Trogneux, 64, Macron, 39. ?Y qu¨¦?
Las cr¨ªticas por los 24 a?os que separan a Macron y a su esposa son espejo de los estereotipos y prejuicios con los que la sociedad se maneja
Lagarta. Mam¨¢. Extra?o. Guion. Asaltacunas. Surrealista. Incluso mentira. Incluso depredadora. Todas ellas palabras para definir, en redes sociales, y titulares y textos de art¨ªculos de medios de comunicaci¨®n de todo el mundo, a Brigitte Trogneux, la esposa de Emmanuele Macron, y su relaci¨®n. Todas ellas palabras para definir, tambi¨¦n, el esfuerzo supino por empa?ar algo que, si bien puede ser contado por poco habitual, no debe ser vilipendiado. Trogneux tiene 24 a?os m¨¢s que Macron. ?Y qu¨¦?
Hace apenas un mes, el reci¨¦n electo presidente de Francia alud¨ªa en Le Parisien a la homofobia "rampante" que se desprend¨ªa de los rumores que lo relacionaban con Matthieu Gallet, el presidente de Radio France, porque obviamente, un hombre de su edad con una mujer de la edad de Trogneux no puede ser sino una tapadera para su homosexualidad. Y desde ah¨ª, Macron extend¨ªa una respuesta a la cr¨ªtica social y medi¨¢tica que desde hace meses recibe por una historia de amor que s¨ª, que encajar¨ªa como follet¨ªn o telenovela o serie de sobremesa o producci¨®n rom¨¢ntica al estilo Hollywood. La cuesti¨®n no es que ocupe lugar en el espacio p¨²blico ¡ªm¨¢s cuando el presidente ha insistido en posicionar a su mujer como parte no solo de su vida privada, sino pol¨ªtica¡ª, sino c¨®mo lo ocupa, y qu¨¦ premisas se derivan de ello.
Quien no conozca el pasado y presente de la nueva pareja del El¨ªseo a estas alturas es, desde luego, porque lleva semanas aislado del mundo. Principios de los noventa: se conocen en el instituto La Providence de Amiens. ?l, alumno. Ella, profesora (casada y con tres hijos, que es un detalle que parece esencial). Se enamoran. Padres que se oponen, un poco de esc¨¢ndalo provinciano, y Macron acaba en un liceo en Par¨ªs ¡ªpromesa de amor eterno mediante¡ª. 2006: Brigitte Trogneux se divorcia. 2007: Trogneux y Macron se casan. ?Fin? No.
Al parecer, el imaginario de una ciudad de algo m¨¢s de 100.000 habitantes hace dos d¨¦cadas es el mismo que el de algunos en esta avanzada Francia de 2017; y quien dice Francia dice Europa, porque las bromas no se han quedado en las fronteras galas. Por redes han circulado vi?etas de peri¨®dicos, titulares absurdos (Macron no hab¨ªa nacido cuando su esposa se cas¨® por primera vez, por ejemplo) y memes de madres con sus hijos en la playa, o montando en bici, con pies de foto como "las primeras vacaciones de Macron y esposa" o "Macron aprendiendo a montar en bicicleta con su mujer". Fuera del Viejo Continente, la generalidad ha sido otra. Brigitte Macron, libertadora, titulaba un columnista de The New York Times; Emmanuele Macron y la familia moderna, escrib¨ªa The New Yorker.
Macron apuntaba en aquel v¨ªdeo del peri¨®dico franc¨¦s a dos problemas m¨¢s aparte de la homofobia: la misoginia y la degradaci¨®n de la propia pol¨ªtica al hacer de ese detalle parte del debate. Un sinsentido que, si bien es carnaza obvia para blogs de cotilleos, revistas amarillistas, del coraz¨®n, y cualquier otro derivado, deber¨ªa ser rese?a meramente formal en el resto de medios de comunicaci¨®n. La fecha y el lugar de nacimiento de cualquier persona de la vida p¨²blica es habitual, lo que no es habitual es titular con ello, ni aprovecharlo para colar cr¨ªticas cuyo m¨¢ximo exponente acab¨® siendo el padre de Marie Le Pen llamando "Madame Cougar" a Trogneux.
La traducci¨®n literal de cougar es mujer puma, una expresi¨®n para denominar a las mujeres que prefieren a los hombres m¨¢s j¨®venes. De forma despectiva, eso s¨ª. La fil¨®sofa Michela Marzano explicaba hace casi una d¨¦cada en un programa cultural de la radio francesa lo ¡°insoportable¡± de esta met¨¢fora. El hecho de querer reducir a una mujer a un felino depredador es convertir el deseo femenino a determinada edad en algo peligroso, por un lado, y por otro es seguir alimentando la idea de hombre racional y mujer dominada por los instintos, por los peores, adem¨¢s. ¡°El uso de esta palabra cae casi en el discurso del odio, y es una manera de silenciar a la mujer con un insulto que consiste en volverla a poner en su sitio¡±.
Es una percepci¨®n social com¨²n la de ver m¨¢s atractivos a los hombres seg¨²n van haci¨¦ndose mayores, y dejar de ver tan atractivas a las mujeres seg¨²n cumplen a?os. Esta idea generalizada tiene mucho que ver con el papel que el g¨¦nero femenino ha desempe?ado a lo largo de la historia, el de ser madre. No han pasado tantos a?os desde que se miraba de reojo a aquellas que no pod¨ªan tener hijos; desde que algunas mujeres "entend¨ªan" que sus maridos tuviesen amantes j¨®venes; todav¨ªa en algunas culturas son repudiadas por ese motivo, como en N¨ªger; y a¨²n se hace la t¨ªpica broma, en pa¨ªses como Espa?a, de "se te va a pasar el arroz" si ya has cumplido los 30 y no te asoma un bombo ni hay visos de que lo haga.
Esa idea de mujer y juventud y utilidad y validez asociada a la fertilidad todav¨ªa campa a sus anchas, quiz¨¢s a veces de forma inconsciente. De ella se sirvi¨® el semanario franc¨¦s Charlie Hebdo para hacer una portada que ha sido criticada dentro y fuera de Francia por mis¨®gina y machista. En ella se lee ?Va a hacer milagros!, debajo, aparece Brigitte Trogneux embarazada mientras Macron le toca una prominente barriga. La ridiculizaci¨®n de la primera dama francesa a costa de su edad y su incapacidad para tener hijos con ¨¦l se despliega como un s¨ªmbolo de vejez, de paso del tiempo, de menor deseo por parte del hombre.
Mientras que ellos enarbolan canas y arrugas, sabi¨¦ndose capaces de procrear, a veces tambi¨¦n de seducir y ser deseados, hasta el ¨²ltimo de sus d¨ªas, ellas de repente empiezan a ser invisibles. Si ya no son j¨®venes, bellas, y capaces de ser madres, ?qu¨¦ les queda? Seg¨²n quienes hacen este vapuleo palurdo, parece ser que nada.
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