Salto al vac¨ªo
La crisis de Siria no es tan diferente a la de Venezuela: no hay capacidad de di¨¢logo

Venezuela es un pa¨ªs rico, tiene pocos habitantes y las primeras reservas de petr¨®leo del mundo. Sin embargo, su pueblo muere de violencia en las calles, de hambre, de falta de medicinas y de caos institucional. Su crisis, en este mundo de paradojas, en el que todo est¨¢ cambiando y que parece alumbrar un nuevo paradigma geoestrat¨¦gico, pone de manifiesto la confluencia de varias carencias.
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Los organismos internacionales que nacieron despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial est¨¢n sometidos a una batalla de desgaste que terminar¨¢ por convertirlos en instancias in¨²tiles. Frente a la crisis venezolana ni la ONU ni la OEA han servido ni servir¨¢n para nada. Primero, porque el sufrimiento del pueblo venezolano, despu¨¦s del ¨¦xito hist¨®rico de Ch¨¢vez de mantenerse en el poder durante 14 a?os con elecciones democr¨¢ticas, ha dejado sin norte a Gobierno y oposici¨®n y por tanto seguir¨¢. Y segundo, porque no se ha podido acordar una hoja de ruta que permita una salida que evite un ba?o de sangre y garantice la impunidad de los gobernantes a fin de que no ser llamados a una especie de N¨²remberg por los cr¨ªmenes cometidos.
Estados Unidos se olvid¨® de Am¨¦rica Latina desde el 11-S. No es que sus intereses desaparecieran en la regi¨®n, sino que toda la capacidad econ¨®mica y de guerra del imperio del Norte se concentr¨® en la operaci¨®n contra quienes los humillaron derrumbando las Torres Gemelas y en conflictos imposibles de ganar como Irak y Afganist¨¢n. Por eso, solo con Obama empezaron los primeros signos de recuperaci¨®n de una pol¨ªtica para la Am¨¦rica que habla espa?ol y portugu¨¦s. Aunque ya era tarde porque para entonces la regi¨®n hab¨ªa generado una legi¨®n de populistas que le daban a sus pueblos petr¨®leo barato, subvenciones y sue?os imposibles en nombre de la dignidad nacional.
En sus dos ¨²ltimos a?os del mandato, Obama comenz¨® a recomponer su presencia en la regi¨®n con el restablecimiento de relaciones diplom¨¢ticas con Cuba, factor pol¨ªtico de primer orden que tarde o temprano terminar¨ªa trayendo consigo la paz sobre el caso venezolano. Sin embargo, no ser¨¢ as¨ª porque nadie calcul¨® que llegar¨ªa a la Casa Blanca alguien como Donald Trump, que necesita clases no solo sobre qu¨¦ significa ser un imperio, sino conocer las obligaciones que implica tener una pol¨ªtica para cada una de sus ¨¢reas de influencia y d¨®nde se funden los intereses pol¨ªticos, econ¨®micos y militares de un pa¨ªs como Estados Unidos sobre el resto del mundo.
Si a eso aunamos que el problema se ubica en su patio trasero y, adem¨¢s, est¨¢ relacionado con las reservas mundiales de petr¨®leo, no hace falta ser un genio para descubrir que la situaci¨®n es tan complicada que ni los intereses econ¨®micos chinos de los ¨²ltimos a?os en la Venezuela de Maduro ni las maniobras orquestadas por Putin en La Habana ser¨¢n capaces de sustituir la ausencia de una pol¨ªtica de Washington en la zona.
La revoluci¨®n no s¨®lo ha devorado a sus hijos. Se ha devorado a s¨ª misma en una crisis combinada por la ca¨ªda de los precios del crudo, la ausencia de un modelo pol¨ªtico interno y externo, la incapacidad del Gobierno de Caracas y la desaparici¨®n de Estados Unidos.
Mientras tanto, que Trump haya recibido a la mujer del opositor venezolano preso Leopoldo L¨®pez, Lilian Tintori, en la Casa Blanca ha servido por lo menos para matizar ese juego de inteligencias c¨ªnicas amparado por el anterior subsecretario de Estado, Thomas Shannon, que consisti¨® en el fracasado intento de di¨¢logo entre la oposici¨®n y el Gobierno de Maduro.
La crisis de Siria no es tan diferente a la de Venezuela ya que ambas ilustran la incapacidad para el di¨¢logo de unos poderes que solo muestran la fuerza como su raz¨®n de ser y unas oposiciones incapaces de articular un cambio que comprometa a los que hoy est¨¢n en el Gobierno.
El mundo de hoy ha dado un salto al vac¨ªo sin red y por eso la inestabilidad y el n¨²mero de muertos ir¨¢ aumentando si no se encuentra pronto una pol¨ªtica que restaure el instinto de la supervivencia de los pueblos.
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