Las esencias est¨¢n contaminando a la izquierda
La disputa por la autenticidad de sus posiciones desvirt¨²a el debate en las primarias socialistas
Pongamos que se trata de Francia, pero igual hay asuntos que tienen tambi¨¦n que ver con Espa?a. Los t¨¦rminos izquierda y derechavienen de la ¨¦poca de la revoluci¨®n de 1789: los que la defend¨ªan se sentaban a la izquierda en la Asamblea Nacional y los que la atacaban, a la derecha. Unos quer¨ªan acabar con los privilegios del Antiguo R¨¦gimen; los otros, segu¨ªan defendi¨¦ndolos. La cuesti¨®n que los separaba ten¨ªa un fuerte componente econ¨®mico, y muchas de sus batallas se libraban por lograr m¨¢s justicia.
En uno de sus recientes art¨ªculos, que distribuye Project Syndicate, el periodista e historiador Ian Buruma comenta que la separaci¨®n entre izquierda y derecha no tiene por qu¨¦ sostenerse solo en argumentos econ¨®micos, y apunta entonces a otro momento hist¨®rico de Francia, al del enorme desencuentro que se produjo entre quienes defend¨ªan al capit¨¢n jud¨ªo Alfred Dreyfus y los que lo atacaban. A la izquierda estaban los que se tomaban en serio aquello de ¡°libertad, igualdad, fraternidad¡± y, a la derecha, los que prefer¨ªan m¨¢s bien las sagradas esencias de Francia, la sangre impoluta, la tierra. Los m¨¢s cosmopolitas y abiertos, y m¨¢s fieles a los viejos ideales de la Revoluci¨®n, se situaron del lado de Dreyfus. Los otros, nacionalistas y antisemitas, lo condenaron.
En ese caso, ya no era de cariz estrictamente econ¨®mico el asunto que separ¨® a la izquierda de la derecha. El peso que los colocaba de un lado o de otro era identitario. La derecha se blind¨® detr¨¢s de sus esencias sagradas para negar la inocencia de un capit¨¢n jud¨ªo, acusado injustamente de pasar informaci¨®n secreta a los enemigos de Francia, los alemanes. La izquierda apunt¨® hacia otra direcci¨®n: le importaba m¨¢s el tipo de carne y hueso, no las rancias cuestiones patri¨®ticas.
Resulta francamente inquietante que a estas alturas del siglo XXI la izquierda se comporte como aquella derecha que quer¨ªa fulminar al capit¨¢n Dreyfus. Parece haber olvidado que lo que de verdad importa son las circunstancias, no la absurda fidelidad a unas se?as de identidad intachables.
El caso es que van siendo tan paup¨¦rrimos los t¨¦rminos del debate que han puesto sobre la mesa los socialistas en sus primarias que, a ratos, produce verg¨¹enza ajena. Andan como enzarzados en demostrarse unos a otros a ver qui¨¦n es m¨¢s de izquierdas, y parece que anduvieran persiguiendo alg¨²n viejo talism¨¢n que fuera a garantizarles una incuestionable autenticidad. Mal asunto. Porque es esa batalla por la autenticidad ¡ªla de la sangre, la que reclamaban los que atacaban a Dreyfus¡ª la que va terminar empuj¨¢ndolos hacia el abismo.
Los viejos socialdem¨®cratas siempre tuvieron las antenas puestas sobre las circunstancias, no sobre las esencias. Quer¨ªan arreglarlas siguiendo la direcci¨®n de sus valores de siempre: libertad, igualdad, fraternidad. Pero algo los ha confundido y hoy prefieren la ¨¦pica barata de los que se rasgan las vestiduras por parecerse a unas rancias identidades.
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