Cad¨¢veres para desayunar: as¨ª son los programas que diseccionan sucesos en televisi¨®n
¡®Espejo p¨²blico¡¯ poniendo la m¨²sica de Twin Peaks sobre una informaci¨®n de Marta del Castillo o ¡®El programa de Ana Rosa¡¯ entrevistando al asesino de la ni?a Mari Luz. El humor tiene l¨ªmites, el ¡®necrosensacionalismo¡¯ no
El primer caso de necrosensacionalismo que segu¨ª como una telenovela fue el de Josef Fritzl. Nunca antes hab¨ªa prestado atenci¨®n a la cr¨®nica negra, pero hab¨ªa algo demasiado atroz en aquel crimen, que rebasaba los par¨¢metros hasta entonces conocidos del abuso familiar. Con raz¨®n se le llam¨® monstruo, pues la especie humana se quedaba corta para calificarlo. El horror que habita una mazmorra de nigromancia gen¨¦tica es un horror inefable. Como sab¨ªa que todas las ma?anas a las 11 se discutir¨ªan las novedades m¨¢s turbias del tema (la cobertura que m¨¢s me gustaba era la de Las ma?anas de Cuatro), programaba el v¨ªdeo para grabar y me ve¨ªa la cinta a la noche. Necesitaba refugiarme en la madrugada para digerir aquello, pero las escabrosidades nocturnas que trataba la televisi¨®n por aquella ¨¦poca, y que todav¨ªa sigue tratando, no pertenec¨ªan a la cr¨®nica negra, sino m¨¢s bien rosa: famoseo, realities y frivolidades de corte menor. Por alg¨²n motivo enigm¨¢tico, nuestra televisi¨®n prefiere servir los cad¨¢veres para desayunar.
Nunca me acab¨¦ de sentir c¨®modo con el enganche; en el fondo, sab¨ªa que hab¨ªa algo retorcido en espectacularizar el dolor. Sin embargo, el grueso de los espectadores de los sucesos matinales no reparan en este conflicto. El motivo no reside en la falta de empat¨ªa, sino todo lo contrario: los programas se dise?an, precisamente, para transmitir la sensaci¨®n de que est¨¢n ayudando. Por eso las desapariciones son los casos m¨¢s jugosos. Parten de una narrativa incipiente que carece de final. Son como una serie de televisi¨®n presidida por eso que los guionistas llaman misterio central. El ¡°?qui¨¦n mat¨® a Laura Palmer?¡± de anta?o se sustituye por ¡°?d¨®nde est¨¢ Marta del Castillo?¡± Los programas no son ajenos a este relato, que ellos mismos ayudan a construir:
No ha sido una alucinaci¨®n. Esta ma?ana en "Espejo p¨²blico" se anunciaba una informaci¨®n sobre Marta del Castillo con m¨²sica de "Twin Peaks" pic.twitter.com/JOvBSGvfyF
— Alberto Gonz¨¢lez V¨¢zquez (@queridoantonio) January 10, 2017
"Estos programas se dise?an para transmitir la sensaci¨®n de que est¨¢n ayudando. Los protagonistas son personas reales cuyo dolor nos es retransmitido en directo bajo una coartada solidaria"
Los reporteros de Espejo P¨²blico se convierten as¨ª en trasuntos morbosos del Agente Cooper, profesionales de La Ciudad que blanden sus grabadoras, o sus c¨¢maras, para arrojar luz sobre el crimen que ha sacudido a un pueblo inocente. El problema, claro, es que aqu¨ª no hablamos de ficci¨®n. Los protagonistas son personas reales cuyo dolor nos es retransmitido en directo bajo una coartada solidaria. ¡°Queremos ayudar, llame usted a este n¨²mero si tiene alguna informaci¨®n.¡±
El programa de Susana Griso es el que m¨¢s explota esta narrativa. La desaparici¨®n de Diana Quer, una adolescente aspirante a modelo que dej¨® en sus redes sociales todo un arsenal de posibles pistas para detectives aficionados, es el ¨²ltimo gran ensayo del g¨¦nero morboperiodista. Si los espectadores de series pueden pasarse una semana entera urdiendo teor¨ªas fan en Reddit sobre la identidad de un asesino, la posibilidad de l¨ªneas temporales paralelas o universos alternativos, Nacho Abad puede hurgar en las redes de Diana hasta encontrar un tuit en el que dice ¡°qu¨¦ bien me vendr¨ªa desaparecer una temporadita¡±, o establecer todo tipo de conjeturas en base al pantal¨®n rosa que llevaba (?o no?) la noche de su desaparici¨®n, mientras el programa ceba nueva informaci¨®n sobre el contenido de su bolso con la banda sonora de The Leftovers, una serie cuya premisa es el d¨ªa a d¨ªa de una sociedad en la que el 2% de la humanidad ha desaparecido.
