As¨ª es el ¨²ltimo ¡®hype¡¯ del cine de terror sobre el racismo en EEUU
'D¨¦jame salir' , la ¨²ltima pel¨ªcula de Jordan Peele posee una ferocidad gozosa y subversiva: ¡°Mi padre no es racista, ha votado todas las veces por Obama¡±
Bienvenidos a casa de los Armitage. Ellos son Dean (Bradley Whitford), neurocirujano, su esposa Missy (Catherine Keener), psic¨®loga, y sus hijos Jeremy (Caleb Landry Jones) y la bella Rose (Allison Williams). Simbolizan la t¨ªpica familia americana blanca y perfecta de clase acomodada que podr¨ªa aparecer en cualquier cat¨¢logo de revista con sus amplias sonrisas de dentaduras perfectas. Pero¡ un momento. Igual esa representaci¨®n mod¨¦lica no es del todo cierta. Igual detr¨¢s de esa imagen de pulcritud se esconde algo muy turbio.
Y si no, que se lo digan a Chris (Daniel Kaluuya), el novio negro de Rose que viaja a conocerlos un fin de semana y lo que comienza siendo una visita de cortes¨ªa terminar¨¢ convirti¨¦ndose en una aut¨¦ntica pesadilla que lo enfrentar¨¢ a sus miedos m¨¢s at¨¢vicos. O lo que es lo mismo: a los fantasmas de la esclavitud en la era post-Obama.
En 'D¨¦jame salir', se trata de someter a la raza negra y aprovecharse de ella para vampirizar sus cualidades f¨ªsicas y gen¨¦ticas
Ese es el punto de partida de la nueva pel¨ªcula de la factor¨ªa Blumhouse, expertos en convertir proyectos de bajo presupuesto en aut¨¦nticos acontecimientos dentro del terror contempor¨¢neo. Desde que comenzaron su andadura han conseguido revitalizar el g¨¦nero a trav¨¦s de propuestas low cost que tienen siempre la particularidad de partir de ideas brillantes e imaginativas puestas al servicio de directores sobresalientes y con una fuerte personalidad autoral como Scott Derrickson o James Wan. Su tarjeta de presentaci¨®n fue Paranormal Activity de Oren Peli que cont¨® con un presupuesto de 15.000 d¨®lares y obtuvo una recaudaci¨®n de 193 millones, convirti¨¦ndose en una de las pel¨ªculas m¨¢s rentables de Hollywood.
Normalmente ruedan en interiores para economizar medios y, los espacios cerrados, las casas suelen ser las aut¨¦nticas protagonistas. En ellas pueden habitar fantasmas y entes malignos, como ocurre en Paranormal Activity, Insidious o Sinister, pero tambi¨¦n pueden servir para simbolizar el mal en estado puro que habita en nuestra sociedad. En The Purge se pon¨ªa de manifiesto la violencia enquistada en el seno de una poblaci¨®n reprimida capaz de cometer las mayores atrocidades y dar rienda suelta a sus instintos cuando tiene impunidad absoluta para hacerlo. Y por supuesto est¨¢ La visita, que nos devolvi¨® al mejor M. Night Shyamalan despu¨¦s de una temporada ahogado por las grandes producciones, redescubriendo la esencia del verdadero horror a trav¨¦s de la mirada de dos ni?os que durante unos d¨ªas ten¨ªan que permanecer a expensas de dos ancianos perturbados.
D¨¦jame salir seguir¨ªa la l¨ªnea de ¨¦sta ¨²ltima pel¨ªcula. De nuevo el protagonista se encuentra encerrado en un espacio hostil totalmente indefenso frente a una familia con intenciones nada claras. Solo que, en este caso, el trasfondo de la historia adquiere connotaciones de car¨¢cter social, ya que se encarga de situar en primer t¨¦rmino el racismo latente en la sociedad americana a trav¨¦s de un dispositivo narrativo de car¨¢cter tan sat¨ªrico como terror¨ªfico, evidenciando las barreras y suspicacias todav¨ªa existentes entre blancos y negros.
