¡®500 d¨ªas juntos¡¯ | La columna n¨²mero 50
Llevamos ya 50 semanas juntos hablando de paternidad con humor y quer¨ªa celebrarlo con vosotros virtualmente
Como quien no quiere la cosa, llevamos ya 50 semanas juntos hablando de paternidad con humor y quer¨ªa celebrarlo con vosotros virtualmente (porque sois demasiados para quedar en un bar invitando yo, y lo de los ¡°sinpas¡± multitudinarios ahora ya lo controlan).
Gracias, pues, por estos 50 domingos juntos.
Gracias por vuestros clics, comentarios, retuiteos y columnas compartidas, que de momento a¨²n no me han echado.
Y gracias por entender que esto son cr¨®nicas paternales ligeras, que retratan o comentan momentos cotidianos que nos pasan a casi todos, y no noticias de portada de El Pa¨ªs.
Aqu¨ª siempre he intentado mantener ese equilibrio entre el humor, la informaci¨®n y la ternura paterna de primerizo entusiasmado. Pero hoy voy a inclinar la balanza hacia un escrito lleno de az¨²car, al que solo le faltar¨ªan im¨¢genes de gatitos y coros musicales para convertirse en un PowerPoint muy reenviado o muy vomitivo.
Y creo que la ocasi¨®n lo merece. Porque hoy voy a enlazar con esta tradici¨®n maternal que se lleva mucho en parques, cumplea?os y reuniones del AMPA: hablar sin tapujos de lo felices que nos hace la personita que tenemos en casa.
Porque s¨ª, dormimos poco, nuestra vida social ha cambiado y la responsabilidad y el miedo nos acompa?ar¨¢n siempre, pero a cambio tenemos momentos juntos que no los cambiar¨ªa por nada. Como por ejemplo, 1-2-3 responda otra vez:
-Cuando la ni?a me coge la mano con su manita y parecemos el cartel de Logan pero sin las garras (aunque hay que cortarle las u?as porque cuando me pellizca fuerte duele).
-Cuando dormimos la siesta juntos. Por tenerla a ella abrazada y porque, para qu¨¦ nos vamos a enga?ar, porque esto incluye tambi¨¦n dormir un rato.
-Cuando se r¨ªe, creando ondas expansivas de felicidad.
-Cuando nos cuenta cosas, construyendo peque?as frases, con la alegr¨ªa de una periodista en su primera conexi¨®n en directo.
-Cuando mira los libros con fascinaci¨®n, pasando todas las p¨¢ginas con cuidado y poniendo cara de entendida.
-Cuando viene corriendo por el pasillo para abrazarnos.
-Cuando se despierta feliz cada ma?ana, aunque haya tenido fiebre o mocos o haya/hayamos dormido fatal, con un reset an¨ªmico fabuloso.
-Cuando aprende por ¨®smosis, sin miedo y sin complejos, y de un d¨ªa para el otro se lanza a probar cosas que a¨²n no le sal¨ªan, como comer sola, vestirse sola o querer subir a los armarios en plan King Kong.
-Cuando dice pap¨¢, que para un aut¨®nomo suena incluso mejor que ¡°ya te hemos pagado la factura¡±.
-Cuando se maravilla por cualquier cosa. La gente que ha sobrevivido a enfermedades complicadas o a accidentes muy bestias acaba teniendo un momento de revelaci¨®n que les lleva a volver a apreciar los peque?os placeres de la existencia. Yo no necesito pasar por ello ni irme a una granja, tirar mi m¨®vil al mar ni hacerme vegano. Me basta con tener a mi ni?a al lado recordando que la vida est¨¢ llena de detalles y momentos fascinantes.
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