son intervenciones que preservan la libertad de los individuos, pero que pueden afectar a su comportamiento. Si quieres que los ni?os coman m¨¢s verdura, prueba a organizar el comedor de manera que las zanahorias est¨¦n m¨¢s a la vista que las patatas fritas¡±. Esta medida es sencilla, barata y no obliga ni proh¨ªbe nada: el lobby de las patatas fritas puede estar tranquilo.
Muchas de las decisiones que tomamos en nuestras vidas son sencillas (elegir una pel¨ªcula), otras no lo son tanto (contratar una hipoteca). Algunos errores salen m¨¢s caros que otros. ¡°Si quieres proteger a las personas de las dificultades individuales a las que se enfrentan en sus vidas y generar adem¨¢s un efecto cascada en la econom¨ªa, los nudges pueden ser realmente ¨²tiles¡±, asegura Sunstein.
El profesor pas¨® de la teor¨ªa a la acci¨®n cuando su amigo Barack Obama lo nombr¨® su zar regulatorio. En su ca¨®tico despacho cuelga una foto suya con el expresidente de espaldas en el ala oeste de la Casa Blanca. ¡°Obama sabe lo que es un nudge, aunque el t¨¦rmino no es que saliera muchas veces en la conversaci¨®n. No resulta muy humilde por mi parte, pero algunas de las ideas del libro s¨ª estuvieron en l¨ªnea con las pol¨ªticas de su Administraci¨®n¡±.
Sunstein, que a sus 62 a?os sigue jugando al squash (es el n¨²mero 449? en el ranking mundial), recuerda con orgullo sus casi tres a?os en el Gobierno. ¡°Hubo un caso que me interes¨® mucho: el de los ni?os de familias de bajos ingresos que no se beneficiaban del programa de comidas gratis de sus colegios porque sus padres no los hab¨ªan apuntado. Lo que se hizo fue cambiar el sistema e inscribir autom¨¢ticamente a esos ni?os. Hoy d¨ªa hay 12 millones de chavales que tienen comida gratis gracias a esa modificaci¨®n¡±.
En Espa?a tenemos un nudge muy potente que salva vidas: la ley establece que todos somos donantes de ¨®rganos a no ser que digamos lo contrario expl¨ªcitamente, o que los familiares m¨¢s cercanos se opongan. Este dise?o por defecto es parte de la raz¨®n por la que nuestro pa¨ªs es l¨ªder mundial en donaciones y trasplantes. Si tuvi¨¦ramos que decidir qu¨¦ queremos que se haga cuando fallezcamos, ?a cu¨¢ntos se nos olvidar¨ªa dejar por escrito nuestro deseo? Aunque Sunstein prefiere el sistema que hay en otros pa¨ªses: te preguntan qu¨¦ quieres hacer cuando renuevas el carnet de conducir.
El campo de la salud y la alimentaci¨®n son un terreno f¨¦rtil en estos peque?os empujones. ¡°Funcionan muy bien y son efectivos¡±, argumenta el profesor. ¡°Supongamos que tienes un problema de obesidad. La pregunta es: ¡®?Qu¨¦ se puede hacer?¡¯. Una idea muy sencilla es poner etiquetas cal¨®ricas en alimentos y men¨²s¡±.
La investigaci¨®n de Sunstein indica que los nudges gozan de bastante apoyo en Europa, independientemente de la ideolog¨ªa del encuestado. ¡°Aunque las personas tengan desconfianza en el Gobierno, hay una mayor¨ªa que apoya que el Ejecutivo promueva campa?as para reducir el n¨²mero de personas que mueren en las carreteras por usar el m¨®vil mientras conducen¡±.
El punto d¨¦bil de los nudges es la sospecha de manipulaci¨®n. ?No deber¨ªa saber la ciudadan¨ªa que se le est¨¢ tratando de influir? ?No ser¨ªa aconsejable notificar las alteraciones que se introduzcan en la arquitectura de las decisiones? ?Y si el Gobierno y las empresas se extralimitan para favorecer sus propios intereses?
¡°Por supuesto que hay nudges malos y las compa?¨ªas los usan. Por ejemplo, la extensi¨®n de garant¨ªa que te insisten en contratar cuando compras algo barato como un microondas. Para la mayor¨ªa de las personas es una p¨¦rdida de dinero, igual que contratar un seguro para el m¨®vil, a no ser que lo pierdas constantemente¡±.
Si el mundo real se parece bastante a Star Wars, tal y como sostiene en su pen¨²ltimo libro (The World According to Star Wars), entonces el nudge podr¨ªa ser como la fuerza que nos rodea, pero que tambi¨¦n puede utilizarse con fines perversos. Y hablando de la saga, ?a qui¨¦n se parece Donald Trump? ¡°No est¨¢ utilizando el lado oscuro de la fuerza, as¨ª que no es un Lord Sith. Pero tampoco es un Jedi¡±.
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