Emmanuel y Brigitte Macron, una pareja tranquila para un El¨ªseo convulsionado
El palacio presidencial franc¨¦s ha sido los ¨²ltimos a?os un centro de frecuentes intrigas amorosas
Para no tener un puesto formal de primera dama, las mujeres en el El¨ªseo, esposas o novias de los presidentes franceses, han ocupado en numerosas ocasiones los ¨²ltimos a?os los titulares de la prensa rosa y hasta de la menos coloreada. Algo que no tiene visos de cambiar ahora, aunque la que conforman Emmanuel y Brigitte Macron sea una de las parejas m¨¢s s¨®lidas que se instala en el palacio presidencial franc¨¦s en la ¨²ltima d¨¦cada.
Es mucho el inter¨¦s que suscita este matrimonio inusual. Por un lado, por par¨¢metros como la edad, por el hecho de que ella le lleve al presidente electo 24 a?os; algo que, cuando es al rev¨¦s, como en el caso de los Trump, no ha dado tanto de qu¨¦ hablar. Pero tambi¨¦n por la complicidad extrema entre esta pareja que ha luchado contra todo tipo de prejuicios, y ha prevalecido, y que ha hecho de su d¨²o un equipo personal, pero tambi¨¦n profesional.
Brigitte Trogneux Macron es la esposa, pero tambi¨¦n la consejera y confidente de su marido desde a¨²n antes de que este decidiera dar el triple salto mortal de meterse en una campa?a presidencial. Y este no est¨¢ dispuesto a renunciar a ella en su nueva etapa. "Brigitte tendr¨¢ el papel que siempre ha tenido a mi lado, no se va a esconder porque ella comparte mi vida, porque su opini¨®n es importante¡±, ha declarado Macron.
La idea de una primera dama activa es algo a lo que los franceses no est¨¢n habituados. Pero tampoco, en los ¨²ltimos a?os, a ver siquiera una primera dama.
La situaci¨®n familiar de los pol¨ªticos no suele ser tratada en los medios de comunicaci¨®n de una Francia que habitualmente respeta la vida privada de sus gobernantes, algo de lo que estos a menudo se han aprovechado. Como el socialista Fran?ois Mitterrand, que durante a?os cont¨® con la complicidad de la prensa para no desvelar que ten¨ªa una segunda familia lejos de la oficial en el El¨ªseo. Pero si son pocos los presidentes que pueden tirar la primera piedra en materia de vida familiar mod¨¦lica, los l¨ªos amorosos de los ¨²ltimos ocupantes del El¨ªseo han roto cualquier esquema.
Comenz¨® con el conservador Nicolas Sarkozy, que ostenta el r¨¦cord de ser el primer presidente franc¨¦s que se divorcia y que se vuelve a casar ocupando el El¨ªseo. En octubre de 2007, cinco meses despu¨¦s de asumir la presidencia, se confirmaba que Nicolas y C¨¦cilia Sarkozy se divorciaban tras 10 a?os de matrimonio. La crisis hab¨ªa estallado nada m¨¢s instalarse en el El¨ªseo, confirm¨® el a?o pasado el propio Sarkozy. Pero la historia no acaba ah¨ª: solo un mes despu¨¦s de su divorcio, el presidente conoc¨ªa en una cena a la exmodelo y cantante Carla Bruni, con la que se cas¨® en febrero del a?o siguiente, en el El¨ªseo. La hija de la pareja, Giulia, naci¨® en 2011 y convirti¨® a su padre en el primer presidente que oficialmente tiene descendencia durante su mandato.
Si los franceses pensaban que con la marcha de Sarkozy en 2012 el El¨ªseo tendr¨ªa un respiro, se equivocaron. Con la llegada de Hollande al palacio presidencial los dramas personales no hicieron m¨¢s que enrevesarse a¨²n m¨¢s. Hollande logr¨® al hacerse presidente lo que su ya para entonces expareja, S¨¦gol¨¨ne Royal, no hab¨ªa logrado cinco a?os antes. Aun as¨ª, la madre de sus cuatro hijos y compa?era sentimental durante d¨¦cadas siempre ha sido una persona cercana a Hollande, que primero la apoy¨® en las elecciones legislativas y m¨¢s tarde la nombr¨® ministra de su Gabinete. Algo que pudo con los celos de su entonces pareja, la periodista Val¨¦rie Trierweiler.
¡°La obsesi¨®n de Val¨¦rie era S¨¦gol¨¨ne¡±, reconoce el propio Hollande en el libro Un presidente no deber¨ªa decir eso. Parad¨®jicamente, no era Royal el verdadero problema de la novia del presidente. Su rival era Julie Gayet, una actriz con la que Hollande comenz¨® una relaci¨®n cuando todav¨ªa estaba con la periodista, y que mantiene hasta hoy. La prensa public¨® sus escapadas secretas del palacio del El¨ªseo en moto para visitar a su amante. Trierweiler se veng¨® ¡ª¡°Te destruir¨¦¡±, le prometi¨®¡ª contando sus indiscreciones en un libro, Gracias por todo, que se agot¨® r¨¢pidamente en las librer¨ªas.
Tras tanta telenovela amorosa, puede que ver al presidente Macron, de 39 a?os, retratado, como hizo durante la campa?a, d¨¢ndole el biber¨®n a uno de los siete nietos de su mujer, cuya hija Laurence iba a la misma clase que ¨¦l, quiz¨¢s no resulte tan chocante. En todo caso, los nuevos inquilinos del El¨ªseo juegan con una gran ventaja: hace mucho tiempo que dejaron de preocuparse por el qu¨¦ dir¨¢n.
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