Se han llegado a hacer especiales enteros, caso de Diana en la Red. En el siguiente v¨ªdeo, que empieza con im¨¢genes a¨¦reas reminiscentes a La Isla M¨ªnima, pel¨ªcula que narra la desaparici¨®n de dos chicas adolescentes, la voz en off ofrece una descripci¨®n de Diana Quer basada en sus fotos de Twitter, Facebook y Ask. Lo hace con un detallismo casi entomol¨®gico, obsesivo. ¡°Tiene un piercing en el ombligo y un tatuaje en el costado en el que se puede leer ¡®courage¡¯. Mide 1,75, pesa 55 kilos, calza un 41 y fuma.¡±
A veces hasta parece que alardea. ¡°Tenemos incluso sus medidas. Nunca hemos hablado con ella¡ pero nos lo ha contado.¡± Antena 3 establece un di¨¢logo espectral con Diana a trav¨¦s de la ouija de sus redes sociales. Despu¨¦s ya, en Espejo P¨²blico, como cada ma?ana, los loops que ella colgaba en Instagram se repiten ante nosotros, de fondo, mientras los tetulianos hablan, como un delirio mec¨¢nico.
El Programa de Ana Rosa no desprecia tampoco estos contenidos. La presentadora ha tenido ya varios traspi¨¦s con el g¨¦nero. En su d¨ªa, se lleg¨® a culpar a la cobertura que Sabor a Ti hizo del caso Wanninkhof por el veredicto de culpabilidad que un jurado popular emiti¨® contra Dolores V¨¢zquez. Durante meses, el programa emiti¨® reportajes de cariz claramente tremendista sobre la personalidad de la acusada, cuya orientaci¨®n sexual sol¨ªa ser referida en t¨¦rminos sombr¨ªos. A?os m¨¢s tarde, se descubri¨® que no hab¨ªa sido ella la autora. Tambi¨¦n fue c¨¦lebre la filtraci¨®n de un v¨ªdeo en el que se ve c¨®mo una de sus reporteras, Patricia Pardo (hoy colaboradora fija y sustituta de la presentadora en sus vacaciones), persuade a la mujer de Santiago del Valle, asesino de la ni?a Mari Luz, para que siga concedi¨¦ndoles una entrevista. No se puede negar que el momento ¡°gr¨¢balo todo¡± emparenta a Pardo con el Jake Gyllenhaal de Nightcrawler.
Ana Rosa, que hab¨ªa conseguido que la mujer confesara en directo la culpabilidad de su marido, declarar¨ªa entonces. "Estamos todos muy satisfechos por el trabajo realizado por este equipo. (¡) Especialmente yo por el trabajo que han hecho mis compa?eros. Y hoy, adem¨¢s, orgullosos al o¨ªr a Juan Jos¨¦ Cort¨¦s decir gracias a los medios por haber colaborado siempre en el caso de mi hija." S¨®lo quieren ayudar.
¡°Agitar durante semanas, meses o a?os el avispero emocional de una desaparici¨®n no es de mal gusto. Contar un chiste sobre eso¡ ah.¡±
En Espa?a, los programas matinales se levantan sobre tres pilares: pol¨ªtica, cr¨ªmenes y coraz¨®n. En ese orden, adem¨¢s, tal y como si asisti¨¦ramos en directo a un proceso de fermentaci¨®n period¨ªstica. De cara a mantener el equilibrio, los cr¨ªmenes juegan un papel clave: no se puede pasar de entrevistar a Susana D¨ªaz a entrevistar a To?o Sanch¨ªs. Para que la informaci¨®n m¨¢s o menos seria quede validada, para que pol¨ªticos y periodistas acostumbrados a recorrer los pasillos del congreso puedan debatir sin sentir que se est¨¢n manchando las manos, los cr¨ªmenes deben equilibrar la balanza.
El g¨¦nero de la cr¨®nica de sucesos est¨¢ en cierto modo prestigiado. Al fin y al cabo, ellos s¨®lo quieren encontrar a los desaparecidos y aliviar el dolor de las v¨ªctimas, ?no? Si un amigo de Diana Quer estaba en relaciones con Techi, ex novia de Kiko Rivera, el p¨²blico merece saberlo. El riesgo de que pueda interpretarse como una frivolidad de mal gusto est¨¢ ah¨ª, pero siempre existe la posibilidad de se?alar El Verdadero Mal Gusto con ¨ªndice acusador y escandalizado. Todo sea por qeuilibrar, de nuevo, la balanza. Agitar durante semanas, meses o a?os el avispero emocional de una desaparici¨®n es periodismo, como tambi¨¦n lo es convertir las fotos de tuenti de la chica en una suerte de salvapantallas infinito. No es de mal gusto. Contar un chiste sobre eso¡ ah.
Susana est¨¢ seria porque hay cosas que-s¨ª-que-no. Susana est¨¢ seria porque ha llamado al padre de la chica desaparecida para decirle: ¡°mira lo que est¨¢n diciendo de tu hija, ?qu¨¦ te parece?¡± El humor negro opera bajo el presupuesto de la ficci¨®n; s¨®lo si uno asume que la persona que tiene enfrente es incapaz de ser racista (por ejemplo) puede re¨ªrle una gracia en la que se sit¨²a, moment¨¢nea e ir¨®nicamente, en el papel de un racista. Lo mismo con una tragedia. Pero sabemos que estos programas hace tiempo ya que han evanescido la frontera entre realidad y ficci¨®n. El humor, nos dicen, tiene l¨ªmites. Las ¡°ganas de ayudar¡±, no.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.