¡°En mi empresa no sabemos qui¨¦n manda ni a qu¨¦ se dedica¡±
Marilia entr¨® a trabajar hace seis a?os como asesora en la empresa Jenkins & Co. Su inmediato superior tambi¨¦n es asesor, igual que su vecina de cub¨ªculo y que el resto de la plantilla. No saben a qui¨¦n se supone que deben asesorar. Est¨¢n perdidos.
?Cu¨¢ndo descubri¨® que en su empresa no hay direcci¨®n y que son todos asesores? Hace una semana, habl¨¢ndolo con los compa?eros. Todos ten¨ªamos la misma sensaci¨®n de que no hab¨ªa nadie que no hubiera entrado como asesor. Las historias eran parecidas: a m¨ª me llam¨® un asesor para ficharme porque se lo hab¨ªan asesorado, y a este le hab¨ªa llamado otro asesor. No sabemos qui¨¦n fue el asesor original, el que se supone que fue contratado para asesorar a alguien que no era asesor sino asesorado. Ayer convocamos una reuni¨®n, juntamos a toda la plantilla y concluimos que est¨¢bamos solos.
Ni siquiera saben qu¨¦ servicios ofrece la compa?¨ªa ni cu¨¢les son sus clientes. Y as¨ª es dif¨ªcil trabajar. ?C¨®mo vas a asesorar a una empresa si no sabes cu¨¢l es su cometido y desconoces el estado de sus cuentas? Intentamos asesorarnos unos a otros, pero la pregunta sin respuesta es siempre la misma: ?qui¨¦n llam¨® al primer asesor y por qu¨¦?
¡°No conozco a nadie que haya subido a la planta noble, pero dicen que en la puerta de ese despacho hay un cartel de ¡°No molestar¡±. .
Cuando la contrataron, ?no pregunt¨® qu¨¦ se esperaba de usted? Claro. Como le digo, a m¨ª me contact¨® un asesor porque necesitaba asesoramiento. Y lo entiendo, porque yo tambi¨¦n necesito que me asesoren y me digan qu¨¦ es lo que tengo que hacer. Despu¨¦s de tantos a?os, sospecho que la soluci¨®n no pasa por aumentar el n¨²mero de asesores.
La clave est¨¢ en buscar a los propietarios de la empresa. La persona que quer¨ªa ser asesorada no sabemos qui¨¦n es ni d¨®nde est¨¢; igual se fue porque se lo asesor¨® alguien, es un misterio. Hay quien dice que esa persona nunca ha existido, que es un mito. La empresa se llama Jenkins, pero podr¨ªa ser un nombre ficticio, una leyenda.
?Qui¨¦n paga sus sueldos? Nadie lo sabe. Corre el rumor de que en la planta noble, dentro de un despacho, hay un ordenador que tiene programadas las transferencias mensuales. Nadie se atreve a acercarse para no cambiar nada. Algunos dicen que ese ordenador es el propio Jenkins. No conozco a nadie que haya subido a la planta noble, pero dicen que en la puerta de ese despacho hay un cartel de ¡°No molestar¡±.
¡°Muchos de nosotros flirteamos con la idea de montar una consultora externa. Pero alguien tendr¨ªa que dirigirla¡±. .
?Son todo especulaciones? ?Nadie ha llamado a ese despacho para ver si hay alguien? Nadie se atreve a llamar a esa puerta. Pone: ¡°No molestar¡±. No queremos entrar y que ocurra algo inesperado. Que de repente nos despidan o algo.
Hablar con el jefe de la empresa es un trago para cualquier empleado, pero lo suyo es muy extremo. Igual el se?or Jenkins existe y es una persona afable y dispuesta a aclarar todas sus dudas. O igual es un viejo irritable que desconoce que en su empresa se han ido contratando asesores porque nadie sab¨ªa nada y descubre el pastel y nos echa a todos.
?Ha pensado en buscar otro trabajo? Muchos de nosotros flirteamos con la idea de montar una consultora externa. Pero alguien tendr¨ªa que dirigirla y ninguno de nosotros se ve capaz de asumir esta responsabilidad. Nuestro trabajo es asesorar a los jefes, no ser uno de ellos.
Definitivamente, necesitan a alguien que les oriente. Un buen asesor, esto es lo que nos hace falta.
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