Nada m¨¢s llegar a la mansi¨®n de los Armitage, Chris descubrir¨¢ que los dos ¨²nicos habitantes de color son precisamente los sirvientes, un joven matrimonio que se comporta de una manera muy misteriosa: sus movimientos son como los de un aut¨®mata, como si los ultracuerpos se hubieran apoderado de ellos. Y en el fondo, algo de la tesis que propon¨ªa Jack Finney en su c¨¦lebre novela Los ladrones de cuerpos adaptada mil veces al cine, se encuentra presente en esta reactualizaci¨®n que se aleja del terreno de lo fant¨¢stico para adentrarse en el de una hipot¨¦tica realidad y que entroncar¨ªa con algunas ideas presentes en la literatura de Ira Levin, autor de El beb¨¦ de Rosemary y Las pose¨ªdas de Stepford. De ambas extrae claras referencias: de la primera la presencia de una secta clandestina dentro de las esferas de la alta sociedad; de la segunda, la lobotomizaci¨®n o robotizaci¨®n de cuerpos que sirvan como vasallos sometidos a la voluntad de su amo. Mientras que en Las pose¨ªdas de Stepford se pon¨ªa de manifiesto el papel de la mujer como objeto sumiso dentro de la sociedad machista de la ¨¦poca, en D¨¦jame salir, se trata de someter a la raza negra y aprovecharse de ella para vampirizar sus cualidades f¨ªsicas y gen¨¦ticas. Al menos eso es lo que se subraya durante toda la pel¨ªcula. Como en ese primer tour por casa de los Armitage, cuando el patriarca le cuenta a Chris la historia de su padre, que fue derrotado por Jesse Owens en los Juegos Ol¨ªmpicos de Berl¨ªn de 1936. S¨ª, delante de Hitler.
"?Le has dicho a tus padres que soy negro?¡±, es casi la primera conversaci¨®n que vemos entre Chris y Rose. ¡°Mi padre no es racista, ha votado todas las veces por Obama¡±, contesta ella"
Uno de los aspectos m¨¢s interesantes es la manera en la que se trabaja el componente conspiranoico ya desde los primeros planos: ¡°?Le has dicho a tus padres que soy negro?¡±, es casi la primera conversaci¨®n que vemos entre Chris y Rose. ¡°Mi padre no es racista, ha votado todas las veces por Obama¡±, contesta ella. Y as¨ª sucesivamente. Hay chistes con Tiger Woods e incluso se coquetea con la idea de que los blancos secuestran a los negros para convertirlos en sus esclavos sexuales. ¡°Black is in fashion¡±, dice uno de los personajes. Ingenio, paranoia y muchas dosis de mala leche, unidas en una mezcla perfecta.
A Jordan Peele (que proviene de un matrimonio mixto) le gusta utilizar la iron¨ªa para acercarse a su objeto de denuncia. Era l¨®gico que de alguna manera mantuviera el esp¨ªritu c¨®mico que le dio a conocer en el programa de sketches gracias al que logr¨® la fama televisiva, Key & Peele, en el que formaba dueto con Keegan-Michael Key y en el ambos que se encargaban de dilapidar estereotipos a trav¨¦s de un humor corrosivo en torno a algunos de los t¨®picos de la cultura popular estadounidense.
Ahora, gracias a D¨¦jame salir, ha logrado convertir todo ese sustrato caustico en aut¨¦ntica bilis macabra. Su ferocidad es gozosa y subversiva, extrayendo dosis de vitriolo de todos los clich¨¦s que acompa?an a la t¨ªpica reuni¨®n familiar que nos llevan del ¡°qu¨¦ pinto yo aqu¨ª¡± al ¡°que alguien me ayude, esta gente est¨¢ loca y me quieren matar¡±. Pasando, c¨®mo no, por esas sesiones de hipnosis que la matriarca sibilina le practica a su incipiente esclavo para dominarlo a golpe de sonido de cucharilla en una taza de t¨¦, para terminar en una aut¨¦ntica escabechina de esp¨ªritu explotation, con mad doctors desquiciados y m¨²sica de Dirty Dancing en el esperado cl¨ªmax final. Y si todo esto no te ha convencido lo suficiente, quiz¨¢s lo haga la presencia magn¨¦tica de una Allison Williams que demuestra que su carrera acaba de empezar despu¨¦s de Girls.
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