Los otros muros de M¨¦xico
Hay cierta hipocres¨ªa en criticar a Trump y mantener obscenas desigualdades internas
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El secretario de Relaciones Exteriores de M¨¦xico se?al¨® hace poco que la construcci¨®n de un muro fronterizo por parte de Estados Unidos era un acto inamistoso y hostil. Por meses la prensa, los ciudadanos, las ONG, los gobernantes, las iglesias y los empresarios han hablado duramente sobre el muro que se levantar¨¢ entre ambos pa¨ªses, aun cuando es sabido que ¨¦ste ya tiene 1.000 kil¨®metros, es decir, que est¨¢ a medio construir.
Parad¨®jicamente, estos mismos actores nacionales e internacionales en m¨¢s de dos siglos de vida independiente e institucional no han logrado mirar y enfrentar con fortaleza y rigor lo que ocurre en el pa¨ªs azteca. Al menos no con la suficiente autocr¨ªtica para hacer frente a esos muros internos que han sido hist¨®ricamente el mayor dolor, la m¨¢s grande de las injusticias y el esc¨¢ndalo m¨¢s vergonzoso que se vive all¨ª. Desde sus or¨ªgenes, M¨¦xico ha mantenido en alto gigantescos muros inamistosos y hostiles que denigran, excluyen y da?an a personas, familias y a comunidades, con un c¨²mulo de injusticias, prejuicios y discriminaci¨®n que abundan en ese territorio, los que indudablemente no han permitido un desarrollo justo, homog¨¦neo, pac¨ªfico y feliz.
La hipocres¨ªa de buena parte de la ¨¦lite mexicana, com¨²n a casi toda Latinoam¨¦rica, es notoria y trata de esconderse en fervientes expresiones de fe popular y en exabruptos nacionalistas que no son coherentes con las tasas de pobreza que ha costado mucho disminuir. Se esconde de una desigualdad social vergonzosa, de la alta corrupci¨®n y de niveles de violencia que afectan profundamente a su convivencia y que han tendido a ser normalizados con el paso de los a?os.
A pesar de su crecimiento econ¨®mico en la ¨²ltima d¨¦cada, del aumento significativo de su producto interior bruto y de contar con m¨¢s de una decena de mexicanos entre los cien individuos m¨¢s ricos del mundo, vemos con estupefacci¨®n y preocupaci¨®n que cerca de la mitad de su poblaci¨®n sigue viviendo en la pobreza y que m¨¢s del 50% de los ni?os y j¨®venes experimentan a diario profundas privaciones, graves carencias y agudas faltas de oportunidades que los limitan en su desarrollo.
Esta pobreza se acompa?a a su vez de un ingrediente altamente da?ino como es la desigualdad social, que no solo se evidencia en t¨¦rminos de ingresos econ¨®micos sino tambi¨¦n en el acceso a otros derechos b¨¢sicos, como la educaci¨®n de calidad y un empleo decente (con un sueldo m¨ªnimo de apenas 122,2 d¨®lares mensuales). Se limita el acceso a una salud oportuna y resolutiva, una vivienda digna y a la integraci¨®n social, de la cual se ven excluidos el 22,1% de j¨®venes entre 15-29 a?os que no trabaja ni estudia (datos de la OCDE).
A ese complejo escenario nacional se suma la inseguridad, temor, incredulidad y desconfianza de la ciudadan¨ªa en sus instituciones. En el a?o 2016 el pa¨ªs ocup¨® el lugar 123 entre 176 naciones en el ¨ªndice de corrupci¨®n, con esc¨¢ndalos en todos los niveles de gobierno. A su vez, desde la madrugada del 27 de septiembre de 2014 -con la desaparici¨®n forzosa de los 43 j¨®venes estudiantes de Ayotzinapa, detenidos y ejecutados por la polic¨ªa municipal en alianza con el narcotr¨¢fico y el ej¨¦rcito- M¨¦xico vive una fractura social irreconciliable con su sistema pol¨ªtico institucional, incapaz de garantizar la vida y seguridad de sus propios ciudadanos.
A todo esto hay que sumar las m¨²ltiples y extendidas formas de violencia y delito, con expresiones en todos los ¨¢mbitos de la vida social. Estas van desde lo m¨¢s evidente, como los 20.000 homicidios registrados durante 2016, a otras formas invisibilizadas de extorsi¨®n, violaci¨®n y delitos que afectan en su mayor¨ªa a las poblaciones m¨¢s vulnerables, como los miles de inmigrantes centroamericanos que transitan por M¨¦xico con la esperanza de alcanzar la frontera de los Estados Unidos
Mientras M¨¦xico no demuestre como naci¨®n que est¨¢ enfrentando con contundencia el drama que vive un porcentaje demasiado elevado de su poblaci¨®n, no es consecuente y cre¨ªble su oposici¨®n patri¨®tica al muro de Trump. Esto no s¨®lo le incumbe a quienes gobiernan o son parte de los distintos poderes del Estado, sino a todos los ciudadanos de esa gran y hermosa naci¨®n, tanto a empresarios como a trabajadores, a los sectores m¨¢s pudientes como aquellos que han sido postergados, a los j¨®venes como a los ancianos, a las organizaciones de la sociedad civil, universidades e iglesias. Si los mexicanos no toman decisiones relevantes para dar efectivamente un giro a su vida nacional, decisiones que afectar¨ªan seguramente los intereses de varios, no ser¨¢ posible derribar el gigantesco muro interno inamistoso y hostil que los mantiene heridos como naci¨®n y que inevitablemente afecta tambi¨¦n a toda Am¨¦rica.
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