El siglo XXI empieza a ser otra cosa

Como ha habido mucho barullo esta ¨²ltima temporada en el pa¨ªs vecino, resulta l¨®gica la tentaci¨®n de volver a aquel viejo libro del historiador Fran?ois Furet Pensar la Revoluci¨®n Francesa. ¡°El siglo XIX crey¨® en la Rep¨²blica. El siglo XX cree en la Revoluci¨®n¡±, escribi¨® all¨ª. No dijo nada, claro, sobre lo que pasar¨ªa despu¨¦s, sobre qu¨¦ diablos fuera lo que va a terminar marcando al siglo XXI. Algunas se?ales empezaron a llegar muy pronto, como el ataque a las Torres Gemelas de septiembre de 2001, y otros cambios dr¨¢sticos parece que empiezan a barruntarse ahora: el Brexit, Trump y, en como signo de resistencia en la otra direcci¨®n, Macron.

No es posible todav¨ªa pronunciarse sobre lo que esto va a significar a largo plazo, as¨ª que solo queda la opci¨®n de barruntar lo que se empieza a dejar atr¨¢s. ¡°La historia de la Revoluci¨®n Francesa ha sido una historia de los or¨ªgenes y, por lo tanto, una historia de la identidad¡±, explicaba Furet en aquel trabajo. Es decir, que durante mucho tiempo despu¨¦s existi¨® ese af¨¢n por identificarse con sus h¨¦roes y con aquellos acontecimientos que ocurrieron durante los intensos a?os que se iniciaron en 1789. ¡°Los bolcheviques rusos tuvieron siempre presente esta filiaci¨®n, antes, durante y despu¨¦s de la Revoluci¨®n Rusa¡±, apunta.

Ahora, un siglo despu¨¦s de que los bolcheviques conquistaran el poder, y con todo lo que se ha ido sabiendo del proyecto totalitario que pusieron en marcha, quiz¨¢ haya llegado el momento de empezar a poner en cuesti¨®n la eficacia del resorte emocional que conecta aquellos dos enormes momentos hist¨®ricos. Y que permite reconocer qui¨¦nes son los aut¨¦nticos e inmaculados, y qui¨¦nes los perversos y corruptos. O lo que es lo mismo: rendirse de ese pueblo cargado de ilusiones y de futuro que irrumpe y liquida, en un caso, a Luis XVI y al Antiguo R¨¦gimen y, en el otro, a Nicol¨¢s II y al imperio zarista.

La Revoluci¨®n fue cosa del siglo XX, seg¨²n Furet, y lo que se asoci¨® emocionalmente a esa Revoluci¨®n fue una violenta reclamaci¨®n de menos privilegios y m¨¢s justicia e igualdad. El pueblo aut¨¦ntico e inmaculado ha votado en el siglo XXI, en cambio, por el Brexit y por Trump, y a punto ha estado de darle el poder al Frente Nacional. Habr¨¢ que ver por tanto si esa secuencia sigue sirviendo, y este pueblo sigue igual de inmaculado y aut¨¦ntico e insiste en su antigua reivindicaci¨®n: menos privilegios y m¨¢s justicia e igualdad. ?Va a satisfacer sus anhelos Trump, ahora que ha procedido a desmontar el Obamacare, que dejar¨¢ sin asistencia sanitaria a millones de personas sin recursos?

La campa?a electoral francesa ha venido a confirmar que algo chirr¨ªa de manera alarmante en las ret¨®ricas heredadas de la centuria anterior. Y que ese pueblo inmaculado y aut¨¦ntico quiz¨¢ ya no sea tan inmaculado ni tan aut¨¦ntico. Por eso conviene no caer en la trampa emocional. ?Pueblo? ?De qu¨¦ pueblo est¨¢ hablando?